'Life and debt' es un estupendo documental del año 2001 que mostraba cómo la globalización, el neoliberalismo y el libre comercio siguen destruyendo las formas de vida autóctonas a lo largo de todo el mundo bajo el falso manto de la ayuda internacional. La directora estadounidense Stephanie Black se concentraba en Jamaica, contrastando el país que perciben los turistas con la auténtica realidad que viven los jamaicanos. Un país donde, después de veinticinco años de préstamos para el desarrollo por parte del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, su economía de subsistencia quedó arrasada y en gran desventaja frente a los precios de los productos occidentales, muchas veces subvencionados en sus propios países. Con música de Ziggy Marley, entre otros, y guión basado en el libro “A small place”. De la página Reggae.es anexamos esta acertada crítica:
Vamos a ser “políticamente” incorrectos. La esclavitud existe hoy en Jamaica. Es un hecho, como en muchas partes del mundo. Los colonizadores se marcharon dejando una deuda, como pago terrible para obtener la independencia. Una deuda no asumible por el joven país. Aquí es donde entra el FMI (Fondo monetario internacional) a hacer de las suyas. Con sus planes de reestructuración comenzó a chantajear al gobierno arrasando la economía autóctotona del país a cambio de prestamos que no podrían devolver jamás, los chantajes consistieron en devaluar la educación, la sanidad y la justicia; en cambiar todo el tejido productivo del país y las leyes de trabajo (hasta el punto de violar los “sagrados” derechos humanos).
El FMI y el Banco Mundial escudan sus actuaciones en torno a la idea de un mundo globalizado, conectado y mejor, un mundo de difícil equilibrio; un equilibrio que hay que mantener a pesar de lo “doloroso” de algunas medidas. No es más que una forma de colonialismo moderno. ¿Quién es el iluso que pensó que iban a dejar escapar semejante bagatela? Para que el mundo no se percatará de la situación crearon una trampa, otra Jamaica; de sol, de playa, de spliffs y reggae. Un paraíso. Un paraíso dentro de un teatro, de un escenario. De un burdo trampantojo. Y funcionó. El reggae contribuyó a eso, manipulado tal vez o manipulados sus oyentes. Por eso estas películas hacen falta, desde Reggae.es queremos reivindicar el reggae como instrumento de cambio social, el reggae de combate, de oposición a la injusticia, por que ese es el reggae autentico. Nació del fango para abrir nuestros ojos. Además; FMI, reestructuración, medidas, rescate….¿Les suena de algo? Os dejamos con el documental. Listen and Play.
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