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Irán en su laberinto (9) Irán, en el corazón de las tensiones



Uno de los siempre esclarecedores reportajes de la sección 'El revés de los mapas' de la productora ARTE son lleva a cómo la expansión de la influencia iraní en Oriente Medio (Irak, Siria y Yemen principalmente) está tensando la geopolítica de la zona.

Militar nuclear, rivalidad con Arabia Saudí, posguerra en Siria, retos del petróleo y el gas, conflicto israelí-palestino… Irán está en el centro de las principales tensiones geopolíticas actuales. Una situación compleja, exacerbada por la política exterior de Donald Trump.

Vocabulario Fundamental. Asesinato (18) Irán en su laberinto (8) ¿La última victoria de Suleimani?

Un artículo de Mikel Ayestarán en 5W analiza el asesinato del poderoso general iraní Qassem Suleimani (ordenado por el incendiario Donald Trump) y del jefe de las milicias chiítas en Irak 'Multitud Popular' (PMF) Mahdi al-Muhandis, ejecutados con cuatro misiles lanzados por un dron estadounidense el 3 de enero de este año, que recién comienza con esta tremenda sacudida a la geopolítica mundial. 

Suleimani era el segundo hombre del régimen tras el Líder supremo Ali Jamenei y dirigía la fuerza Al Quds, cuerpo de élite de la Guardia Revolucionaria y encargada de las acciones militares iraníes en el exterior. En Irak, por poner algún ejemplo, ha sido responsable de las represalias armadas sobre las manifestaciones populares de los últimos meses y también dirigió la resistencia chií contra las fuerzas norteamericanas en el país sobre todo desde 2006. En Siria, la Fuerza Al Quds ha apoyado decisivamente a la supervivencia del régimen de al-Assad contra las fuerzas rebeldes y los yihadistas surgidos del levantamiento que se inició en 2011. En fin, un personaje de mucha entidad, el arquitecto de la expansión regional del régimen iraní en esta década a lo largo del eje Teherán-Bagdad-Damasco-Hezbollah, extendiéndose también a otros países como Yemen y Afganistán, tejiendo una temible red multinacional chií que ha sido un quebradero de cabeza para Estados Unidos, Israel y Arabia Saudía, sus tres archienemigos.

Como ha dicho el mismísimo general estadounidense David Petraeus (ex-comandante de las fuerzas USA en Irak y Afganistán y ex-director de la CIA), "su muerte es más significativa que el asesinato de Bin Laden o el del líder del Estado Islámico Abu Bakr al-Baghdadi". Ahora, tras sus funerales, el mundo contiene el aliento y mira a Irán esperando su respuesta, que podrá ser medida y proporcionada para salvar la cara o busca la sangrienta venganza por la que claman centenares de miles de personas y que podría provocar una (otra) guerra de impredecibles consecuencias en el siempre inflamable Oriente Medio. O si al final esta escalada de tensiones terminan a medio plazo con la retirada estadounidense de Irak, uno de los principales objetivos de Suleimani. 

¿La última victoria de Suleimani? 

El asesinato del general iraní abre las puertas a una retirada de las tropas de E.E.U.U. de Irak

Mikel Ayestarán - Cubriendo conflictos 03 de enero de 2020


Qassem Suleimani no tenía las etiquetas de “mayor amenaza global” o “terrorista número uno” que tenía Abu Bakr al Bagdadi, pero su muerte tiene mayores implicaciones en Oriente Medio que la del líder del grupo yihadista Estado Islámico (EI). Donald Trump ha cruzado una línea roja que sus antecesores no cruzaron y ha ordenado el asesinato del general que ha liderado durante las últimas dos décadas las operaciones de la Fuerza Al Quds, la unidad de la Guardia Revolucionaria de Irán encargada de las operaciones en el exterior. Una figura que, después de años en el más absoluto silencio como arquitecto de la red de milicias y grupos leales a Teherán en la región, salió a la luz pública en 2014 para demostrar que Irán estaba dispuesto a desplegar a su militar más importante en la lucha contra el califato. 


Manifestantes queman una bandera de EEUU en Teherán tras el asesinato de Suleimani. Vahid Salemi / AP

En apenas tres meses, Trump ha ordenado asesinar a Al Bagdadi y a Suleimani. Estado Islámico, derrotado en el plano militar y desposeído de su califato, no ha sido capaz de orquestar una respuesta a la caída de su líder. Ahora la región, y sobre todo Irak, contiene la respiración ante la “venganza” que claman los líderes iraníes. Una venganza que puede ser doble, ya que el asesinato de Suleimani supone una violación del acuerdo entre Bagdad y Washington para el despliegue de soldados de Estados Unidos en Irak, lo que abre las puertas a que el Parlamento iraquí les invite a abandonar de nuevo el país. Esta retirada supondría toda una victoria para la estrategia del difunto general.

WHAT

Un avión no tripulado de Estados Unidos atacó en la madrugada del viernes dos vehículos que salían del aeropuerto internacional de Bagdad. Como resultado de la operación murieron al menos ocho personas, entre ellas el general iraní Suleimani y el número dos de las Unidades de Movilización Popular de Irak, Abu Mehdi al Muhandis, que había acudido a recibirlo. 


Suleimani se había convertido en todo un símbolo en Irán, sobre todo desde que su figura se hizo pública durante la guerra en Siria contra el califato. El líder supremo de Irán, Alí Jamenei, ya ha designado a un sucesor, el general Ismael Gaani, y ha adelantado que el papel de las Fuerzas Al Quds seguirá siendo el mismo que hasta ahora.

Irán y sus aliados en la región claman venganza y la tensión crece un peldaño más entre Washington y Teherán. Trump ha pasado de las sanciones por el programa nuclear a los asesinatos selectivos, y su primer objetivo ha sido la persona que ha diseñado la estrategia de guerra irregular y ha formado a las milicias que han expandido la influencia de Irán en la región en las últimas dos décadas. Suleimani ha muerto, pero su obra, estas milicias, están operativas y son ahora la gran amenaza para Estados Unidos.

WHO

Nacido en 1957 en Rabor, provincia de Kerman, en el centro de Irán, Suleimani estaba casado y era padre de tres hijos y dos hijas, como recogió el periodista Dexter Filkins en el meticuloso perfil que le dedicó en The New Yorker en septiembre de 2013. Un texto “elaborado durante más de cinco meses de entrevistas”, me explicaba el periodista estadounidense en el transcurso de una conversación telefónica, y tan meticuloso como lo permite una figura inalcanzable que se encargaba de dirigir unas brigadas que eran “una mezcla entre la CIA y las Fuerzas Especiales”.


Suleimani en un evento oficial en Teherán en 2016. Fotografía de la oficina del líder supremo iraní / Archivo AP

Suleimani estaba incluido en la lista de “terroristas más buscados” elaborada por Washington, había sido acusado de planificar atentados en medio mundo y de ser el responsable de la muerte de cientos de soldados estadounidenses en Irak tras la caída de Sadam Husein en las operaciones ejecutadas por las milicias chiíes que armó y entrenó. Apodado el “comandante en la sombra” del régimen iraní, su rostro salió a la luz en 2014 para convertirse en el mejor argumento de la República Islámica en su lucha contra EI.

En octubre, la Guardia Revolucionaria anunció que había frustrado un complot extranjero para asesinarlo. Solo tres meses después, el todopoderoso cuerpo paramilitar anunciaba su muerte en un ataque de un dron de Estados Unidos en Bagdad.

WHEN


El asesinato de Suleimani se produce en plena escalada de tensión entre Estados Unidos e Irán, enfrentados desde que Trump decidiera salirse del pacto nuclear firmado por Barack Obama en 2015 y volver a imponer sanciones económicas a Irán. Este enfrentamiento ha vivido capítulos como los ataques a petroleros en el Golfo Pérsico, aún sin aclarar, o el derribo de un dron estadounidense en el sur de Irán tras violar su espacio aéreo. Otros capítulos de este pulso indirecto se libran en Yemen, donde los rebeldes hutíes son próximos a Teherán; Siria, donde Irán respalda a Bashar al Asad; o Irak, país en el que las milicias chiíes diseñadas por Suleimani desempeñan un papel clave.

Estados Unidos ha urgido a sus ciudadanos a abandonar Irak; aún están muy frescas las imágenes del asalto a la embajada estadounidense en Bagdad del 31 de diciembre, cuando cientos de seguidores de las milicias chiíes consiguieron irrumpir y quemar una pequeña parte del complejo en señal de protesta por un ataque estadounidense contra una de sus bases, en el que murieron 25 personas. Este ataque, según Washington, fue en respuesta a la muerte de un contratista por el fuego de las milicias. La situación de seguridad comenzaba a descontrolarse después de unos años en los que la lucha contra EI había eclipsado el resto de problemas entre chiíes y estadounidenses.

Manifestantes cantan eslóganes durante una manifestación contra el asesinato de Suleimani.Vahid Salemi / AP 

WHERE

Tras superar la invasión de Estados Unidos, la guerra sectaria y la batalla contra EI, Irak teme ahora verse convertida en un campo de batalla en el que Teherán y Washington diriman sus diferencias a golpes. El presidente, Barham Salí, ha descrito como una “agresión” la operación ordenada por Trump y ha alertado de “las consecuencias de seguridad en Irak y en la región”; y el ayatolá Alí al Sistani, máxima autoridad religiosa, ha pedido “contención” en un momento en el que “el país se encamina hacia momentos muy difíciles”. Muestra de ello es que el clérigo chií Muqtada al Sader, otra figura clave en la vida política y militar del país desde 2003, ha llamado a sus combatientes a estar listos para “proteger Irak” y ha tomado la decisión de reactivar al Ejército del Mahdi, la milicia que combatió a Estados Unidos desde 2003 hasta 2008. Aquel año, el clérigo chií dio la orden de congelar las operaciones del grupo, que estuvo también implicado en la brutal guerra sectaria que sufrió el país tras la caída de Sadam.


Manifestación contra el asesinato del general iraní. Vahid Salemi / AP

WHY

¿Cuál es la estrategia de Trump en la región? Es una incógnita tan grande como la respuesta de Irán al asesinato de Suleimani. En pleno año electoral, algunos lo acusan de emplear la carta de Irán como baza para ganar votos, pero este movimiento puede tener consecuencias directas inesperadas como la retirada de sus tropas de Irak. El Parlamento de Irak se reunirá para analizar este asesinato que, según el primer ministro dimisionario, Adil Abdul Mahdi, “viola las condiciones acordadas” para la presencia militar de Estados Unidos en el país. Tras la retirada ordenada por Obama en octubre de 2011, las tropas regresaron con el objetivo de combatir a EI. Pero la operación contra Suleimani está fuera del acuerdo entre ambos Gobiernos, por lo que el Parlamento podría pedir su salida. Y una segunda retirada de Estados Unidos supondría una victoria para Irán, que ha perdido en la batalla a uno de sus generales más simbólicos, pero puede ganar la guerra.

Campanadas de la Historia (65) Irán en su laberinto (7) 'American Coup': el golpe de la CIA en Irán

'American Coup' cuenta la historia del golpe de estado orquestado por la CIA el 19 de agosto de 1953 para derrocar al popular primer ministro iraní de la época, Mohammad MossadeghEl 20 de marzo de 1951 Mossadegh había decretado la nacionalización de la industria petrolífera iraní para poder obtener beneficios del principal recurso natural del país, en detrimento de la compañía británica Anglo-Persian -luego Anglo-Iranian- Oil Company (APOC/AIOC), que después del golpe se convertiría en British Petroleum Company (la BP de nuestros días). Esta transnacional británica había estado explotando las inmensas reservas petrolíferas iraníes desde su descubrimiento a principios del siglo XX.

Orígenes del conflicto

Durante el apogeo del Imperio Británico, el anterior Shah de Irán (y quinto de la dinastía Qayar), había acordado con los británicos la concesión por 60 años, del derecho a buscar petróleo, gas y otros minerales en el territorio iraní (salvo algunas provincias septentrionales). A cambio el gobierno de ese país recibió 20.000 libras y el futuro 16 % de los beneficios anuales de la compañía, acuerdo lamentable que causaría indignación popular durante décadas y que comenzó una creciente penetración económica extranjera en Irán.

Sería el empresario australiano William Knox D'Arcy en mayo de 1901, el encargado de comenzar las prospecciones, que encontrarían el primer yacimiento en 2008, consiguiendo así la primera explotación petrolífera significativa en Oriente Medio. Esto otorgaría a los británicos en una posición ventajosa con respecto a los rusos en la zona del Cáucaso y Oriente Medio.

La nacionalización de Mossadegh enfureció al gobierno británico pues el petróleo iraní había sido clave para el esfuerzo de guerra británico en las dos guerras mundiales y lo era también para la reconstrucción económica de la posguerra, así que acusaron al gobierno iraní de estar violando los derechos de las compañías, amenazando con enviar a la Royal Navy e incentivando un boicot mundial al petróleo iraní, lo que devino crisis económica en el país persa.

A través del ex-premier Winston Churchill pidieron ayuda al presidente Harry Truman contra el principal artífice de esa pérdida de poder económico y político, su nuevo y reformista premier, que había desprovisto de poder al Shah Rezah Pahlavi, quien había preferido exiliarse en el extranjero. Sin embargo Truman rechazó la petición, instando a la búsqueda de un acuerdo por ambas partes.


Pero los británicos solo tuvieron que esperar a que finalizara su mandato así que volvieron a intentarlo con la nueva administración USA, la de Dwight D. Eisenhower. Esta vez la presión conjunta del nuevo Secretario de Estado John Foster Dulles y su hermano Allen Dulles, director de la C.I.A., consiguió el apoyo del nuevo presidente al golpe en nombre del anti-comunismo y de una supuesta inestabilidad del gobierno iraní que pudiera hacerlo caer en brazos de la Unión Soviética, en el contexto bipolar de la Guerra Fría. El plan se denominaría a partir de entonces en clave CIA, Operación Ajax.

Operación Ajax

Kermit Roosevelt (nieto del ex-presidente Theodore R.) fue "the man on the ground", el agente encubierto de la CIA encargado de llevar a cabo el plan. De esta forma, en agosto la CIA (en estrecha colaboración con la agencia británica de Inteligencia MI6) organizó un coup d'etat encubierto sobornando a políticos, militares, matones y distintos medios de comunicación en estrecha colaboración con la embajada y los Servicios de Inteligencia británicos.

Los instigadores del golpe crearon disturbios callejeros, saqueos y acusaciones falsas para causar sensación de caos y corrupción contra Mossadegh, lo que daría pretextos al ejército para detenerle y al Shah Pahlavi (que acababa de huir del país) para volver, destituir al primer ministro y hacerlo afrontar cargos de alta traición.

En este punto recurrimos al doble comic 'Los mejores enemigos: una historia de las relaciones entre EEUU y Oriente Medio' que recorre con expresionista estilo una historia de conflictos, chantajes y real politik desde la misma creación de la gran potencia norteamericana hasta 1984. Del primer tomo, que acaba precisamente con este golpe, hemos tomado prestado algunas de las imágenes para este post que ilustran lo que sucedió aquellos días de agosto. Si clickan en las imágenes se podrán ver mejor.

Consecuencias

En diciembre de 1953, Mossadegh fue condenado a tres años de reclusión en régimen de aislamiento en una prisión militar, aunque muy por debajo de la sentencia de muerte pedida por los fiscales. Cuando escuchó la sentencia, levantó la cabeza y dijo en voz baja, lleno de sarcasmo: "El veredicto de esta corte ha aumentado mis glorias históricas. Estoy muy agradecido de que me haya condenado. Verdaderamente, esta noche la nación iraní entendió el significado del constitucionalismo."

Cumplida la condena, Mossadegh debió permanecer confinado en su villa de Ahmad Abad, prácticamente hasta el día de su muerte. El 4 de febrero de 1967 falleció por un cáncer, fue enterrado en su propia casa para evitar furores políticos.

Para la CIA la operación Ajax fue un éxito, al menos a corto plazo, pues supuso un cambio político decisivo para los intereses estadounidenses, un prototipo de intervención encubierta que repetirían en otros lugares del mundo en las décadas siguientes. A partir de 1953 el Shah se convertiría en un estrecho aliado de EEUU hasta su remoción del poder en 1979.

Otro acto de rampante imperialismo estadounidense, cometiendo un flagrante acto de sibilina agresión y lesa soberanía en un país de tanta entidad histórica y geoestratégica, situado en una zona tan sensible como es Oriente Medio. Ello les acabaría pasando factura en 1979 con la revolución islámica, la expulsión del Shah y la ebullición del anti-americanismo en el mundo musulmán; pero su efecto sigue hasta nuestros días, siendo invocado por todos los partidos políticos (especialmente los más anti-occidentales) iraníes como pretexto de odio y desacuerdo contra los Estados Unidos. 

Sería Barack Obama el primer presidente USA que reconocería este hecho, en sutil acto de contrición, en su célebre discurso en El Cairo en junio de 2009. De hecho en 2013, a los 60 años del aniversario del golpe de estado, se desclasificaron documentos de la CIA que reconocían formalmente el papel clave de la agencia en el mismo.

Para cerrar el post publicamos el documental 'American Coup' (Joe Ayella, 2011), por si quieren profundizar en este hecho capital en la historia de Irán y por ende de Oriente Medio, una ventana a un momento histórico cuyos ecos aún resuenan en nuestros días.