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Vocabulario Fundamental. Memoria (30) La destrucción de la memoria


"Parte de la guerra y el conflicto siempre ha sido el daño colateral. Muchos edificios han caído al estar en camino de los objetivos militares, pero, [...] en esta guerra, los edificios no se destruyen porque obstaculizan un objetivo. Los edificios son el objetivo". Cómo explica elocuentemente el narrador de The Destruction of Memory, la destrucción de la cultura de los edificios, libros, y con frecuencia, el arte, es una consecuencia accidental de la guerra. Como podemos ver por las acciones de ISIS en Irak y Siria hoy, la destrucción de bienes culturales es parte de una estrategia consciente para atacar y destruir la memoria colectiva, la historia y la identidad de un pueblo. "Una de las maneras de deshacerse de la historia es removiendo todas las huellas físicas de la historia", explica en la cinta Daniel Libeskind, arquitecto del Museo Judío de Berlín. "Hacer creer que nunca nada pasó ahí".

La guerra contra la cultura ha ido creciendo de forma constante en el último siglo. En los albores del siglo XX, las herramientas de guerra y su poder destructivo comenzaron a acelerar su ritmo de crecimiento. La capacidad para destruir un monumento, un edificio o una ciudad aumentó, haciéndolo más fácil. ¿Cómo podemos detener su paso y salvar la historia que configura nuestra identidad? Los ataques intencionados contra bienes culturales de los países en guerra son constantes. En Siria e Irak, la cuna de la civilización, milenios de cultura han sido destruidos por grupos terroristas como el tristemente célebre DAESH o ISIS. Ciudades como Homs, Palmira o Alepo han sido reducidas a paisajes apocalípticos.

Irán en su laberinto (9) Irán, en el corazón de las tensiones



Uno de los siempre esclarecedores reportajes de la sección 'El revés de los mapas' de la productora ARTE son lleva a cómo la expansión de la influencia iraní en Oriente Medio (Irak, Siria y Yemen principalmente) está tensando la geopolítica de la zona.

Militar nuclear, rivalidad con Arabia Saudí, posguerra en Siria, retos del petróleo y el gas, conflicto israelí-palestino… Irán está en el centro de las principales tensiones geopolíticas actuales. Una situación compleja, exacerbada por la política exterior de Donald Trump.

Vocabulario Fundamental. Asesinato (18) Irán en su laberinto (8) ¿La última victoria de Suleimani?

Un artículo de Mikel Ayestarán en 5W analiza el asesinato del poderoso general iraní Qassem Suleimani (ordenado por el incendiario Donald Trump) y del jefe de las milicias chiítas en Irak 'Multitud Popular' (PMF) Mahdi al-Muhandis, ejecutados con cuatro misiles lanzados por un dron estadounidense el 3 de enero de este año, que recién comienza con esta tremenda sacudida a la geopolítica mundial. 

Suleimani era el segundo hombre del régimen tras el Líder supremo Ali Jamenei y dirigía la fuerza Al Quds, cuerpo de élite de la Guardia Revolucionaria y encargada de las acciones militares iraníes en el exterior. En Irak, por poner algún ejemplo, ha sido responsable de las represalias armadas sobre las manifestaciones populares de los últimos meses y también dirigió la resistencia chií contra las fuerzas norteamericanas en el país sobre todo desde 2006. En Siria, la Fuerza Al Quds ha apoyado decisivamente a la supervivencia del régimen de al-Assad contra las fuerzas rebeldes y los yihadistas surgidos del levantamiento que se inició en 2011. En fin, un personaje de mucha entidad, el arquitecto de la expansión regional del régimen iraní en esta década a lo largo del eje Teherán-Bagdad-Damasco-Hezbollah, extendiéndose también a otros países como Yemen y Afganistán, tejiendo una temible red multinacional chií que ha sido un quebradero de cabeza para Estados Unidos, Israel y Arabia Saudía, sus tres archienemigos.

Como ha dicho el mismísimo general estadounidense David Petraeus (ex-comandante de las fuerzas USA en Irak y Afganistán y ex-director de la CIA), "su muerte es más significativa que el asesinato de Bin Laden o el del líder del Estado Islámico Abu Bakr al-Baghdadi". Ahora, tras sus funerales, el mundo contiene el aliento y mira a Irán esperando su respuesta, que podrá ser medida y proporcionada para salvar la cara o busca la sangrienta venganza por la que claman centenares de miles de personas y que podría provocar una (otra) guerra de impredecibles consecuencias en el siempre inflamable Oriente Medio. O si al final esta escalada de tensiones terminan a medio plazo con la retirada estadounidense de Irak, uno de los principales objetivos de Suleimani. 

¿La última victoria de Suleimani? 

El asesinato del general iraní abre las puertas a una retirada de las tropas de E.E.U.U. de Irak

Mikel Ayestarán - Cubriendo conflictos 03 de enero de 2020


Qassem Suleimani no tenía las etiquetas de “mayor amenaza global” o “terrorista número uno” que tenía Abu Bakr al Bagdadi, pero su muerte tiene mayores implicaciones en Oriente Medio que la del líder del grupo yihadista Estado Islámico (EI). Donald Trump ha cruzado una línea roja que sus antecesores no cruzaron y ha ordenado el asesinato del general que ha liderado durante las últimas dos décadas las operaciones de la Fuerza Al Quds, la unidad de la Guardia Revolucionaria de Irán encargada de las operaciones en el exterior. Una figura que, después de años en el más absoluto silencio como arquitecto de la red de milicias y grupos leales a Teherán en la región, salió a la luz pública en 2014 para demostrar que Irán estaba dispuesto a desplegar a su militar más importante en la lucha contra el califato. 


Manifestantes queman una bandera de EEUU en Teherán tras el asesinato de Suleimani. Vahid Salemi / AP

En apenas tres meses, Trump ha ordenado asesinar a Al Bagdadi y a Suleimani. Estado Islámico, derrotado en el plano militar y desposeído de su califato, no ha sido capaz de orquestar una respuesta a la caída de su líder. Ahora la región, y sobre todo Irak, contiene la respiración ante la “venganza” que claman los líderes iraníes. Una venganza que puede ser doble, ya que el asesinato de Suleimani supone una violación del acuerdo entre Bagdad y Washington para el despliegue de soldados de Estados Unidos en Irak, lo que abre las puertas a que el Parlamento iraquí les invite a abandonar de nuevo el país. Esta retirada supondría toda una victoria para la estrategia del difunto general.

WHAT

Un avión no tripulado de Estados Unidos atacó en la madrugada del viernes dos vehículos que salían del aeropuerto internacional de Bagdad. Como resultado de la operación murieron al menos ocho personas, entre ellas el general iraní Suleimani y el número dos de las Unidades de Movilización Popular de Irak, Abu Mehdi al Muhandis, que había acudido a recibirlo. 


Suleimani se había convertido en todo un símbolo en Irán, sobre todo desde que su figura se hizo pública durante la guerra en Siria contra el califato. El líder supremo de Irán, Alí Jamenei, ya ha designado a un sucesor, el general Ismael Gaani, y ha adelantado que el papel de las Fuerzas Al Quds seguirá siendo el mismo que hasta ahora.

Irán y sus aliados en la región claman venganza y la tensión crece un peldaño más entre Washington y Teherán. Trump ha pasado de las sanciones por el programa nuclear a los asesinatos selectivos, y su primer objetivo ha sido la persona que ha diseñado la estrategia de guerra irregular y ha formado a las milicias que han expandido la influencia de Irán en la región en las últimas dos décadas. Suleimani ha muerto, pero su obra, estas milicias, están operativas y son ahora la gran amenaza para Estados Unidos.

WHO

Nacido en 1957 en Rabor, provincia de Kerman, en el centro de Irán, Suleimani estaba casado y era padre de tres hijos y dos hijas, como recogió el periodista Dexter Filkins en el meticuloso perfil que le dedicó en The New Yorker en septiembre de 2013. Un texto “elaborado durante más de cinco meses de entrevistas”, me explicaba el periodista estadounidense en el transcurso de una conversación telefónica, y tan meticuloso como lo permite una figura inalcanzable que se encargaba de dirigir unas brigadas que eran “una mezcla entre la CIA y las Fuerzas Especiales”.


Suleimani en un evento oficial en Teherán en 2016. Fotografía de la oficina del líder supremo iraní / Archivo AP

Suleimani estaba incluido en la lista de “terroristas más buscados” elaborada por Washington, había sido acusado de planificar atentados en medio mundo y de ser el responsable de la muerte de cientos de soldados estadounidenses en Irak tras la caída de Sadam Husein en las operaciones ejecutadas por las milicias chiíes que armó y entrenó. Apodado el “comandante en la sombra” del régimen iraní, su rostro salió a la luz en 2014 para convertirse en el mejor argumento de la República Islámica en su lucha contra EI.

En octubre, la Guardia Revolucionaria anunció que había frustrado un complot extranjero para asesinarlo. Solo tres meses después, el todopoderoso cuerpo paramilitar anunciaba su muerte en un ataque de un dron de Estados Unidos en Bagdad.

WHEN


El asesinato de Suleimani se produce en plena escalada de tensión entre Estados Unidos e Irán, enfrentados desde que Trump decidiera salirse del pacto nuclear firmado por Barack Obama en 2015 y volver a imponer sanciones económicas a Irán. Este enfrentamiento ha vivido capítulos como los ataques a petroleros en el Golfo Pérsico, aún sin aclarar, o el derribo de un dron estadounidense en el sur de Irán tras violar su espacio aéreo. Otros capítulos de este pulso indirecto se libran en Yemen, donde los rebeldes hutíes son próximos a Teherán; Siria, donde Irán respalda a Bashar al Asad; o Irak, país en el que las milicias chiíes diseñadas por Suleimani desempeñan un papel clave.

Estados Unidos ha urgido a sus ciudadanos a abandonar Irak; aún están muy frescas las imágenes del asalto a la embajada estadounidense en Bagdad del 31 de diciembre, cuando cientos de seguidores de las milicias chiíes consiguieron irrumpir y quemar una pequeña parte del complejo en señal de protesta por un ataque estadounidense contra una de sus bases, en el que murieron 25 personas. Este ataque, según Washington, fue en respuesta a la muerte de un contratista por el fuego de las milicias. La situación de seguridad comenzaba a descontrolarse después de unos años en los que la lucha contra EI había eclipsado el resto de problemas entre chiíes y estadounidenses.

Manifestantes cantan eslóganes durante una manifestación contra el asesinato de Suleimani.Vahid Salemi / AP 

WHERE

Tras superar la invasión de Estados Unidos, la guerra sectaria y la batalla contra EI, Irak teme ahora verse convertida en un campo de batalla en el que Teherán y Washington diriman sus diferencias a golpes. El presidente, Barham Salí, ha descrito como una “agresión” la operación ordenada por Trump y ha alertado de “las consecuencias de seguridad en Irak y en la región”; y el ayatolá Alí al Sistani, máxima autoridad religiosa, ha pedido “contención” en un momento en el que “el país se encamina hacia momentos muy difíciles”. Muestra de ello es que el clérigo chií Muqtada al Sader, otra figura clave en la vida política y militar del país desde 2003, ha llamado a sus combatientes a estar listos para “proteger Irak” y ha tomado la decisión de reactivar al Ejército del Mahdi, la milicia que combatió a Estados Unidos desde 2003 hasta 2008. Aquel año, el clérigo chií dio la orden de congelar las operaciones del grupo, que estuvo también implicado en la brutal guerra sectaria que sufrió el país tras la caída de Sadam.


Manifestación contra el asesinato del general iraní. Vahid Salemi / AP

WHY

¿Cuál es la estrategia de Trump en la región? Es una incógnita tan grande como la respuesta de Irán al asesinato de Suleimani. En pleno año electoral, algunos lo acusan de emplear la carta de Irán como baza para ganar votos, pero este movimiento puede tener consecuencias directas inesperadas como la retirada de sus tropas de Irak. El Parlamento de Irak se reunirá para analizar este asesinato que, según el primer ministro dimisionario, Adil Abdul Mahdi, “viola las condiciones acordadas” para la presencia militar de Estados Unidos en el país. Tras la retirada ordenada por Obama en octubre de 2011, las tropas regresaron con el objetivo de combatir a EI. Pero la operación contra Suleimani está fuera del acuerdo entre ambos Gobiernos, por lo que el Parlamento podría pedir su salida. Y una segunda retirada de Estados Unidos supondría una victoria para Irán, que ha perdido en la batalla a uno de sus generales más simbólicos, pero puede ganar la guerra.

Vidas Conspicuas (17) 'Unmasking Jihadist John': Anatomía de un terrorista


En esta semana en la que fuerzas especiales estadounidenses han acabado con la vida del fundador del Estado Islámico (a.k.a. ISIS, aka Daesh), el iraquí Abu Bakr al-Baghdadi en la aldea siria de Barisha -dentro de la provincia de Idlib-, publicamos 'Unmasking Jihadi John: Anatomy of a terrorist', un estupendo documental dirigido por Anthony Wnke y producido por HBO que reconstruye la búsqueda global de Mohammed Emwazi, también conocido como 'Jihadi John', quien en 2014 saltó tristemente a la fama en 2014 por ser el torturador privado y verdugo público de algunos rehenes occidentales, entre ellos los periodistas estadounidenses James Foley y Steve Sotlof, quienes sólo serían los primeros en ser cruelmente ejecutados por Emwazi.


Sus escalofriantes discursos frente a las cámaras, justificando sus crímenes con perfecto acento británico, le pusieron en la mira de los servicios de inteligencia de todo el mundo buscando su identificación y posterior rastreo a lo largo del territorio conquistado por el Califato Islámico, hasta acabar con su vida en noviembre de 2015 con un misil lanzado por un dron estadounidense cerca de la ciudad de Al Raqqa, capital por entonces del autodenominado Estado Islámico. 

Este tenso documental nos muestra cómo pudo un tímido joven crecido y educado en Londres radicalizarse hasta adoptar la demente cosmovisión del proyecto yihadista y convertirse en un brutal terrorista en Siria y también la historia de su búsqueda por parte de los servicios de inteligencia occidentales hasta terminar con su eliminación física. Una historia de guerra y propaganda, de marginación y fanatismo, una historia humana al fin y al cabo. 


Desenmascarando A Jihadi John: Anatomía De Un Terrorista

¿Quién fue Mohammed Emwazi? El documental intentará responder esta compleja pregunta que pareciera arrastrar otras no menos intrigantes y quizás un tanto más difíciles de enfrentar y desentrañar. ¿Cómo llegó Mohammed Emwazi a convertirse en uno de los terroristas más buscados del mundo? ¿Cómo el niño que alguna vez fue se alzó como el jefe de los verdugos de ISIS? ¿Cómo el estudiante universitario que vivía en Londres terminó siendo el terrorista que acabó con las vidas de sus rehenes frente a una cámara?

Se dio a conocer en 2014 por una serie de videos donde él era el atroz protagonista. Para ese momento, sin embargo, no tenía nombre, sino que era una figura enmascarada y vestida de negro a la que apenas se le veían los ojos. En el primero de estos videos, subido a YoTube el 19 de agosto de aquel 2014, se mostraba la decapitación de un rehén de ISIS, el periodista norteamericano James Foley. Otro video del 2 de septiembre (menos de un mes después) mostraba un nuevo asesinato, el del también periodista Steve Sotloff. A estos seguirían otros videos igual de espantosos en los que se asesinaban a reporteros y trabajadores de ayuda humanitaria: David Haines, Alan Henning, Abdul-Rahman Kassig y el reportero japonés Kenji Goto.

En cada video, hablándole a la cámara, haciendo exigencias y lanzando diatribas contra occidente, asesinando o siendo parte del escenario de muerte, estaba este hombre, el portavoz y verdugo del Califato Islámico. Debido a que hablaba con un claro y educado acento británico, la prensa comenzó a llamarlo Yihadista John. John por Lennon, pues dentro de la célula terrorista donde se le identificaba había otros tres hombres con acento británico. A él, como se ha dicho, lo llamaron John, y a los cuatro en conjunto, Los Beatles.
El Yihadista John se convirtió en uno de los principales objetivos de las agencias internacionales de seguridad, pero era una presa elusiva. Usaba Internet, dejaba mensajes, era el comunicador del Estado Islámico, y aun así, tan expuesto como estaba, se les iba de las manos. Aquel terrorista era experto en no dejar rastros. Finalmente, arduas investigaciones y una cacería implacable dieron con él en 2015. Una misil lanzado desde un dron acabó con su vida en Raqqa, al norte de Siria.

Luego el mundo sabría que su nombre había sido Mohammed Emwazi, que a los seis años había llegado con sus padres desde Kuwait al noroeste de Londres. Que jugaba futbol en su barrio, que de adolescente fue callado y poco dado al trato social, que le gustaba usar gorras y ropa deportiva de moda, que acosaba a las chicas, que no fue buen estudiante en la escuela pero llegó a la Universidad de Westminster y se graduó en ciencias de la computación con una beca del Reino Unido. Que en 2009 estuvo en Kuwait, pero que en 2013, cuando intentó regresar, fue rechazado por las autoridades. Ese mismo año desapareció de su casa en Londres y no se supo más de él hasta que el gobierno británico les notificó a sus padres que había entrado en Siria de manera subrepticia.

El director Anthony Wonk y el productor y periodista de investigación Richard Kerbaj nos entregan Unmasking Jihadi John: Anatomy of a Terrorist, un detallado recorrido por la vida de Emwazi a través de los testimonios de sus maestros de escuela, rehenes sobrevivientes, familiares de los ejecutados por Emwazi e incluso agentes e investigadores de la agencia de seguridad que nunca habían hecho público los detalles más secretos del caso.

Desenmascarando a Jihadi John: Anatomía De Un Terrorista presenta material nunca visto de Emwazi cuando joven, en la escuela de Londres, y se va adentrando en sus años de adolescencia cuando, cargado por complejos y burlas, fue dejándose llevar por la influencia de ciertas pandillas extremistas. El documental usa también audios de Emwazi y material inédito grabado por el mismo Estado Islámico, junto con recreaciones de algunos momentos de la historia del terrorista y verdugo.

Se trata de un trabajo a fondo que nos hace cuestionarnos sobre el rol de nuestra civilización, sobre lo que estamos haciendo en occidente con los modos de relacionarnos con los otros —los que no son como nosotros—, con la soledad, el mercado, el consumo y las nuevas maneras de comunicarnos o alienarnos. Emwazi, sin pretender justificarlo, es el resultado más radical y espantoso de los males de nuestros tiempos.

Con todo, al final, siempre quedan las mismas preguntas: ¿Quién fue Mohammed Emwazi? Más aún, ¿cómo llegó a convertirse Mohammed Emwazi en un asesino fanatizado que detestaba la civilización occidental?



Estupor y Temblores (66) El psiquiatra de Alepo

En Portada entra en el psiquiátrico de Alepo, en el que viven los enfermos de la guerra. Bassam Haik, el director del centro, retrata el infierno del conflicto sirio a través de sus pacientes. Más allá de la destrucción física de las ciudades, más allá de los cientos de miles de refugiados y desplazados, las guerras dejan también un daño irreparable en muchos supervivientes. Hoy, más de un millón de sirios sufre algún tipo de enfermedad mental. Según la ONU, la reconstrucción de Siria podría rondar los 400 mil millones de dólares. Pero es imposible saber cuánto costará sanar los daños mentales que deja el conflicto.

El psiquiatra de Alepo 


23.10.2019 RTVE

Sonrisas perdidas, frases inconexas, recuerdos de batallas y verdades como puños. Todo eso contiene ‘El psiquiatra de Alepo’, un reportaje de ‘En Portada’ rodado en la ciudad mártir de la guerra de Siria.


“La guerra afecta a cualquier ser humano. Pero para los pacientes de enfermedades mentales, es algo diferente, porque esas personas no tienen quien les cuide. Y la guerra destruye todo su mundo, por dentro y por fuera”. Bassam Haik sabe bien de lo que habla. Es el psiquiatra de Alepo, el director del Hospital Ibn Kahldoun, en una ciudad devastada por la guerra.

Como psiquiatra ha visto lo peor de la condición humana en las paredes del hospital. Hombres, mujeres, adolescentes… distintas generaciones de sirios con las mentes quebradas por la guerra. Pacientes a los que el conflicto les quitó todo: su hogar y su familia. Enfermos que enfrentan, en soledad, el duro viaje de la razón al delirio.

Más allá de la destrucción física de las ciudades, más allá de los cientos de miles de refugiados y desplazados, las guerras dejan también un daño irreparable en muchos supervivientes. Hoy, más de un millón de sirios sufre algún tipo de enfermedad mental. Según la ONU, la reconstrucción de Siria podría rondar los 400 mil millones de dólares. Pero es imposible saber cuánto costará sanar los daños mentales que deja el conflicto.

Un reportaje de Luis Pérez; con realización de Ángel Barroso; Imagen y sonido de Marcelo Illán e Ignacio Villanueva; y montaje de Luis María Elgorriaga.


Vocabulario Fundamental. Revolución (5) 'The Uprising': el pueblo árabe gritó Libertad





6 países, 7 días, 1 revolución. Este documental publicado en 2013 por Peter Snowdon está compuesto por cerca de cien vídeos distintos subidos a Internet por tantos otros desconocidos ciudadanos de estos países árabes, que a finales de 2010 y lo largo de 2011 comenzaron los movimientos populares revolucionarios en Túnez, Egipto, Bahrein, Libia, Siria y Yemen, para intentar sacudirse sus respectivas dictaduras que llevaban décadas oprimiéndoles y reivindicando vidas dignas, libres de represión y humillaciones

Snowdon no busca articular una cronología exacta de los eventos o analizar las causas de las para mí mal llamadas llamadas "primaveras árabes", sino crear un imaginario desde las entrañas de las primeras protestas civiles pacíficas, de los primeros disparos de la policía, las primeras carreras, las primeras sangres. Y hacerlo saltando de una a otra, resaltando los elementos comunes de forma que pareciera una sola revolución que se hubiera extendido por todo Oriente Medio. 

Un relato rodado con multicámara y en primera persona, un retrato de la acción política y social en nuestra era que nos da buena cuenta del frágil e irremplazable momento en el que la vida deja de ser una prisión y todo vuelve a ser posible otra vez.

Un mundo mejor es posible (53) Siria, de cenizas y esperanza





Este reportaje de ARTE dirigido en 2018 por Suzanne Allant es un retrato de la resistencia civil siria en las zonas de la provincia de Idlib que aún no están bajo el dominio de las tropas del régimen y sus aliados. El reportaje sigue al reportero y fotógrafo Zein Al-Rifai, natural de uno de los barrios del este de Aleppo que se rebelaron contra el tirano Al Asad y acabaron destruidos en las distintas batallas que en esa ciudad siria se llevaron a cabo desde 2012 a 2016.

De la mano de Zein conocemos a 'rebeldes sin armas', como el paramédico Mohammad Alaa, que conduce una ambulancia y busca personas enterradas en los escombros dejados por los bombardeos pero que también ha creado varios refugios para gatos heridos o abandonados, como Il Gattaro di Aleppo

También a Aïda, que se ocupa desde hace tres años voluntariamente de un orfanato con más de una centena de niños o Aziz, que pinta frescos y mensajes en las ruinas. Personas que aún hacen que aún se conserve algo de esperanza entre la destrucción. Pero, ¿qué será de todos ellos cuando Asad y Putin también devoren Idlib ante el silencio del mundo?

Vocabulario Fundamental. Periodismo y Periodistas (40) '3 cámaras robadas', grabar la represión policial en Sahara Occidental


Cortometraje documental grabado por Equipe Média que ilustra la vida cotidiana de los periodistas saharauis y los riesgos que asumen para mantener sus cámaras documentando la represión que el gobierno marroquí sobre la disidencia saharauí.

Los miembros de Equipo Mediático de Sahara Occidental luchan por mantener sus cámaras. Las usan para documentar las violaciones de derechos humanos del reino de Marruecos en la última colonia africana – Sahara Occidental.

Marruecos no deja que periodistas extranjeros entren en el territorio ocupado y las únicas imágenes que logran salir son las que Equipe Media captan en secreto, escondidos en azoteas tomando grandes riesgos. Graban demostraciones pacíficas que son violentamente reprimidas por la policía y las fuerzas armadas. También graban testimonios de la violencia que los Saharauis enfrentan en su vida cotidiana. Esto es una historia sobre romper la censura absoluta con imágenes únicas de un área donde las autoridades marroquíes logran implementar un bloqueo mediático casi total.


Palabras del director: Este proyecto es el resultado de la colaboración entre dos grupos, Equipo Mediático y RåFILM. Para enfatizar la importancia del trabajo colectivo no nombramos individuos sino vemos los grupos como los creadores de la película.

Equipo Mediático trabaja en Sahara Occidental bajo constante opresión ya que sus actividades son consideradas illegales y hay un riesgo constante de ser encarcelado. Como grupo tienen algunas personas que ocupan roles públicos de representación y otros que trabajan de manera escondida. De tal manera el grupo se vulve menos vulnerable a la represión Marroquí. El objetivo del grupo es distribuir sus películas rápidamente a través de los medios de comunicación social.

RåFILM trabaja en Suecia basados en la idea de que los miembros se apoyen mutuamente y compartan sus conocimientos. Normalmente trabajan en proyectos y procesos largos con mucho tiempo para distribuir las peliculas a un público amplio.

Juntos, los grupos usan el poder del trabajo colectivo para crear cambio social. En 3 Stolen Cameras han usado material único de Sahara Occidental para hacer un documental que puede alcanzar un público amplio. El objetivo es concientizar el público sobre la situación en Sahara Occidental y la ocupación ilegal en el cual los países mas ricos del mundo son cómplices. 

El documental 5 Broken Cameras, sobre la lucha en Palestina hecho por Emad Burnat y Guy Davidi, ha sido una inspiración para el tema de la película. La ocupación de ambos paises son similares con la gran diferencia que la ocupación de Sahara Occidental es mucho menos conocida y casi ausente en los medios de comunicación.

Los creadores de 3 Stolen Cameras exigen que las autoridades marroquís inmediatamente liberen los tres miembros de Equipo Mediático que se encuentran encercelados. Banbari Mohamed sentenciado a seis años de prisión, Bachir Khada sentenciado a 20 años de prisión y Lekhfaouni Abdaiahi sentenciado a cadena perpétua.

La condena del refugiado (10) Rohingya, los refugiados invisibles


Esta foto de Mohammed Hossain para Reuters de refugiados Rohingya que huyen de Myanmar hacia Bangladesh lo dice todo. Visto en Principia Marsupia


En el Juzgado somos suscriptores de 5W y con uno de sus excelentes reportajes actualizamos este post de hace unos días viajando a la frontera de Myanmar y Bangladesh de la mano del fotoperiodista KM Asad. KM lleva más de cinco años cubriendo la crisis de la comunidad musulmana Rohingya, en desesperada fuga escapando de la represión del ejército birmano en combate con los guerrilleros rohingya, en uno de los genocidios más silenciosos de nuestro tiempo. Mientras Bangladesh soporta toda la magnitud de esta crisis de refugiados, ACNUR llama a los países de la región a que muestren solidaridad y hagan su parte para mantener abiertas las fronteras y protejan a los refugiados, los parias de los parias, que huyen de la discriminación, la persecución y la violencia en Myanmar en una limpieza étnica de libro. Una catástrofe humanitaria que ya alcanza a más de medio millón de personas, medio millón de desdichados seres humanos que llegan en extrema necesidad a un país ya paupérrimo en sí mismo

Rohinyás: Fotografía desde la frontera

Barcazas a la deriva. Familias cruzando alambradas. La infancia desamparada.

El fotoperiodista bangladesí KM Asad lleva más de cinco años cubriendo la crisis de la comunidad musulmana rohinyá, que huye de los ataques de las fuerzas de seguridad birmanas. Se ha fijado sobre todo en la infancia. “Los niños son inocentes, ¿cómo puede alguien hacerles esto? Los he visto perdiéndolo todo”.

En estas diez fotografías, KM Asad explica qué pasó y qué pasa en la frontera entre Birmania y Bangladesh. Un recorrido por la historia reciente de esta comunidad olvidada. Cerca de 480.000 rohinyás se han refugiado en Bangladesh empujados por el recrudecimiento de la violencia desde finales de agosto, cuando la guerrilla rohinyá (ARSA) atacó varios puestos fronterizos y el Ejército birmano respondió con una ofensiva que ha destruido cientos de pueblos y aldeas.

Aquí encontramos, en imágenes, las historias de algunas de estas personas —y de otras que ya habían huido.


1. Río Naf

A finales de agosto me dijeron que había muchos rohinyás cruzando la frontera porque las fuerzas de seguridad de Birmania estaban atacando y quemando casas. Atravesaban esta zona de nadie en Lomba Beel, junto al río Naf, que separa ambos países. Fui allí y vi cómo llegaban rohinyás sin parar.



2. Barcazas

Me dijeron que la frontera terrestre entre Birmania y Bangladesh estaba cerrada, y que la gente estaba llegando en barcazas a la isla de Shah Porir Dip. Esta foto fue tomada el 14 de septiembre de 2017. Cuando llegaba uno de los botes, los ocupantes me vieron en la orilla y se detuvieron, tenían miedo, pensaban que éramos fuerzas de seguridad. Llegaron lugareños a la zona, les hicieron señas y finalmente vinieron. Nadie murió, pero estaban todos mareados a causa del viaje.

3. La huida

Durante unas dos semanas, entre finales de agosto y principios de septiembre, había rohinyás que llegaban cada día a Bangladesh desde Birmania. La mayoría de las veces cruzaban por la mañana o por la tarde. A veces se detenían para descansar. Vi a gente llorar. Las mujeres y los niños me decían que las fuerzas de seguridad birmanas habían destruido y quemado sus casas. Y que habían asesinado a rohinyás.

4. Una crisis permanente

Esta fotografía es de 2012. Es de la primera vez que cubrí esta crisis. Los rohinyás llegaban entonces a través del río Naf y no por tierra. Las fuerzas de seguridad de Bangladesh estaban devolviendo los botes. Los rohinyás gritaban que les ayudaran, que les dieran refugio. Unos días después, las fuerzas de seguridad bangladesíes recibieron la orden de dejar que llegaran las barcazas. En aquellos días veía de cinco a diez botes en el río, de forma constante. Los que iban en esta barcaza consiguieron llegar.


5. Entre alambradas

Esta familia rohinyá cruzaba la valla entre Bangladesh y Birmania en septiembre de este año. Es zona de nadie, uno de los pocos sitios por los que podían cruzar. Esa fue la forma que encontraron de huir.


6. Sin agua

Los rohinyás llegaban de varios puntos de Birmania. Algunos caminaban durante tres o cuatro días, o durante dos semanas. En esta zona no hay nada, ni tiendas ni lugares para avituallarse. Es un espacio abierto, un enorme campo. La gente huye de casa sin nada. Los bangladesíes daban agua a algunas de las personas que llegaban, como a esta señora. La fotografía fue tomada en la zona fronteriza de Cox’s Bazar el pasado 5 de septiembre.



7. Balas

Ulubunia es una localidad bangladesí cercana a la frontera con Birmania, cercana al río Naf. Cuando llegué, me enseñaron esta bala, decían que la habían disparado las fuerzas de seguridad birmanas. “Viene de Birmania”, me dijeron. La foto es del pasado 6 de septiembre.



8. Jamal 


Esta fotografía es de 2016. Contactos que tengo en la zona me dijeron que el Ejército de Birmania estaba atacando casas y que desde esta zona fronteriza de Bangladesh, Teknaf, se podía ver. Fui al campo de Lada, en la frontera, y encontré a este niño, Jamal Hossain. Había caminado durante más de veinte días, muchos de ellos bajo la lluvia, junto a su madre. Murió. Tenía fiebre y no había comido. Es espeluznante. Pensé qué haría mi madre si fuese yo quien hubiera muerto. Después de sacar esta fotografía, estuve veinte minutos en shock. No podía hacer más fotos.



9. Asmat

Asmat llegó a Bangladesh desde Birmania el pasado 6 de septiembre. Estaba en una cuneta: la gente llegaba allí primero, y luego le hacían sitio en el campo. Yo estaba en un coche y vi que algunos de mis amigos le sacaban fotografías a alguien. Fui y vi a Asmat. Cuando la miré a los ojos me asusté. No hablaba, pero mantenía contacto visual conmigo.



10. Torturas

Esta foto la tomé el mismo día que la de Jamal, el niño que murió en el campo de Lada. Estaba trabajando allí y vino una mujer que me dijo: “Mira esto, por favor”. Levantó la camisa y vi esta marca de violencia en su cuerpo. Decía que las fuerzas de seguridad de Birmania la habían torturado.