Un mundo mejor es posible (41) Vocabulario Fundamental. Mujeres (19) África, en el nombre de las mujeres

África, en el nombre de las mujeres

El programa entrevista a la presidenta de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf

En Portada se pregunta si las mujeres pueden ser el motor del cambio en el continente africano


En enero de 2006, Ellen Johnson-Sirleaf, se convertía en presidenta de Liberia y en la primera mujer jefa de Estado de un país africano. 10 años después nos planteamos que sería interesante comprobar cuál ha sido su papel y ver también si las mujeres son o pueden ser el motor de cambio en el continente africano. Lógicamente, el realizar el reportaje dependía de la entrevista con Ellen Johnson. La ONG “Mujeres por África” que desarrolla el proyecto “Stop Fístula” en Liberia, proyecto apoyado por la presidenta Johnson-Sirleaf, nos echó una mano con las gestiones. Finalmente, a principios de enero, nos llegó el sí a la entrevista.

Llegamos a un país todavía bajo los efectos de la epidemia del ébola. Liberia fue uno de los tres más afectados por el virus y en el que más personas murieron. Además, supuso un parón en seco del desarrollo y la recuperación que venía experimentando desde la llegada al poder de Ellen Johnson tras las elecciones después del final, en 2003, de 14 años de dos sangrientas y devastadoras guerras civiles.

La entrevista con la presidenta se celebró un par de días antes de su discurso anual del estado de la nación ante el parlamento en cuya preparación estaba inmersa. Pero no por eso dejó de ser clara y tajante en sus convicciones sobre el destacado y definitivo papel que las mujeres liberianas desempeñaron en el final de la guerra y en el mantenimiento de la paz. Tampoco ocultó su convencimiento de que si las mujeres gobernasen, el mundo sería mejor y más pacífico. Desde su llegada al poder, Ellen Johnson-Sirleaf se ha ganado la admiración de propios y extraños, aunque tampoco se ha librado de críticas por corrupción entre algunas personas de su gobierno y de nepotismo por colocar en altos cargos a familiares, como a sus propios hijos.


Ellen Johnson recibía en 2011 el Premio Nobel de la Paz por su trabajo en pos de los derechos de las mujeres y de la paz. Junto a ella lo recibía también Leymah Gbowee, que puso en marcha durante la guerra el movimiento por la paz de las mujeres en Liberia y consiguió con manifestaciones, sentadas e incluso con una huelga de sexo que los señores de la guerra se sentaran a negociar y firmase la paz. Hablamos también con Leymah, una mujer que sigue al pie del cañón y que no tiene pelos en la lengua a la hora de criticar al gobierno o de denunciar el hecho de que a pesar de que la igualdad de derechos está reconocida sobre el papel en Liberia, la violencia de género es todavía el pan de cada día, sobre todo en las zonas más deprimidas, como el barrio de West Point de la capital, Monrovia, en el que también estuvimos hablando con sus mujeres y con jóvenes que se ven enfrentadas a esa violencia y a violaciones y a embarazos adolescentes.

Esa es una de las grandes paradojas de Liberia. A pesar de tener una mujer presidenta y mujeres en importantes cargos y como activistas en sectores diversos, el machismo vigente y profundo en las estructuras sociales impide que la igualdad de derechos sea una realidad y no se consigue acabar con la violencia contra las mujeres, una violencia que ha quedado como remanente de los años de guerra, durante los que, como nos comentaba Leymah, la violación se convirtió en un arma de guerra pero sobre todo era vista por los hombres como un derecho. Y todas las mujeres con las que hablamos coincidieron en asegurar que la educación, y en especial la de las niñas, es el vehículo principal para conseguir el cambio.




Ciclo de cine europeo (39) 'Made in France', de Nicolas Boukhrief

Made in France

Un rifle AK-47 sobre la imagen de la Torre Eiffel y una advertencia: "La amenaza viene de adentro". Así era el afiche original de 'Made in France' (Hecho en Francia), un film del director Nicolas Boukhrief, que trata el avance del extremismo islámico en París. Pero su llegada a los cines no fue fácil. La película se iba a estrenar en enero del 2015, pero decidieron postergarla por el ataque a la revista Charlie Hebdo.

Diez meses más tarde volvió a aparecer el cartel en los cines franceses, anunciado el estreno para el 18 de noviembre. Pero una vez más el terror se adueñó de todo. Terroristas atacaron en coordinación el Stade de France durante el partido frente a Alemania, el teatro Bataclán y varias cafeterías y bares en el centro de la ciudad, en un acto reivindicado por el DAESH. Los múltiples atentados obligaron nuevamente a la suspensión de la controvertida película que finalmente acabó comercializándose solo en video.

Es la historia de un periodista musulmán que se infiltra en una célula yihadista en los suburbios de París, compuesta por ciudadanos franceses que quieren atacar el centro de la capital francesa. Los hechos transcurren en el año 2013, cuando fue concebido el film, como un mal presagio de lo que ocurriría dos años después cuando una vez más la realidad acabaría superando la ficción.

Estupor y Temblores (55) Mi yihad, su yihad / 'Made in France'

Maria Ángeles cambió de un día para el otro. Nunca había sido una chica extrovertida pero en los últimos meses apenas se oía su voz en casa. En su cuarto a escondidas se transformaba en Maryam Al-Andalusiya (María de Andalucía). Una joven de 22 años que se convertía al Islam en secreto y se dejaba seducir por las palabras y la imagen de unos hombres barbudos que le prometían una vida en "el paraíso de los hermanos".

En menos de un año, y sin salir de casa, pasó de colgar en sus perfiles de las redes sociales vídeos de los Rolling Stones, uno de sus grupos musicales preferidos, a lecciones de cómo ponerse el hijab con estilo. Una "radicalización exprés" que tenía como objetivo final un vuelo con destino a Siria o, como ya ocurrido en muchos casos, éste sería un paso intermedio para formarse como terroristas, al que seguiría un regreso a Europa para poder atentar en el corazón de las patrias de los cruzados.

Identificar quiénes son estas personas, cuál es su perfil social e individual, en qué ambientes crecen y se relacionan, cómo ha sido su paso por la escuela o cómo era su entorno familiar. Todo ello para intentar entender por qué llegan a hacer lo que hacen. Con esta realidad tan presente presentamos el documental 'Mi Yihad' (dirigido por el belga Rudi Vranckx en 2015) y la película 'Made in France' (aquí titulada 'Objetivo: París' y dirigida por Nicolas Boukhrief en 2015) que abordan la inquietante temática de la radicalización de jóvenes europeos.

Mi Yihad 

Unos 500 jóvenes belgas han viajado a Siria para unirse a DAESH u otros grupos terroristas. La identidad y la religión desempeñan un importante papel en su sentimiento de desarraigo mientras que Europa vive una ola de terror en nombre del Islam que parece no cesar. Bélgica se ha situado en el epicentro de un movimiento de radicalización que se propaga entre muchos jóvenes europeos que viajan a Siria para unirse a distintos grupos terroristas.

'Mi yihad' viaja a los barrios musulmanes de Bruselas (como el ya tristemente célebre Mollenbeek, de donde salieron algunos de los terroristas que atacaron París en marzo de 2016) y Amberes, para conocer y analizar las claves de la radicalización de los jóvenes europeos musulmanes y cómo los líderes de la comunidad musulmana tratan de combatirla. Desde los atentados de Charlie Hebdo en París en enero de 2015, Europa comenzó a tomar conciencia del peligro de la ideología yihadista que se estaba gestando en sus propias sociedades.

Hasta el momento, unos quinientos jóvenes belgas han viajado a Siria, desde donde continúan amenazando a Europa con atentados masivos en nombre del Islam. "Yo me crié con ellos, en las mismas aulas", cuenta un joven del barrio. "En Vilvoorde, todo el mundo conoce a alguien que se ha ido", confirma otro de ellos. "Abre cualquier periódico, ya verás como viene alguna noticia negativa sobre los musulmanes", afirma un psicólogo social que trabaja con los chavales de Vilvoorde.

El choque de la religión y la identidad de estos jóvenes musulmanes con la sociedad europea donde viven, trae como consecuencia una radicalización que puede consumarse en muy poco tiempo, lo que hace especialmente difícil su detección por parte de la policía. A ello podemos añadir que muchos llevan una vida aparentemente corriente, en la que van a discotecas, comen cerdo e incluso no acuden a las mezquitas, todo para despistar a las fuerzas policiales. "La radicalización se produce muy rápido. Y ni siquiera son chavales problemáticos. Son hijos de buenas familias y aún así, lograron convencerles", asegura la concejal de asuntos sociales del distrito.


"Estoy convencido de que el problema no es el Islam, sino de cómo lo interpretan ciertas personas. Así que es importante guiar a los niños de una forma constructiva desde el principio", asegura Sulyaman, el carismático imán belga del distrito, quien ha puesto en marcha desde las mezquitas hasta las escuelas un proyecto educativo de pacificación para contrarrestar la radicalización de los más vulnerables. Según afirma Sulyaman "No les enseñamos a entender el Islam. Les dejamos en manos de internet y las redes sociales, uno de los canales más eficaces de captación."

'Mi Yihad' ofrece la perspectiva del valor de la integración de las comunidades musulmanas en la sociedad europea y de su lucha contra el extremismo.




Made in France

Un rifle AK-47 sobre la imagen de la Torre Eiffel y una advertencia: "La amenaza viene de adentro". Así era el afiche original de 'Made in France' (Hecho en Francia), un film del director Nicolas Boukhrief, que trata el avance del extremismo islámico en París. Pero su llegada a los cines no fue fácil. La película se iba a estrenar en enero del 2015, pero decidieron postergarla por el ataque a la revista Charlie Hebdo.

Diez meses más tarde volvió a aparecer el cartel en los cines franceses, anunciado el estreno para el 18 de noviembre. Pero una vez más el terror se adueñó de todo. Terroristas atacaron en coordinación el Stade de France durante el partido frente a Alemania, el teatro Bataclán y varias cafeterías y bares en el centro de la ciudad, en un acto reivindicado por el DAESH. Los múltiples atentados obligaron nuevamente a la suspensión de la controvertida película que finalmente acabó comercializándose solo en video.

Es la historia de un periodista musulmán que se infiltra en una célula yihadista en los suburbios de París, compuesta por ciudadanos franceses que quieren atacar el centro de la capital francesa. Los hechos transcurren en el año 2013, cuando fue concebido el film, como un mal presagio de lo que ocurriría dos años después. Una vez más la realidad acabaría superando la ficción. 



Estupor y Temblores (54) La Escuela de las Américas

"No tenemos problemas con los estudios que afirman que soldados entrenados aquí cometieron terribles crímenes, pero no fueron entrenados aquí para cometer esos actos. Y punto" Mac Collins, congresista republicano por Georgia

"Esta escuela no promueve ni la democracia ni los derechos humanos, si no más bien la tortura. Entrena a los jóvenes principalmente para matar" Bárbara Lee, diputada demócrata por California

"No se torturaba solo a los culpables de posibles delitos de subversión, se torturaba a cualquiera que pudiera determinarse como posible sospechoso (...)" Eduardo Galeano

Introducción

El Lago Gatún, donde se encuentra el monumental edificio, es el nacimiento de las aguas del Canal de Panamá. Una densa selva protegida por los monos que vigilan desde los árboles. En aquel idílico lugar, que podría confundirse con un remanso de paz, se esconde, sin embargo, una parte de la historia teñida de violencia y horror. Aquella construcción fue la Escuela de las Américas (SOA, 'School Of Americas') que funcionó desde 1946 hasta 1984 en Panamá previo a su traslado a Fort Benning, en la localidad estadounidense de Columbus (Georgia). Esta escuela se convirtió en el lugar más importante para el adiestramiento de militares latinoamericanos, para que ante una supuesta amenaza comunista Estados Unidos no perdiera el control sobre su backyard, su llamado ‘patio trasero’. 

El presidente de Panamá, Jorge Illueca, describió al SOA como "la base más grande para la desestabilización en América Latina", y los principales diarios internacionales la apodaron "La Escuela de Asesinos".

‘La escuela de las Américas’

La historia apoya estas acusaciones y el documental que presentamos, dirigido por John Smihula, muestra el verdadero papel de aquella institución en la que se ‘enseñaba’ a cometer crímenes de Estado a los futuros tiranos latinoamericanos. 

Gran parte de la élite militar latinoamericana pasó por la Escuela de las Américas, dice el periodista Guerra: "El general D'Aubuisson (El Salvador), Manuel Noriega (Panamá), Augusto Pinochet (Chile), los generales Galtieri y Viola (Argentina), Hugo Banzer (Bolivia), Ríos Montt (Guatemala), miembros de cúpulas militares, que luego fueron dictaduras durante aquellos años"

Ante la evidencia de que muchos de los allí graduados cometieron graves crímenes contra los derechos humanos en las guerras civiles y durante las dictaduras latinoamericanas de la segunda mitad del siglo XX, el documental trata de aportar algo de luz en torno al controvertido papel de la Escuela en la historia más reciente de Latinoamérica.



Para conocer las distintas opiniones sobre la verdadera función de la Escuela, ahora convertida en el hotel "Meliá Panamá Canal", el director se entrevista con algunos de los más fervientes partidarios (entre los que se encuentran senadores y congresistas de los Estados Unidos) y sus detractores, encabezados por el padre Roy, fundador de Watch Soa, organización pacifista que ha luchado por el cierre de la institución. Cada uno mostrará sus particulares y discordantes puntos de vista abriendo el debates en torno al principio de responsabilidad de Estados Unidos en su papel de superpotencia y la connivencia de la sociedad estadounidense con proyectos de dudoso contenido ético-moral llevados a cabo en su nombre.

Combatir el comunismo

Con una fuerte presencia en Latinoamérica del modelo comunista, lo que suponía un reto para el modelo estadounidense y sus intereses económicos en la zona, fue que esta superpotencia no dudó en favorecer y facilitar la implantación de regímenes dictatoriales formando a sus caras visibles, estrategia geo-política también conocida como Plan Cóndor. 

Cientos de miles de latinoamericanos fueron torturados, violados, asesinados, desaparecidos, masacrados y obligados a refugiarse por soldados y oficiales entrenados allí. Así de crudos son los testimonios personales de las víctimas de la violencia y la represión en América Latina. Este documental plantea interrogantes y preocupaciones sobre los verdaderos objetivos de la política exterior estadounidense en América del Sur y América Latina.

Esta política de los Estados Unidos resultó cuando menos paradójica, si tenemos en cuenta que seguramente es la potencia que mejor ha sabido seducir al mundo. Michael Parenti afirma en el documental que "La Escuela de las Américas es uno de los muchos instrumentos que ha utilizado Estados Unidos para imponer el status quo sobre otros países usando la fuerza y la violencia".

A lo largo de sus cincuenta y cuatro años, el SOA ha entrenado a más de 61,000 soldados latinoamericanos en técnicas de combate, tácticas de comando, inteligencia militar, y técnicas de tortura. Estos graduados han dejado un largo trecho de sangre y sufrimiento en los países donde han regresado. Estos nombres forman, lastimosamente, parte de la historia por sus actos criminales y atrocidades cometidas contra sus propios pueblos que aún luchan por cerrar las heridas.


Vocabulario Fundamental. Amor (24) Suecia, amor e individualismo



"Los suecos han perdido las habilidades de la socialización. Al final de la independencia no está la felicidad, está el vacío de la vida, la insignificancia de la vida y un aburrimiento absolutamente inimaginable". Zygmunt Bauman (sociólogo) 

Intro

Nos abrazamos. Nos besamos. Nos tocamos. Nos ayudamos. Nos acompañamos. Podríamos decir, incluso, que nuestra predisposición a relacionarnos es algo inherente al ser humano. Pues no lo es, al menos no en todos lados. Hablemos de Suecia. Allí uno de cada dos suecos vive solo. Uno de cada cuatro suecos muere solo… y nadie reclama su cuerpo.  

La persecución del ideal de independencia, que se inició con un manifiesto político en 1972 elaborado durante el gobierno de Olof Palme, apostaba por despegarse de las estructuras familiares anticuadas y buscar la independencia. Alcanzar 'el valor más sueco de todos' que, a simple vista, parece haberse conseguido. Sin embargo, los resultados ¿son los esperados?. 

La idea comenzó a gestarse con el propósito de que ningún adulto dependiera económicamente de algún familiar. "El principio es muy simple: cada individuo debe sentirse como un ente autónomo y no como un apéndice de su cuidador. Y para lograrlo hace falta crear las condiciones económicas y sociales. Y a partir de ahora solo las relaciones auténticas nos mantendrían unidos". La decisión en manos de cada persona. 

Modelo sueco: ¿El ideal?

El tópico define a Suecia como un modelo de sociedad avanzada con una elevada calidad de vida, según la ONU es uno de los países con menor nivel de pobreza en el mundo y con una distribución de la riqueza más igualitaria.. Pero, ¿es realmente un país feliz? ¿Es posible que la población más autónoma e independiente del mundo esté insatisfecha?. La persecución de esa independencia parecía absolutamente lógica, sin embargo, los suecos, en su afán de conquistarla, parecen haber llevado la idea al extremo. 

'La teoría sueca del amor'

Ser individuos en sociedad es el dilema que plantea el documental que presentamos hoy: ‘La teoría sueca del amor’. "Lo cierto es que en el mundo occidental puedes ocuparte de ti mismo como si fueras el proyecto más importante del mundo", comienza el film dirigido por el italiano Erik Galdini en 2015. Centrar la atención en ti mismo y focalizar para alcanzar tus propios logros. Propios. Así, sin la necesidad de pedir ayuda o favores, el contacto humano queda reducido a la mínima expresión. 

Una de las primeras consecuencias que podemos ver reflejadas en el documental ha sido el creciente número de mujeres que acuden a los bancos de esperma para tener hijos sin necesidad de mantener una relación. El banco de esperma más grande del mundo, una empresa danesa, envía por correo el líquido seminal para su aplicación casera. Las mujeres suecas son sus mejores clientes. La actividad de esta compañía sigue creciendo y el dueño de la firma se pregunta: "¿Dónde estará el hombre en el futuro?". 

Pero hay más, una agencia estatal se ocupa de buscar a los familiares de los fallecidos a los que nadie reclama. "Se pasaría el día solo ante el ordenador, ordenando transferencias entre sus propias cuentas. Me pregunto cómo es que somos tan infelices si nadamos en la abundancia. No tienes a nadie que te abrace mientras lloras, solo un formulario que rellenar", dice una de las trabajadoras de este organismo. "La soledad está en alza. El ansia de independencia nos ha deslumbrado", se lamenta. 

Además, el film nos presenta la gran dicotomía de los refugiados. Por un lado, son acogidos en Suecia pero después de solo unos días en el país se preguntan desconcertados "¿dónde están los suecos? No hay manera de conocerlos". Nhela, una mujer de origen sirio, enseña a los recién llegados cómo deben comportarse en su nueva casa. "Los suecos pueden estar casados, vivir en pareja sin estarlo o estar juntos, pero viviendo separados", les explica a estas mujeres y hombres que, según se expone, tardan una media de siete años en encontrar trabajo y el mismo tiempo en integrarse en la sociedad.

La necesidad de sentir 

'La teoría sueca del amor' revela también a aquellos que continúan en la búsqueda de la cercanía con los demás, la integración. Grupos que se han ido a vivir a los bosques en comunidad, batidas de voluntarios que buscan a personas desaparecidas todos los fines de semana (se registra un elevado índice de suicidios) y la historia del doctor Erichssen, un cirujano sueco hoy en un hospital de campaña en Etiopía – "aquí he encontrado un sentido a la vida"-. 

Un documental que reflexiona sobre cómo una vida segura y fácil puede convertirse en una existencia vacía y solitaria.

Vocabulario Fundamental. Infancia (35) Infancia en guerra 10 Los niños de Siria


Omar: "He visto lo que mucha gente ni se imagina, aviones, misiles, metralletas, tanques, he tenido mucho miedo."

Rojda: "Estaba en la escuela cuando bombardearon el edificio. Mi madre vino y nos escondimos lejos del Ejército sirio."

Hasan: "Mi mano está un poco torcida por la metralla en el cuello. Ahora suelo usar la mano izquierda para llevar el bidón de agua"

Omar: "Comenzamos a acostumbrarnos a la guerra, dormíamos, incluso, cuando los helicópteros bombardeaban nuestros refugios."

"En mis sueños voy a mi antiguo pueblo y veo los fantasmas de mis amigos. Los veo y veo gente que recibió disparos y todavía está viva y alguna con la cabeza cortada. Me despierto y no me puedo volver a dormir."


Infancia en guerra - Siria 

Esta entrada que hoy publicamos dentro de nuestra serie sobre la infancia comenzó a gestarse dentro de un post sobre la Gran Guerra Siria que estamos preparando desde hace tiempo, pero según íbamos acumulando información, reportajes, imágenes o testimonios decidimos crear una publicación específica en nuestra etiqueta sobre las infancias para recoger cómo la guerra está impactando sobre los niños sirios. Y saberlo a través de sus propias palabras.  

Niños sometidos a un aprendizaje acelerado sobre lo peor del ser humano, preadolescentes que en breve tiempo han aprendido a diferenciar los distintos proyectiles y armas que les atacan o en qué zona caerá un obús solo con escuchar su disparo. 





Estos niños han nacido en el peor escenario, expuestos a una de las peores situaciones a las que puede verse sometido un ser humano: la guerra. Cuando estalló el conflicto, hace ya seis años, algunos de estos niños sirios aún no habían nacido mientras que otros tenían apenas uno o dos años, por lo que en su más tierna infancia tuvieron que dejar su casa, sus juguetes, su colegio, sus familias, sus amigos... Desde sus primeros días de vida les obligaron a perder su infancia.

En la guerra siria, entre bombas, disparos y explosiones mueren en silencio para el resto del mundo. Al menos 652 niños perdieron la vida en 2016 en sus hogares, en escuelas, hospitales, parques o en la calle, víctimas tanto de las fuerzas gubernamentales como de las milicias opositoras. 

Según un informe de Unicef, más de 8 millones de niños necesitan ayuda humanitaria urgente, 5,8 millones siguen en Siria bajo el fuego de las bombas (12 veces más niños que en 2012) y 2,3 millones viven como refugiados en los países vecinos: Líbano, Jordania, Iraq, Turquía y Egipto. Los más vulnerables son los 2,8 millones que están en zonas de difícil acceso, incluyendo a 280.000 en 13 áreas que siguen sitiadas; su acceso a la ayuda es prácticamente nulo.

Hoy sus miradas reflejan el sentimiento de crecer en una guerra, sin patria ni hogar. Con las consecuencias de actos inhumanos que los convierten en las principales víctimas de esta situación. Porque tras cada mirada se esconde un niño con una historia con la que deberá cargar toda su vida. Están aquellos que se han quedado completamente solos o a cargo de sus hermanos a pesar de su corta edad, también aquellos quienes han perdido a su padre por lo que corren el riesgo de convertirse en apátridas ya que las madres sirias no pueden dar su nacionalidad a los hijos de su sangre, nacidos en el exilio. Desamparo y desolación, que ellos interiorizan como pueden.


Infancia robada

Seis años después del estallido del conflicto, muchos viven en campos de refugiados en Jordania, Líbano o Turquía que no dan abasto, donde las condiciones están lejos de ser las adecuadas para quienes llegan allí huyendo de la guerra. Otros muchos siguen viviendo en zonas de guerra en un país en constante conflicto, intentando escapar de ciudades destruidas en las que un día su vida se pareció a la de cualquier otro niño.

Estos niños estarán marcados para el resto de su vida con consecuencias terribles para su salud, su bienestar y su futuro
. La magnitud del sufrimiento no tiene precedentes. Miles de niños sirios sufren ataques a diario, sus vidas han dado un vuelco, son víctima de las armas, pero también del hambre, la desnutrición y las enfermedades. Según recoge Save the Children en su informe 'Childhood under siege'en un estudio realizado por la Sociedad Médica Sirio-Americana, de 560 muertes en zonas sitiadas, un 46,6% eran menores de 14 años. Muchas de las muertes se deben a causas evitables como la ingesta accidental de veneno mientras buscan comida, la falta de cuidados médicos de emergencia, la escasez de medicamentos básicos, complicaciones durante el parto y en áreas bajo asedio continuo, malnutrición crónica y deshidratación.



Niños soldados

Como si todas estas atrocidades a las que se ven expuestos como sujetos pasivos de esta guerra fuesen pocas, está también muy documentado el uso de niños como combatientes. Según el citado informe de Save the Children, un total de 362 casos de reclutamiento de menores habían sido verificados en abril del año 2016. Una triste y cruel realidad que podemos ver reflejada en vídeos distribuidos por los propios grupos en los que busca captar a más niños y jóvenes enseñándole la experiencia de otros en su misma condición. 

Además, a la mayoría se les convenció para el combate por un sueldo de aproximadamente 360 euros mensuales, cantidad suficiente para disuadir a las familias a alistar a sus hijos e hijas, en situaciones de extrema pobreza. En otros casos los menores se alistan voluntariamente en grupos insurgentes para combatir con sus propias manos y poder así vengar las muertes de sus familiares o amigos.


Daesh y sus niños armados

El caso más preocupante en el uso de niños combatientes es el de Daesh, tanto por el número de niños secuestrados como por el desvarío de su ideología, que cuenta con la existencia de centros de entrenamiento en zonas rurales de Alepo, Raqqa y Dayr al Zawr donde entrenan militarmente al menos a 124 menores de entre 10 y 15 años. Además, se han verificado 18 casos de niños de hasta siete años de edad combatiendo. Niños en primera línea de combate, niños espías, niños francotiradores, niños enfermeros y niños dedicados a tareas logísticas o transporte de municiones.

Pero hay más, los niños son también reclutados para el terrorismo suicida. Tras su adoctrinamiento, por su fácil manipulación y sin que hayan llegado a elaborar una idea certera sobre la muerte, estos chicos y chicas se ven abocados al final precipitado de sus cortas vidas. Estos entrenamientos para la guerra se ven favorecidos por su alta tolerancia a la violencia ambiental y cotidiana, el odio y la falta de expectativas adecuadas a sus necesidades.



La situación de las niñas es de extrema gravedad ya que la violencia sexual contra las menores en las zonas controladas por Daesh es cada vez mayor. Las niñas son muy vulnerables, sufriendo matrimonios forzados con los combatientes; aquellas de otras minorías étnicas y religiosas como las yazidíes, siguen siendo secuestradas y vendidas para ser utilizadas como esclavas sexuales.

Una niñez sin educación

Siria poseía un sólido sistema educativo antes de la guerra con una escolarización de casi el 100 % de los niños en edad escolar primaria y del 70 % de los niños en edad escolar secundaria. De acuerdo con el censo del año 2004, la tasa de alfabetización en Siria era del 79,6 %: el 86 % de los hombres y el 73,6 % de las mujeres estaban alfabetizados. En 2002, se declaró la educación obligatoria y gratuita desde el primero hasta el noveno grado. En 2016, UNICEF informó que 2,1 millones de niños en Siria y 700.000 niños sirios refugiados no tienen acceso a la educación. En 2016 había un total de 80.000 niños refugiados en Jordania que no iban al colegio (HRW).

La destrucción deliberada de centros educativos es una característica que ha marcado el conflicto armado desde el principio. Las escuelas pueden ser vistas como personificaciones de la autoridad estatal; en consecuencia, los actores no estatales las ven como objetivos militares legítimos y a su vez, el propio régimen sirio y a sus aliados rusos han realizado docenas de ataques sobre escuelas situadas en zonas controladas por grupos opositores. Siria se ha visto muy afectada por ataques relacionados con la educación o la sanidad, que incluyen ataques a estudiantes, maestros y hospitales, asesinatos selectivos y secuestros.


Desde el inicio del conflicto más de la cuarta parte de las escuelas sirias han sido dañadas, destruidas o utilizadas como refugios por personas desplazadas internamente (PDI) pero también como lugares de detención arbitraria y tortura. Sin un final del conflicto a la vista, se teme que la crisis dé lugar a una 'generación perdida' de niños, que no podrán cubrir sus necesidades básicas ni acceder a la educación. Las escuelas no constituyen ya el espacio para crecer, aprender o jugar, sino que se han convertido en lugares vulnerados por el adoctrinamiento, el sufrimiento y la muerte.

¿Una generación perdida?

La violencia, el desplazamiento, la muerte de seres queridos, la visión de acciones terroríficas, la desnutrición e incluso los abusos y la tortura, pasan y pasarán factura a los menores sirios, perjudicándoles seriamente de cara al futuro. Las consecuencias en adolescentes son más graves, con trastornos agresivos y uso de drogas como vía de escape. La situación de las niñas es más difícil de valorar, pues tienden a permanecer en casa. En cualquier caso, las secuelas pueden ser muy duraderas y perjudicar el futuro desarrollo personal y profesional de varias generaciones.

Como señala Jan Egeland, Secretario General del Norwegian Refugee Council, "las consecuencias del colosal abuso de los derechos de los niños y niñas en Siria podría sobrevivir a la propia guerra durante décadas. ¿Cómo podemos esperar que crezcan respetando y defendiendo el derecho internacional cuándo éste les ha fallado en el momento que más lo necesitaban?"


Más de seis años han pasado ya desde el inicio de la guerra siria, en una zona en constante conflicto en la que su población resiste con una capacidad asombrosa, pero donde las vulnerabilidades siguen siendo muy altas, sobre todo para la infancia. Pero a pesar de todo los niños sirios corren, ríen, juegan.. viven como lo que son, niños, aunque la guerra les esté arrebatando su infancia y eso nadie pueda devolvérselo.




Los niños de Alepo han reconquistado a golpe de carcajada las calles reivindicando su espacio de juego. Los menos afortunados, se han convertido en niños trabajadores. Salen de cumplir cinco años de condena entre los muros del hogar, sentenciados por el miedo de sus padres a que un obús, una bomba o una bala les quite la vida. Como el resto de los niños del mundo, se dedican a jugar a ser adultos imitando a los que les rodean. A diferencia del resto de niños del mundo, están ansiosos por pisar un aula. Los que rondan los 10 años tenían cinco cuando estalló la guerra.


Como Mohamed que se dedica a vender algodones de azúcar por 20 céntimos de euro a aquellos curiosos que se han acercado a ver la fortaleza de Alepo. Las risas de Mohamed y sus algodones de colores no pegan en absoluto con los edificios derruidos a sus espaldas. Pero este nuevo ejército de pequeños trabajadores de metro y medio ya es parte del paisaje.



A cuatro pasos de allí, Munir, también de 10 años, juega con un amigo. En la mano derecha sujeta un palo con el que remueve la tierra. En la izquierda, una paloma muerta. Juega a los enterradores. Ha bajado al parque de debajo de su casa, que, a falta de tierra donde enterar a los muertos, se ha convertido en un improvisado cementerio. “La paloma se murió, así que vamos a enterrarla”. Munir pone todo el empeño en cavar un agujero entre dos tumbas. Algo que no parece chocar a los transeúntes. Y algo que seguramente ha visto hacer tantas veces a los mayores desde su balcón.


Un poco más lejos juega también Fátima, misma generación y desplazada del barrio al Sukkari. Las gruesas lonas con el sello de la ONU son multiuso en Siria. Sirven como funda para proteger los coches, se cuelgan entre edificios para proteger a los viandantes de la vista de los francotiradores, de techo para los tenderetes de tabaco, cortinas para las casas cuyas ventanas han sido reventadas y muchas otras utilidades. Entre ellas para hacer trajes de muñecas.

Un grupo de niños del mismo tamaño que Mohamed, Munir y Fátima, juega también en uno de los barrios más castigados por los últimos combates. Lo hacen a armados y soldados, versión actualizada de cacos y policías. Al menos ya no recogen casquillos calientes de proyectiles para su colección ni se pelean por si la deflagración que sonó era de tal o tal calibre. “Son el futuro” dicen orgullosos los abuelos. Y pesar de los traumas de guerra, los más pequeños vuelven a sonreír en las calles.

Ciclo de cine de animación (38) Cortos nominados al Óscar 2017


Una colección de los cortometrajes de animación nominados para los premios de la Academia 2017. Algunos extraordinarios como 'Borrowed Time', 'Pearl', 'Blind Vaysha', 'Pear Cider and Cigarettes' y otros quizá no tan buenos como estos pero que también están muy bien. Tras ellos colgamos también el corto ganador, 'Piper', de Pixar, tierno y divertido, pero que en el Juzgado del Juez Roy Bean no sería el primer elegido. Así que, de cualquier forma véanlos, disfrutenlos, comparen y elijan su ganador.

Música para camaleones (99) The Low Anthem - In the Pepsi Moon (The Crypt Sessions)



Driftin’ pairs to my bedroom window Rising high over the meadow Blonde red and white moon beams Hand of the driving in the speedway Johnson brand all through the night The pepsi moon The [?] said it can’t be done Never has nothing else shown the sun Out in the desert being and protector Be the legend of the marketing director She was right Sea saw the light In pepsi moon [?] sailors wept for home In The purple cloud with the mem’ry I should read dreams flashing their minds Deep in the jungle on contacting childs Witnessed the omen of the coming of the end They were so [?] They saw the light In the pepsi moon

Globalización, capitalismo y otros resortes de poder (63) ¿Por qué nos espían?

"Cometemos tres errores: infravalorar la cantidad de información que producimos cada día; despreciar el valor de esa información; pensar que nuestro principal problema es una agencia distante y superpoderosa que se llama NSA".

"Nuestros teléfonos cada cinco minutos está diciendo "Estoy aquí", "Ahora estoy aquí". Esto no tiene precedentes".

"Cuando te dan una tarjeta de puntos, tú lo que estás haciendo es decirle a una empresa quién eres, dónde vives, cuánto ganas, cómo te lo gastas, qué comes, cuántos hijos tienes, cuándo te vas de vacaciones, cuándo te pones enfermo".

"Esas apps que nos bajamos y que nos piden permiso para un montón de cosas raras. ¿Para qué lo quieren? Para venderlo ¿Para qué querría Angry Birds acceso a tu GPS? Para ganar dinero".

¿Por qué me vigilan, si no soy nadie?

Es español, de mediana edad. Su despertador suena por primera vez a las ocho de la mañana pero se levanta con el de las ocho y media. Activa su teléfono móvil para revisar sus redes sociales. Primero Facebook, después Twitter y por último Instagram. Las luces de un servidor parpadean a kilómetros de su casa. Mientras revisa sus correos electrónicos en el portátil navega por Internet. Los algoritmos de Google –cuyo navegador es el más usado en el mundo– registran cada migaja de información en sus máquinas: qué páginas ha visto o leído y a qué hora exacta, dónde se encuentra el usuario. Ayer se ha jugado un partido de fútbol de esos claves y nuestro protagonista lee en su móvil los análisis de los medios deportivos durante su viaje en metro hacia el trabajo. Guarda algunos en la nube para leerlos más tarde.


Mientras lo hace parece abstraerse del mundo, incluso puede llegar a pensar que es su momento de soledad, de tranquilidad, su momento… se equivoca. Ellos están ahí, miden cada uno de nuestros pasos gracias a nuestras propias acciones. Estar hiperconectados tiene sus consecuencias.

Subir una foto en Facebook. Responder a un tuit. Ir en el coche al trabajo. Comprar entradas para el cine mediante una aplicación. Así, sin pensarlo vamos dejando nuestra huella y con ayuda del GPS rastrean nuestra localización cada segundo. Lo saben todo porque los flujos de información van y vienen, invisibles por el aire, y quedan almacenados en cascadas de servidores. Sitios en los que se almacenan nuestros datos si que siquiera tomemos conciencia de ellos.

Esta es una realidad conocida por todos pero pareciera que nos empeñamos en pensar que el tema no va con nosotros. Esta es la advertencia que la periodista y escritora española Marta Peirano, jefa de Cultura y Tecnología de eldiario.es, lanzó en la edición del TEDxMadrid en 2015. Una visión que se mantiene cada vez más vigente acerca de lo expuestos que estamos los usuarios y nuestra manera de proporcionar sin ningún tipo de restricción nuestros datos personales.

No necesitamos ser famosos, políticos, deportistas o actores para que nuestros datos resulten de interés. Aunque nos sintamos seguros y resguardados por nuestro anonimato, esta condición no nos aleja del interés de las empresas. Para ellas no somos más que algoritmos que se van registrando periódicamente conforme nos movemos. 



Sabemos que estamos vigilados, a través de nuestros móviles, ordenadores y cámaras. Pero no hacemos nada malo y por eso nos sentimos a salvo. No nos detenemos a pensar que nuestro perfil se puede convertir en cualquier momento en nuestros antecedentes. Para bien o no. Lo cierto es que no tomamos real conciencia de que la información es poder y estamos entregándosela a las empresas que se encuentran en la red y que manipulan, comercializan y se enriquecen con nuestra información personal. 



Ellos lo niegan

Bien es cierto que los gigantes que hoy dominan el mundo, Facebook, Apple, Twitter y Google insisten en afirmar que sus compañías no venden a terceras partes la información personal del usuario, pero eso no es exactamente así. Disponen de esa información porque se la hemos dado gustosamente y a ciegas.

"Podemos indicar a un anunciante cuántos usuarios han visto sus anuncios o han instalado una aplicación después de ver un anuncio concreto. También podemos ofrecerles información demográfica general, como, por ejemplo, hombres de entre 25 y 34 años que viajan", asegura Anaïs Pérez Figueras, directora de comunicación de Google España y Portugal. En la era digital, insiste Figueras, "no estamos perdiendo la privacidad". 



Tarjetas de puntos, de socios, de clientes son los métodos más comunes para hacerse con nuestros datos. Los regalamos seducidos por las ofertas y promociones... beneficios mínimos. Obtener nuestra información personal no solo se da en la red, también en el cara a cara. Los hemos regalado a cambio de servicios que se presentan como gratuitos, pero que no lo son porque nuestros datos personales significan dinero. Podemos decir a ciencia cierta que los consumidores ordinarios hemos dejado de ser clientes para convertirnos en productos por la información que generamos. Cuanto más sepan de nosotros, más jugosos serán los beneficios en el mercado digital. Es por ello que no todo es cien por cien negativo. El problema radica en el mal uso y el engaño que hay detrás de la obtención de los mismos. Método que llevan adelante no solo empresas sino también entes gubernamentales que rozan muy de cerca la ilegalidad.

"Tenemos que poner cortinas en nuestras casas, no podemos esperar a que nos las pongan por fuera", acaba Marta Peirano. Nos vigilan, eso está claro y poco importa que no seamos nadie. 




La Sexta Columna - Espiados