Si algo he perseguido a la hora de elaborar el reportaje "La llama del odio", que emitimos En Portada a las 23:20 en La 2 de TVE, es que el ciudadano, gracias a la televisión pública, sepa reconocer los mensajes destinados a generar odio en las sociedades y a la vez conozca las herramientas para frenarlo, para evitar el contagio. Hoy, más que nunca, esos mensajes afloran en los aparatejos con pantalla de colores que llevamos en nuestros bolsos o bolsillos.
"La llama del odio" es un proyecto global, con una guión compartido con Alicia Gomez Montano, la realización de Teresa Mora y el montaje de Javier Mula. Y la colaboración, entre otros, de Yolanda Alvarez, Carlos Franganillo, Luis Pérez Lopez, Marisa Rodríguez, Miguel Angel Garcia Tve, Almudena Ariza, Elena Ochoa Ruiz, Aurora Mínguez y Oscar Mijallo. (José Antonio Guardiola)
La llama del odio
El discurso del odio siempre ha existido, pero las nuevas tecnologías han reforzado su impacto. Se ha rodado en Estados Unidos, Polonia, Francia, Alemania, Rusia, Israel, territorios ocupados y España.
En Portada 25.10.2017 José Antonio Guardiola
Frank La Rue, director de Comunicación de la Unesco, detalla las cinco condiciones para determinar el discurso del odio.
En Portada 25.10.2017 José Antonio Guardiola
“La verdad pasó a ser un elemento menos necesario para la población”. La frase es de Frank La Rue, director de comunicación de la Unesco. La Rue es un guatemalteco dedicado últimamente a estudiar los límites de la libertad de expresión después de haber luchado en los 80 -desde el periodismo- contra los dictadores de su país.
Y le añadió La Rue a Marisa Rodríguez, corresponsal de TVE en París: “Muchas personas prefieren enterarse de la vida a través de lo que comparten con sus familiares, amigos. Eso se vuelve para ellos en símbolo de la verdad, la noticia del día. Sea efectivamente cierto o no. Porque no hay procesos de verificación.”
Creo que el reportaje La llama del odio habrá cumplido su objetivo como servicio público si todos nos paramos a pensar que ante falsas informaciones es recomendable volver a la tradición, aquélla que te dirige a un medio prestigioso para confirmar si ese titular escabroso y poco creíble es cierto o no.
Si no lo hacemos, si damos por rigurosos algunos de los mensajes que nos llegan a nuestro teléfono móvil a través de la redes sociales, estaremos contribuyendo a crear una sociedad débil ante los discursos de odio… Y todo lo que la historia nos enseña que puede venir después.
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