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Ciclo de cine clásico USA (29) 'Alguien voló sobre el nido del cuco', de Milos Forman


Después de mucho tiempo retomamos nuestro ciclo de cine clásico estadounidense con 'Alguien voló sobre el nido del cuco' (One flew over the cuckoo's nest) dirigida en 1975 por el realizador checo Milos Forman. Una película maravillosa sobre la locura, la libertad y la dignidad humanas, sobre la eterna lucha entre la libre voluntad del individuo y el despotismo institucionalizado, que fue protagonizada por un enorme Jack Nicholson en uno de sus papeles que le catapultaron a ser uno de los mejores actores de su generación. 

Este film recibió los 5 Oscars principales en 1975, entre ellos los de mejor película, mejor director, mejor guión adaptado, mejor actor (Nicholson) y mejor actriz (Louise Fletcher, como la gélida enfermera jefe que se convierte en Némesis del gran Randle McMurphy. En fin, una master piece del gran cine estadounidense de los setenta para volver a disfrutar. 




Ciclo de cine clásico USA (28) 'Toro salvaje', de Martin Scorsese

Martin Scorsese daba la bienvenida a la década de los ochenta con otra de sus master pieces, 'Toro salvaje' (Raging bull, 1980), que recreaba el ascenso y caída del mítico boxeador Jake la Motta. Con esta película el director conseguiría con su primera nominación al Oscar y Robert de Niro (en la piel y alma del púgil neoyorquino) se afianzaba como uno de los grandes actores del momento, ganando su segundo Oscar. También fue premiado el tremendo montaje de Thelma Schoonmaker (que montaría la mayor parte de los filmes de Scorsese) en el emotivo y eficaz uso de la cámara lenta, en las estilizadas elipsis de los combates o para mostrar los recuerdos desvaídos de ese tiempo de felicidad que muestran las películas familiares y que se le escurren a LaMotta por el desagüe de los celos y la locura. 

Reconocidos fueron también el soberbio guión de Paul Schrader y el talento descomunal de un secundario de auténtico lujo, Joe Pesci (en el papel de hermano de Jake), que participaría años después junto a Scorsese, de Niro -y Schoonmaker- en las también magníficas 'Goodfellas' y 'Casino'. 

En fin, les dejamos con esta violenta radiografía de la derrota, de la autodestrucción física y moral, probablemente la mejor película sobre el convulso mundo del boxeo. Después una excelente crítica en Blog de cine analiza en profundidad esta nueva entrega de nuestro ciclo de cine clásico norteamericano. 




"¿Quién es un animal? Tu madre es un animal, hijo de puta..." -Jake LaMotta (Robert De Niro)

Mucho había cambiado la situación para Scorsese desde finales de los años sesenta, época en la que no era más que otro aspirante a director sin futuro, y finales de los setenta, con varios importantes logros artísticos alcanzados, con laPalma de Oro de Cannes y el máximo respeto de sus colegas de generación. Sin embargo, una vida al límite de fiestas, drogas y amistades superfluas, le llevaron a poner en peligro, literalmente, su salud. Se divorció y pasó varios meses en un estado de tensión y agotamiento brutales, sin decidirse en lo personal y en lo profesional. Finalmente, en septiembre de 1978 es ingresado en un hospital, con diagnóstico grave de hemorragia interna. Llegó a temerse por su vida durante varios días. Mientras tanto, Schrader terminaba el guión del muy esperado proyecto de 'Toro salvaje' (id, 1980), que De Niro intentó convencer a Scorsese que debía ser su próxima película. Scorsese le dio la razón.

El cineasta italoamericano se sintió inmediatamente identificado con el boxeadorJake LaMotta (campeón del mundo de peso medio en 1949), cuya vida iba a ser investigada en la película, y se puso manos a la obra con un fervor que creía perdido, y con la confianza en sí mismo restablecida, o al menos es lo que quería creer. El fracaso de 'New York, New York' en 1977, y la terrible presión que él mismo se auto imponía, además de su adicción a diversas drogas, a punto estuvieron de dar al traste con una de las carreras más aclamadas de las últimas décadas, que con 'Toro salvaje' se reanudaba de manera gloriosa, para una de las obras maestras más proverbiales del realizador. Un filme que era, al mismo tiempo, el comienzo de una nueva etapa y la constatación de que el artista ha de luchar consigo mismo tanto como con su propio material, del mismo modo que el mayor enemigo que nunca tuvo LaMotta en el ring fue el propio LaMotta.

Como es habitual en casi todas sus películas, y a pesar de lo satisfechos que De Niro y Scorsese se sentían con el guión de Paul Schrader (el segundo que escribía para Scorsese después de 'Taxi Driver'), ambos, director y actor, se fueron durante unas semanas a la isla de St. Martin, a reescribir el libreto casi por entero. Todavía débil, y sin demasiados ánimos, De Niro es un apoyo constante. Le levanta por las mañanas con el café preparado, le estimula a dar lo mejor de sí mismo, se comporta en definitiva como un gran amigo y gran admirador del talento de Scorsese, quien se enfrenta a este proyecto con una energía casi ilimitada una vez comprende que puede hacerlo. El complejo rodaje de 'Toro salvaje' conllevó veinte semanas de filmaciones (diez para los combates, y otras diez para la descripción de varios pasajes de la vida de LaMotta), y el imponderable de tener que esperar tres meses a que De Niro, fiel a su entrega absoluta, viajara a Italia y Francia a engordar los treinta kilos de más que su personaje luce al final de la historia.

El ring como metáfora del castigo y el sacrificio

Como puede suponer el lector, la decisión más complicada para Scorsese fue la elección del blanco y negro (en un soberbio trabajo de Michael Chapman) frente al color. De hecho es la única vez en su carrera que no filmó en color, pero le costó mucho atreverse, pues temía ser considerado un pretencioso. Sin embargo, es inimaginable esta película en color. Su blanco y negro no solamente trae reminiscencias de un cine de los años cuarenta y cincuenta (con Elia Kazan a la cabeza) que realmente significa un espejo estético y narrativo, también son una declaración de intenciones: esto no iba a ser otra historia comercial sobre boxeo, si no un descenso a los infiernos. Descenso que recorre el a menudo abyecto Jake LaMotta, un sujeto excitable y violento hasta el paroxismo, aunque también, quizá, demasiado humano: atormentado, doliente, lastimado en su interior. Desde el principio de la historia nos queda claro que el mayor enemigo de LaMotta es él mismo, que sufre una serie de complejos y de sentimientos de inferioridad brutales, que le impiden una necesaria calma interior, y le abocan a una autodestrucción sin concesiones.


Tres relaciones serán las que marcarán la historia (una historia llena de elipsis y necesarias lagunas temporales, para contar varias décadas de la vida del púgil): la que tiene con su hermano Joey (un espectacular, como siempre, Joe Pesci), la que le une con su mujer Vicky (una sensual, casi turneriana, Cathy Moriarty), y la que sufre consigo mismo. Los expertos de boxeo de la época, definían el estilo de LaMotta como la de un boxeador que luchaba como si no mereciera vivir, avanzando siempre a pesar de los golpes y el castigo físico. Esto es el tema principal de la película, que contó con el propio LaMotta (que aún vivía y vive) como asesor, y que comienza con tres imágenes muy distintas del boxeador: en los créditos él sólo calentando en la lona (expresión exacta y terrible de su vacío interior, de su odio a sí mismo), a continuación muchos años más tarde y mucho más gordo y acabado, y finalmente en plena forma pero perdiendo por estar el combate amañado por la mafia. Con fiera sinceridad, Scorsese se desmarca con estas tres imágenes de cualquier lugar común sobre un supuesto héroe pugilístico y se adentra, sin remisión, en el plano de lo abstracto, de la desesperanza anímica y la penetración psicológica.

La elaborada mecánica de rodaje de los combates en esta película se saldó con varios de los mejores y más impresionantes jamás rodados. Todos ellos, aunque comparten una cierta estilización y un deseo por parte de Scorsese de alejarse de lo estático para adentrarse en el terreno de lo dinámico, también gozan de detalles independientes que los hacen únicos, desde un punto de vista emocional, psicológico o narrativo. Por supuesto que para ello fue crucial el reencuentro profesional con la montadora Thelma Schoonmaker, con quien no trabajaba desde el documental 'Street Scenes', en 1970. Futura pareja del ya fallecidoMichael Powell, mítico director de quien se pueden rastrear influencias en 'Toro salvaje', este reencuentro de Schoonmaker con Scorsese significará el comienzo de una colaboración exclusiva que perdura hasta el día de hoy. Ella dice que todo lo que sabe de montaje lo aprendió de él, mientras él no deja de alabar el inmenso talento de su amiga. Sea como fuere, esta unión creativa (una más) en la carrera de Scorsese tendrá en 'Toro salvaje' un exponente de la genialidad de ambos, que se entregan a un frenesí creativo en la planificación y el montaje pocas veces visto.

La nerviosa cámara de Scorsese se introduce en los combates con singular talento dinámico, mientras el montaje de Schoonmaker provoca lo que andaban buscando: que cada golpe duela. Pero no solo eso, pues ambos tenían ante así la inmensa hazaña de procurar que tantas elipsis temporales se aceptaran como naturales, a lo largo de varios años y muchos eventos, y debían construir un armazón sin fallas, como finalmente hicieron. Así, la inmensa y descarnada interpretación de De Niro, tan recordada, se sostiene sobre un pilar de sabiduría audiovisual, y puede dar lo mejor de sí mismo pese a lo resbaladizo (moral y psicológicamente) de su personaje. Asistimos a la confluencia de varios superdotados de su oficio que logran contarnos la terrible historia de un solitario violento con corazón. Pero para explicar mejor el fondo real de esta película, nadie mejor que Scorsese: "Es realmente la historia directa, simple, casi lineal de un tipo que llega a algo, que lo pierde todo y que luego se recupera, se redime. Pero se recupera espiritualmente. No lo logra fisicamente, materialmente, sino a través de algo que alcanza en su interior. Lo que me fascina a este respecto es ver cómo un boxeador se sitúa, en cierta forma, a un superior nivel espiritual. Él funciona a un nivel primitivo, casi animal. Y es quizá porque se sitúa a este nivel animal que él está más próximo del propio espíritu. Lo que quiere decir que probablemente los animales están más cerca de Dios de lo que lo estamos nosotros".


Conclusión a una obra estremecedora

Con total seguridad, al menos para quien firma estas líneas, 'Toro salvaje' es el mejor filme de Scorsese desde 'Taxi Driver'. Estas dos cumbres de su carrera fueron protagonizadas por un De Niro indescriptible en energías y talento (muy diferente al de ahora mismo...) y escritas por Schrader, pero aún vendrían más. Y vendrían porque Scorsese recuperó la fe en sí mismo, y aunque fue una etapa muy dura para él, consiguió salir más fuerte y más sabio. 'Toro salvaje' fue nominada a ocho Oscar, y aunque se alzó, de manera incontestable, con el de mejor actor y mejor montaje, perdió en la categoría principal frente a la muy inferior 'Gente corriente' (id, Robert Redford, 1980), que también venció nada menos que a 'El hombre elefante'(id, David Lynch) y 'Tess' (id, Roman Polanski), en un disparate difícil de asimilar. Poco importa, en definitiva, como poco importa su casi nula repercusión en taquilla en la época, porque 'Toro salvaje' queda como uno de los más estremecedores relatos que se conocen acerca de la soledad y la autodestrucción.

Ciclo de cine clásico USA (27) 'La extraña pareja', de Gene Saks


Para este nuevo clásico del cine norteamericano publicamos 'La extraña pareja '(The odd couple), una divertidísima comedia dirigida por Gene Saks en 1968 y protagonizada por Jack Lemmon y Walter Matthau, acompañados de un gran plantel de secundarios. Esta película está basada en una obra teatral de Neil Simon sobre dos divorciados que comparten apartamento en Nueva York. 

Felix (Jack Lemmon) es un maniático de la limpieza, meticuloso, neurótico y recién divorciado, sólo interesado en cocinar, cuidar de la casa y contar sus penas (y la añoranza de su ex-mujer) a cualquiera que se preste a escucharle. Su compañero de piso Oscar (Walter Matthau) es todo lo opuesto: desordenado, despreocupado y tarambana, sus aficiones son intentar ligar y jugar a cartas con los amigotes.

Esta contraposición de caracteres opuestos en los protagonistas de una película ha sido repetida en numerosas ocasiones en la historia del cine y de hecho constituye un género propio, las 'buddy movies', aunque pocas veces con la química de estos dos grandes actores. De hecho, esta película fue la segunda vez en que esta conspicua pareja cómica se reuniría, tras otra master piece de la comedia como 'La bandeja de plata' (The fortune cookie, 1968), volviendo a hacerlo en la también estupenda 'Primera plana' (The front page, 1974), filmes ambos que también intentaremos publicar en este ciclo de cine. 


Siete años después se buscó repetir la fórmula en 'Aquí un amigo' (Buddy buddy, 1981) incluso ya entrados los noventa en 'La extraña pareja otra vez' (The odd couple, 1998), aunque sin la magia de sus anteriores encuentros. Las soberbias actuaciones de todo el elenco interpretativo y la capacidad del guión del célebre Neil Simon para penetrar con gracia en las psicologías de los caracteres de los personajes construyendo memorables situaciones cómicas son la base principal para este film sumamente entretenido, con música de Neal Hefty y la ligera y chispeante narración de su director Gene Saks (del que francamente no conocemos más de su obra fílmica).

Las personalidades contrapuestas de la pareja protagonista (y las de sus amigos) dan lugar a unas divertidas y ácidas escenas humorísticas con unos excelentes diálogos y una excepcional química entre ellos, conformando un magnífica comedia inteligente y madura sobre lo difícil que puede resultar para los seres humanos mantener una relación de convivencia ya sea amistosa o marital, un hilarante y perdurable clásico que sigue conservando su vigencia y frescura casi medio siglo después

Clicka aquí para ver la peli en ok.ru

Ciclo de cine clásico USA (26) 'Uno de los nuestros', de Martin Scorsese

New York, 1970. Tres hombres dentro de un Pontiac. Uno conduce, los otros dos descansan. De repente se escuchan unos golpes en alguna parte del automóvil, ¿qué pasa?, ¿han atropellado a alguien o algo?.. Un pinchazo, será un pinchazo. Paran y se bajan para comprobarlo, es entonces cuando escuchan que los golpes... proceden del maletero. Y ahí, brutal y desmadrada, comienza 'Goodfellas', una de las grandes películas de la historia del cine de gangsters, subgénero mafias italo-americanas, a la altura de los tres Padrinos de Coppola y 'The Sopranos' de David Chase.

Dirigida por Martin Scorsese en 1990, en su mejor época creativa, 'Goodfellas' (fácilmente traducible por 'Buenos chicos' pero aquí titulada 'Uno de los nuestros'), es una magistral semblanza de la mafia italiana neoyorquina de 'Little Italy' durante tres décadas a través del relato de una de las personas que formaron parte de ella. Aparte del entonces emergente Liotta, el film también tuvo como protagonista a otros dos gigantes de la interpretación como Joe Pesci y Robert de Niro, que junto a un excelente elenco de secundarios, bordaron sus respectivos papeles retratando a los auténticos mafiosos que habitaron la infancia de Scorsese en el neoyorquino barrio de Queens. 

Como leemos en el blog El Cruasan de Audrey:

"Martin Scorsese había escrito el guión en colaboración con Nicholas Pileggi, autor de la novela 'Wiseguy', en la que narraba las peripecias de Henry Hill, el narrador en la película (Ray Liotta), que trabajó para la familia Lucchese entre 1955 y 1980, antes de acogerse al programa de protección de testigos y de escapar de una muerte segura. La película es reconocida como uno de los mejores ejemplos de la utilización de la voz en off, un recurso a veces peligroso, del que Scorsese es un maestro. El filme tiene escenas memorables, y no menos estudiadas, como la legendaria toma de la steady-cam por la cocina, que por cierto, fue un accidente: Se les denegó el permiso para acceder por el frente y Scorsese tuvo que buscar una alternativa; otro momento memorable es la cena improvisada en casa de la madre de uno de los protagonistas, que en realidad era la madre del propio Scorsese."

Henry Hill, hijo de padre irlandés y madre siciliana, vive en Brooklyn y se siente fascinado por la vida que llevan los gángsters de su barrio, donde la mayoría de los vecinos son inmigrantes que se parten la espalda trabajando todos los días para vivir miseramente. Paul Cicero, el patriarca de la familia Pauline, es el mafioso protector del barrio. A los trece años, fascinado por el dinero y el poder que exhibe el clan de los 'chicos listos' (Wiseguys), Henry decide abandonar la escuela y entrar a formar parte de la organización mafiosa como chico para todo, ganándose en poco tiempo la confianza de sus jefes, gracias a lo cual irá progresando en el submundo de la mafia local. Con este filme Scorsese proponía un viaje a su infancia en el barrio neoyorquino de Queens, una descripción, casi antropológica, de la vida cotidiana de una familia de la mafia italo-americana durante la década de los 60 y 70, con sus robos, sus crímenes, sus relaciones personales, sus bodas...


Con una estilizada fotografía y una sobresaliente banda sonora que acompaña la historia a través de los años, un guión excelente y narrada en tono elegíaco y cínico, larga, compleja y gastronómica, con esos largos planos tan típicos del cine de Scorsese, con momentos de negro humor y otros brutales que congelan la sonrisa en la cara, 'Uno de los nuestros' propone una amoral perversión del sueño americano, una historia de ambiciones, crímenes y (des)lealtades, otra master piece en nuestro ciclo del mejor cine norteamericano. Disfrútenla en calidad dvd y v.o.s.e., en esta su web de confianza. 




Ciclo de cine clásico USA (25) 'Eternal Sunshine Of A Spotless Mind', de Michel Gondry


Hace ya tiempo que dedicamos la segunda de nuestras entradas sobre el olvido a 'Eternal Sunshine Of The Spotless Mind' ('Olvídate de mí'), la película dirigida en 2004 por el talentoso realizador francés Michel Gondry con guión del estadounidense Charlie Kauffman, así que a ella nos remitimos a modo de crítica cinematográfica y análisis del olvido como medio de supervivencia después de que un desamor te pudra el alma. 

Este film atrajo elogios por parte de crítica y público, supongo que a todos nos han dejado alguna vez el corazón en escombros, todos hemos estado en el lugar del accidente del amor no correspondido y nos hemos desesperado tratando de olvidarlo. Y esta película evoca de una forma imaginativa y radical el principio y el fin de una relación amorosa y lo que muchos dolientes ex-amantes elegirían como forma de saltarse esa postrera etapa de aflicción y duelo. 

En aquella entrada incluíamos nuestra séptima Adherencia con secuencias de la película acompañadas por una emocionante canción de la banda islandesa Sigur Ros 'Vaka' y hoy volvemos a publicarla en este post, porque quedó muy bien. 


Adherencias 7 - Eternal Sunshine Of A Spotless Mind / Vaka



Antes, hemos visto una colección de evocadora y diversa cartelería, inspirada por este icónico film y después, la película misma, obra maestra del cine independiente, probablemente la mejor sobre el desamor, la memoria y el olvido, todo un clásico del cine norteamericano. Una cama en la playa. Un hombre enterrado en arena y la devastación de una ausencia. Un último recuerdo. Y todo acaba.