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Vocabulario Fundamental. Droga (22) La locura del Tramadol en Togo


Este documental de la productora ARTE dirigido por Catherine Monfajon en 2019 nos muestra como el tramadol, un fármaco analgésico clasificado oficialmente como opioide débil, está causando estragos en Togo, al igual que en muchos países africanos. Se utiliza para superar la fatiga y resistir mejor el trabajo duro, pero debido a la falta de información y prevención, sus consumidores descubren demasiado tarde lo adictivo que es.




Desde Costa de Marfil hasta Libia y desde Egipto hasta Gabón, millones de africanos consumen este analgésico, pero no para paliar el dolor, sino como un estimulante capaz de vencer el cansancio. Paradójicamente, la epidemia de los opiáceos en Estados Unidos (y luego en muchos otros países) se originó con las intenciones médicas de prescribir medicamentos contra el dolor, algo que las farmacéuticas aprovecharon rápidamente para inundar el mercado con un analgésico que solía ser héroe y ahora es, para muchos, villano: el Tramadol.

Pocas regiones han escapado de la epidemia, en especial en la última década, y el norte de África no contó con esa suerte. Millones de habitantes están siendo víctimas de este enemigo silencioso, con poderosas propiedades, tan analgésicas como psicoactivas, y que la Organización Mundial de la Salud mantiene en la mira desde hace varios años. "En paralelo al rápido aumento de la utilización médica del Tramadol en todo el mundo, ha habido informes de dependencia y abuso", señaló la entidad.

Togo es uno de los países más pequeños de África. Y también uno de los más afectados por la crisis de los opioides. Zico, un motociclista que vive en la capital Lomé, acudió al Tramadol huyendo de la fatiga y de las intensas jornadas laborales, pero hace tres años no puede prescindir de él. "Desde que tomo Tramadol puedo trabajar mucho más. Me tomo dos al día. Me sienta bien, me da energía para rendir más". Su vida sexual también mejoró considerablemente.

En el mercado negro, la distribución del Tramadol y su potencia está fuera de control

No hay cifras exactas del número de consumidores de este analgésico en África, pero sí es evidente que la historia de Togo se repite en muchos países, en especial en la parte norte. Y aunque su distribución es controlada, no lo es con la misma intensidad en el mercado negro, en donde el Tramadol, a menudo conocido como Paracetamol, está presente con más de cien nombres comerciales distintos.

Uno de los riesgos asociados a su consumo, más allá de su autenticidad, es la dosis. El mercado negro proporciona una más elevada que, a su vez, genera una mayor adicción. Mientras que la dosis permitida en Togo son 50 miligramos, es común encontrar este fármaco en cantidades personales de hasta 250 miligramos.

Según el ministro de Seguridad, Damehame Yark, "esto nos afecta a toda la sociedad. No podemos excluir un grupo y decir que no está afectado porque mañana puede convertirse en un escándalo o en una catástrofe". Por eso, afirma, es necesario tomar medidas preventivas para abordar el problema de raíz: "con la ayuda de la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito y otras agencias, se debe establecer un sistema para disuadir a los fabricantes".

"Prohibirlo sería injusto y un crimen. El paracetamol es muy flojo y nos solemos quedar sin morfina"

El uso de fármacos sin prescripción médica se está convirtiendo en una gran amenaza para la salud pública mundial, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). En su más reciente informe publicado este año y con datos de 2017, la entidad aseguró que la escasa información que se dispone sobre la oferta de Tramadol con fines no médicos apunta a que este se fabrica ilícitamente en Asia meridional y desde allí se introduce en los países africanos y algunas zonas del Medio Oriente.

La cantidad de Tramadol incautada en el mundo alcanzó la cifra récord de 125 toneladas en 2017. "La respuesta a su uso indebido pone de manifiesto las dificultades que tienen los países para encontrar un punto de equilibrio entre permitir el necesario acceso a ese fármaco con fines médicos, atajar su uso indebido y al mismo tiempo combatir la delincuencia organizada y el tráfico".

Algunos países como Egipto han pedido la prohibición completa del Tramadol, pero se han encontrado con la oposición de los profesionales de la salud. En el hospital estatal de Lomé, la capital de Togo, este medicamento es indispensable para tratar a los niños con cáncer. "Prohibirlo sería injusto y un crimen. El paracetamol es muy flojo y nos solemos quedar sin morfina", dice uno de sus médicos.

Sin embargo, el Tramadol no deja de ser un derivado del opio, y aunque es clasificado como un opioide débil, una dosis normal puede generar adicción y a veces graves efectos secundarios como alucinaciones, crisis epilépticas y respiratorias, que pueden provocar el coma o la muerte. Esto sucede en especial cuando las dosis son de más de 400 miligramos al día y se complementan con otras sustancias como el alcohol.

La de los opiáceos, una crisis que no es nueva

Opioides u opiáceos son sustancias que actúan en el sistema nervioso para aliviar el dolor, pero que pueden resultar sumamente adictivas si se abusa de su consumo. No solo hacen referencia a drogas ilegales como la heroína, o sintéticas como el fentanilo, sino pastillas usadas en la medicina tradicional como la morfina.


Cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró en octubre de 2017 una "emergencia de salud pública", lo hizo motivado por las 64.000 muertes que, un año antes, habían sido causadas por sobredosis de droga, principalmente por el abuso de los opioides.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades calcularon que la llamada "crisis de opioides" mató a 400.000 personas entre 1999 y 2017 en ese país. Muchos se atreven a decir que su influencia es más grande que la de la heroína.

Vocabulario Fundamental. Drogas (22) 'Heroin(e)', de Elaine McMillion Sheldon






Mediometraje documental dirigido en 2017 por la realizadora estadounidense que sigue a la jefa de una estación de bomberos, una jueza y una misionera urbana mientras luchan contra una devastadora epidemia por sobredosis de heriona y otros opiáceos en Virginia Occidental.


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Vocabulario Fundamental. Droga (21) Brian y Stewie Griffin: "Todo es mejor con una bolsa de marihuana"


'420' es el título del genial episodio (el 12º de la séptima temporada) de 'Padre de Familia' que recoge la lucha de Brian y Stewie Griffin por legalizar la marihuana en Quahog. A destacar uno de los memorables bailes de la serie para la canción 'A bag of weed' (Una bolsa de marihuana). Brian fue galardonado por la revista High Times con el premio Stoner of the Year 2009 tras el episodio, siendo esta la primera vez que un personaje animado recibe este premio. '420' hace referencia al código policial californiano 420 de los años setenta que referenciaba un 'Marijuana Smoking in Progress' y que pasó al imaginario fumetas para celebrar el Día de la Marihuana todos los 20 de abril.

Estupor y Temblores (45) 'Cartel Land', de Matthew Heineman



En este blog ya hemos tratado con anterioridad algunos de los grandes problemas de la política y la sociedad mexicana en otras escabrosas entradas de nuestra etiqueta 'México lindo y querido'. Hoy publicamos 'Cartel Land', una premiada producción mexicano-estadounidense dirigida por Matthew Heineman en 2015 y producida por Kathryn Bigelow (la creadora de 'The Hurt Locker' aquí llamada 'En tierra hostil'), que nos muestra una inquietante visión de dos grupos de vigilantes en la frontera México-USA y su enemigo común, los criminales cárteles de la droga mexicanos. 

En el estado mexicano de Michoacán, el doctor José Mireles, un médico de una pequeña ciudad conocido como El Doctor, dirige a las Autodefensas, una revuelta ciudadana contra el violento cártel de la droga de los Caballeros Templarios. Mientras tanto, en el valle Altar de Arizona, Tim 'Nailer' Foley, un veterano de EE.UU., encabeza un grupo paramilitar, Arizona Border Recon, cuyo objetivo es evitar que la guerra de la droga de México -y de paso los inmigrantes ilegales- se filtren por la porosa frontera entre ambos países. 

El cineasta estadounidense se infiltra en el corazón de la oscuridad de la noche michoacana mientras Nailer, El Doctor y el cártel compiten por imponer su propia justicia donde las instituciones de ambos estados no lo han conseguido. 

Esta película provoca preguntas profundas sobre cómo la corrupción, la anarquía, la ruptura del orden y la dejación de funciones por parte de los estados parece no dejar a una sociedad civil desesperada más remedio que tomar las armas por sí misma para combatir la violencia que sufren con más violencia, para al menos no ser humillados, intimidados o asesinados sin ofrecer resistencia, como hasta ahora había estado ocurriendo. 

Cartel Land - Tierra de cárteles, los dos crímenes

Por Erick Estrada - Cinegarag

“No queremos convertirnos en los criminales que estamos persiguiendo”, dice el doctor Manuel Mireles, líder indiscutible de las Autodefensas en el estado de Michoacán, México, al comienzo de Tierra de cárteles, el durísimo documental que presenta Matthew Heineman, cine fotógrafo, documentalista, editor y guionista no de este sino de otros cuatro proyectos en los que ha participado.

Con una carrera tan aparentemente corta, sorprende un poco la calidad de las imágenes con que presenta primero a los miembros de un cártel (que suponemos son Caballeros Templarios) cocinando meta anfetaminas en pleno bosque michoacano, después a los primeros miembros de las Autodefensas y más tarde a los Arizona Border Recon, un grupo de vigilantes en el desierto de Arizona que de cazar inmigrantes ilegales pasaron a enfrentar a los miembros de los cárteles que circulan por la zona en la que habitan. Un desconcertante (por real) juego de espejos.

Ahí la sorpresa se desvanece. Ver la presentación de estos tres capítulos y la cercanía con que se habla con todos estos personajes denota un trabajo previo de investigación gigantesco, profundo, largo y a conciencia. Ello explica el enfoque triangular de este problema que hoy se ha vuelto internacional y, de paso, la calidad de esas imágenes que circulan por toda la película que a pesar de ello no glorifican un gramo de cualquier cosa que se atraviesa en la lente de Heineman. Nadie se salva, ni siquiera nosotros.

Dato extra: en el cuerpo de productores ejecutivos encontramos el nombre de Kathryn Bigelow y de nuevo los estándares suben. Resulta casi obvio que con su toque la tecnología al servicio del documental es de punta (recordemos las texturas hiper realistas en The Hurt Locker y comparemos con la inserción total de las cámaras en las acciones de esta película) y que ella misma fue un apoyo seguro y concreto para el enfoque casi objetivo del documental que quiere (o quiere hacernos creer que quiere) mostrar todos los lados posibles de los involucrados en el problema (Mireles es captado en todo momento lo que hace imposible perderse sus pecados), desde los miembros de los cárteles hasta los habitantes de un pueblo que en algún momento rechazarán la participación de las Autodefensas argumentando usurpación de las funciones del ejército y el Estado mexicano que, a pesar de ello (y la película lo subraya con una elegancia abrumadora) brillan por su ausencia y muestran una debilidad escandalosa.

Y sin embargo, la película no se ensaña en ello.

La problemática de la justicia por mano propia que cientos de veces ha empujado ejecuciones sin juicio y mucho menos defensa. La tambaleante tabla en la que surfean los derechos humanos cuando el Estado (monopolizador legítimo de la violencia) se vuelve flaco y deja los huecos para que otros otorguen la seguridad que él es incapaz de concretar. La reacción esquizofrénica de un ejército que obedece las órdenes de un Poder Ejecutivo que ni propone ni dibuja un plan. Todas las preguntas desfilan en esta autodescripción (porque la cámara de Heineman pareciera ser solamente un testigo) de lo que ocurrió (y ocurre) en Michoacán mientras, con una puntualidad escalofriante ciertos toques de genialidad intensifican el amargor de esta brutal narración: vemos por ejemplo el primer aniversario de las Autodefensas anotado aquí como el comienzo de su propio declive, celebración que se llevó a cabo el mismo día que Enrique Peña Nieto apareció (por encargo) en la portada de la revista Time con el encabezado “Saving Mexico” coincidencia que, aunque no se menciona en Tierra de cárteles hay que tener presente para captar ese amargor, esa brutalidad.

¿Brutal? Sí, gráficamente hay imágenes brutales, desgarradoras. En Tierra de cárteles hay momentos de tensión casi inhumana en el que las de por sí fantasmales fronteras descritas arriba se mudan de planeta, en las que la razón deja espacio a tormentas de sangre que apenas vislumbramos pero que se sabe existen y existieron -esos gritos detrás de las paredes en los interrogatorios que las Autodefensas llevan a cabo en sus cuarteles centrales-.

Pero más brutal aún son las interrogantes que con toda la intención (y maña) del mundo el documental acomoda hacia su desenlace (que no conclusión): detectados en su narración el cruce de un machismo turbio y serpenteante en las acciones y reacciones de maleantes y vigilantes (que les autojustifica mucha de su violencia y dispara su prepotencia y brutalidad); la corrupción en la que nada el país (en mucho producto de una pésima distribución de la riqueza desde hace cientos de años); y en medio la infiltración del narco mexicano en política, economía y seguridad; mucho más brutal resulta ver la división de las Autodefensas michoacanas en busca de un beneficio más personal y el tácito abandono en el que cayó su líder Manuel Mireles quien, ahora encarcelado debe también preguntarse de qué lado están esos criminales a los que perseguía y en los que no quería que su gente se convirtiera: en el lado de los cárteles o en el lado del Estado mexicano que de la peor de las maneras encarceló a un líder que probablemente hacía demasiado ruido, un ruido que opacaba los discursos oficiales que niegan tanto la existencia de la pobreza como el tamaño del narcotráfico en México, dos cosas que las Autodefensas (ahora incorporadas a ese Estado) colocaron de nuevo en la mesa.

Vocabulario Fundamental. Droga (20) 'American Addict': enganchados a las drogas legales

En Estados Unidos el abuso de medicamentos con receta está aumentando cada vez más. Aunque el documental se centra en el abuso de medicamentos recetados en los EE.UU., se trata de un hecho relevante en todo el mundo. Sólo en Florida se está registrando la muerte de hasta siete personas al día debido al uso indebido y abuso de fármacos. Esta dependencia de las drogas farmacéuticas no exculpa a la industria farmacológica, políticas de gobierno y médicos. Los cigarrillos y el alcohol se han convertido en las sustancias de costumbre para muchos jóvenes, por ello han sido demonizados, pero hay una actitud mucho más pasiva en la sociedad norteamericana sobre el abuso de medicamentos recetados. 

Este documental del año 2012 y dirigido por Sasha Knezev, hace un análisis del crecimiento de este problema, la participación en la consolidación de todo esto de la industria farmacéutica, y la culpabilidad de la FDA (Administración de Productos Alimentarios y Farmacéuticos) sobre el poder desenfrenado de los cárteles de las drogas 'legales' y los efectos que causan en la sociedad civil estadounidense.

El documental cuenta con numerosas entrevistas y condenados a los que han sacado provecho de esta situación, pero recuerda al consumidor que tiene el deber de informarse adecuadamente sobre los peligros de las drogas farmacéuticas y ser consciente de los especuladores sin escrúpulos. En Estados Unidos la industria farmacéutica y su íntima relación con el gobierno federal es un microcosmos de esta estructura de poder.