Vocabulario Fundamental. Corrupción y Fraude (31) Yak-42, catorce años de mentiras de Estado

Yak-42, trece años de mentiras de Estado

El periodista aragonés Ramón J. Campo, que siguió durante años junto a las víctimas y sobre el terreno la tragedia del avión fletado por Defensa, reconstruye el relato de los hechos que incriminan a Federico Trillo y al Gobierno del PP


Francisco Cardona y su esposa, Amparo Gil, salieron la tarde del 25 de mayo de 2003 desde Alboraya (Valencia) hacia la Base de Zaragoza para recoger a su hijo, el sargento Francisco Cardona Gil, que venía desde Manás (Kirguizistán), después de haber trabajado dos meses como mecánico de los aviones Hércules que participaban en la operación Libertad Duradera. Cuando estaban a mitad de camino, a las 18.30, recibieron una llamada al móvil. Amparo habló con su hijo, aunque nunca sospechó que sería la última vez: “No sé lo que pasa, pero saldremos con retraso. Embarcamos a las doce de la noche que son las ocho de la tarde en España. Ya nos veremos cuando llegue a Zaragoza. No os llamaré más”. Nunca lo pudo hacer.

Zaragoza era el lugar de destino del avión Yakovlev-42D matrícula UR-42352 que había despegado a las 20.00 del viernes desde Kabul, la capital de Afganistán. A bordo iban 53 militares españoles que habían concluido su misión en la Fuerza Internacional de Asistencia y Seguridad de Afganistán (ISAF). El Yak-42 debía hacer escala en Kirguizistán para recoger a nueve integrantes del Ala 31, integrados en el destacamento Géminis, y desde allí volar a Zaragoza tras hacer una parada para repostar combustible en Trabzon (Turquía).

Amparo Gil se despidió de Francisco, y el matrimonio siguió su rumbo hacia la capital aragonesa. Ellos fueron los únicos padres que durmieron esa noche en la instalación militar, donde ya habían estado dos meses antes, el 13 de abril, “Domingo de Ramos”, recuerda el padre, para despedirlo, junto a su novia, al partir a una nueva misión en Afganistán. “Él ya había ido a Manás hacía un año, pero hizo el viaje de ida y vuelta en un Hércules. Esta vez se marchó en uno ruso, pero no sé si fue un Ilyushin, un Yakovlev o un Tupolev”, recuerda Francisco Cardona.

A las 7.00, la pareja se despertó en el segundo piso del pabellón, y después de asearse, bajaron a desayunar a la cafetería porque habían quedado con un amigo de su hijo para ir a buscarlo. Un camarero y un sargento eran las únicas personas que había en el bar. Ambos susurraron un comentario que despertó las sospechas del padre: “Venía el valenciano que hacía paellas”, dijeron. Francisco les interrumpió para inquirirles si sabían cuando llegaba el avión de Afganistán. “Creo que hablan de mi hijo”, les dijo. “No sabemos nada”, le contestaron. Pero el sargento y el camarero ya conocían la tragedia.

Al ir a pagar la consumición, Francisco se giró hacia la televisión encendida, que ya daba la noticia a las 7.20, con un gráfico de situación de la zona del siniestro. “Un avión con 62 militares españoles se ha estrellado en Turquía y no hay supervivientes”. “Lo primero que pensé es que era otro avión porque yo desconocía que hacía escala en Turquía”, explica el padre. “Llamé enseguida a su amigo para ver si él sabía algo y me dijo que iba a buscarnos con el coronel. Entonces, pensé lo peor”. Se encontraron en el vestíbulo del pabellón y allí, sin más preámbulo, el coronel Manuel Mestre, jefe del Ala 31, les dijo de sopetón: “Lo siento mucho. Traigo malas noticias. Su hijo ha fallecido en un accidente”.

Ambos rompieron a llorar y el padre desató su furia y dolor contra todo lo que encontró por medio: “Empecé a dar patadas a los sofás, a gritar desesperado... Sentí rabia, impotencia...”, recuerda. Así pasaron casi dos horas. Solos en la Base, con el único consuelo de los compañeros del sargento Cardona que se acercaban a darles el pésame. Llamaron a su hijo Ignacio, otro militar que trabaja en Madrid, como cocinero del Jefe de Estado Mayor de la Armada, y a varios amigos de Alboraya para darles la mala noticia. Hasta las 9.30 no vieron llegar a otras familias de los militares del Yak, que iniciaron un triste cortejo para confirmar de forma oficial que los suyos estaban en la lista de pasajeros muertos.

Con esta escena empecé mi libro ‘Yak-42, honor y verdad. Crónica de una catástrofe’ (Península, 2004), un intento de describir la peor tragedia de la historia del Ejército español en tiempos de paz, quizá la mayor vergüenza de los 35 años de democracia y uno de los episodios más siniestros de mentiras y manipulaciones cometido por el Gobierno del PP.

La mitad de los 62 militares españoles muertos no fueron identificados por el Gobierno de José Maria Aznar, que se apresuró a entregar los cuerpos por miedo al escándalo a los dos días del accidente, el 28 de mayo, después de un funeral tétrico en la Base de Torrejón, que retransmitió TVE con los micrófonos tapados para que no se escucharan los gritos de protesta de las familias ante los políticos que asistieron. También estuvieron los Reyes Juan Carlos y Sofía, que reconocieron más tarde que fue el acto más duro en sus años de reinado.

Una asociación ejemplar

La mayoría de familiares de las víctimas no eran militares como los fallecidos, y muchos se rebelaron contra la injusticia desde el mismo 26 de mayo de 2003. Intercambiaron sus teléfonos en el mismo funeral, y Alfonso Agulló (hermano de un fallecido) repartió octavillas. Poco después, el 14 de junio, en una reunión celebrada en Zaragoza, decidieron formar una asociación. Desde entonces, han batallado con sus armas (ayudados por un despacho jurídico dirigido por Leopoldo Gay, junto a la letrada turca Belkis Baysal), contra el ministerio de Defensa en busca de la verdad. Y finalmente, vencieron. La asociación ha sido un ejemplo decisivo para evitar que la Administración pueda volver a realizar sin ningún tipo de vigilancia la contratación de aviones baratos --rusos y ucranianos, sobre todo--. El despliegue y transporte de tropas en Afganistán, a 6.000 kilómetros de distancia, se hizo sin controlar previamente la seguridad de los aviones, pese a que aquella fue la operación logística más importante del Ejército español en misiones internacionales.

A los pocos días del accidente, el ministro de Defensa, Federico Trillo, suprimió los contratos de los aviones rusos y ucranianos a través de la agencia Namsa de la OTAN invocando la “alarma social” generada, a pesar de la posición del ministerio, que defendía que eran unas aeronaves muy seguras e insistía en que la causa del siniestro pudo ser meteorológica. Poco más tarde, Trillo tuvo que asumir que el ministerio había recibido doce quejas previas, realizadas por militares españoles, sobre la seguridad de estos aviones; la investigación demostró que los pilotos del aparato de bajo coste no conocían el aeropuerto de Trabzon (Turquía); que tenían restos de alcohol en la sangre, que giraron hacia el monte Pilav --un viraje prohibido en cualquier plan de vuelo: “Precaución. No está autorizado a realizar maniobras de aproximación al sur del aeropuerto”, decía la carta aeronáutica--, y que habían superado las 22 horas de viaje, por encima del tiempo legal.

De los 62 fallecidos, 21 eran componentes de unidades del Ejército del Aire de Zaragoza (nueve del Ala 31 y doce del Escuadrón de Apoyo al despliegue aéreo). Además, otros cinco militares del Ejército de Tierra habían nacido en Aragón. Yo era --todavía soy-- periodista del Heraldo de Aragón. Así que me tocó la mitad de la tragedia en nuestra propia casa. Al llegar a la redacción aquella mañana, un trabajador del departamento de administración me preguntó si conocíamos el listado de los fallecidos porque el marido de una compañera podía estar entre ellos. Así era, el brigada José Manuel Pazos Vidal era uno de los fallecidos. Fue una puñalada. El militar había pasado ocho años en misiones durante la guerra de Bosnia-Herzegovina apoyando a los F-18 que vigilaban el espacio aéreo de la ONU y la OTAN. Su viuda, que tenía dos hijos, me contó la última conversación con su marido, y fue el preludio de la avalancha de información: “Me ha dicho que volvían en un avión ruso, como esos a los que se les abren las puertas. Y le dije que se agarrara bien el cinturón”.

Ese fue nuestro primer titular del día siguiente. Tres semanas antes del accidente, un Ilyushin 76 de fabricación soviética (uno de los modelos elegidos por el Gobierno español junto al Yakovlev-42 y el Tupolev-154 para trasladar a las tropas españolas a Afganistán) sufrió un accidente en el Congo al abrirse en pleno vuelo la puerta trasera y perder a decenas de pasajeros.

Encuentros secretos

Estas denuncias de los militares, y la noticia de que la caja negra estaba averiada, se fueron desvelando en los primeros días entre Heraldo de Aragón y El País. Pero en el ministerio de Defensa sabían que lo peor estaba por llegar. El teniente coronel Javier Marino González, miembro del CISET (Centro de Inteligencia y Seguridad del Ejército del Aire) había advertido un mes antes del accidente mortal del peligro de utilizar estos aviones. “Se están corriendo altos riesgos al transportar personal en aviones de carga fletados en países de la antigua URSS: su mantenimiento es, como mínimo, muy dudoso”.

Los encuentros con los militares se producían a escondidas y en lugares secretos porque teníamos la sensación (que fue real) de que estábamos siendo seguidos. Las citas eran como la película El tercer hombre. Ya en esos primeros días supimos que Defensa había trasladado 30 muertos sin identificar. Pero no podíamos contar la información. Hoy se puede contar que hubo muchos compañeros de los fallecidos que se jugaron su trabajo en esos encuentros cinematográficos, compartiendo la información con nosotros y con las familias de los fallecidos. Una orden remitida por el Jefe de Estado Mayor del Aire, Eduardo González-Gallarza, a todas las unidades, prohibía a los militares no autorizados hacer declaraciones sobre el accidente del Yak-42. “Como descubra al que os está contando todo lo vais a tener que poner de portero en el Heraldo”, me advirtió un día el coronel Mestre, del Ala 31. ¿Pero es verdad o mentira lo que publicamos?, le pregunté. “Lo malo es que casi todo es verdad”, reconoció.

Viaje a Trabzon

Francisco Cardona convenció al equipo de fútbol de Villarreal para que le llevaran a Trabzon (Turquía), donde les había tocado jugar una eliminatoria de la UEFA contra el Trabzonsport, en octubre de 2003. Varios familiares levantinos viajaron en ese mismo vuelo y, pocas horas depués de aterrizar, entendieron que los turcos podían ser su solución. Los periodistas estaban más interesados en los familiares de los militares muertos que en los futbolistas. Un imán de la ciudad turca les entregó varias chapas identificativas de las víctimas, que según Defensa, habían servido para identificar a los 62 militares en un tiempo récord de un día y medio.

Así nació la sospecha sobre la gran mentira urdida por el ministro de Defensa, Federico Trillo con su gabinete, y que acabarían pagando, a finales de 2009, el general Vicente Navarro, jefe del equipo médico español, (la “cabeza de turco”, como lo calificó su familia en la esquela que se publicó al morir después del juicio), condenado por la Audiencia Nacional por falsedad documental, y los comandantes médicos José Ramón Ramírez y Miguel Ángel Sáez, que fueron indultados por el Gobierno del PP en 2012.

La visita de la abogada turca

Seis años antes de llegar a aquella vista oral, las familias recibieron en un hotel de Madrid en diciembre de 2003 a la abogada turca Belkis Baysal, que iba a explicarles la posibilidad de plantear un pleito en Turquía. Baysal se dio cuenta de que las madres de los fallecidos tenían la inquietud de si les habían dado a sus muertos o no. La abogada me contó a la salida de esa reunión que volvía a su país con el corazón en un puño. Su único objetivo era lograr que la Fiscalía le facilitara la información de los trabajos realizados por los forenses turcos y el equipo médico español. El 13 de diciembre de 2003, unos 300 familiares se manifestaron por las calles de Madrid pidiendo que Defensa diera explicaciones. El cartel que portaban decía: “Volvemos en una tartana”. Entonces no tuvieron ni apoyo mediático. Estaban solos, y las velas que encendieron esa noche junto a las verjas del Ministerio de Defensa fueron retiradas por la policía en cinco minutos.

El Gobierno de José María Aznar estaba a punto de lograr su objetivo: que no se supiera nada de la tragedia antes de las elecciones del 14 de marzo. A finales de febrero recibí una llamada de un portavoz de las familias para mantener una reunión de urgencia en Madrid. Había regresado la letrada Belkis Baysal con un acta judicial de la Fiscalía de Macka. Propuse que el encuentro fuera en una cafetería de la estación de Atocha; me dijeron que era un buen lugar para no ser escuchados. Éramos conscientes de que nuestras conversaciones telefónicas estaban pinchadas por los servicios secretos (el ruido era bastante notorio) y hasta los saludábamos al final. Creíamos que estábamos muy cerca del final, aquel 28 de febrero de 2004.

El encuentro en Atocha, vigilado

Nos sentamos en la cafetería de Atocha, al lado del jardín, con tres familiares de la Asociación, Miguel González, un colega de El País, y una traductora turca. Cuando iba a comenzar la lectura del documento judicial de Turquía pude ver cómo un fotógrafo nos inmortalizaba desde las escaleras del AVE. No sabían lo que decíamos, o quizá sí, pero sí quiénes estábamos reunidos.

Uno por uno, la intérprete leyó que dos generales españoles (Vicente Navarro y José Antonio Beltrán) firmaron un documento oficial con los forenses turcos en el que asumían que se llevaban 30 cadáveres que no estaban identificados. Estaban carbonizados o llevaban anillos (cinco de ellos) y ni se detuvieron a reconocerlos. La traductora tuvo que detenerse varias veces por la dureza del documento.

Llegamos a un acuerdo: lo primero, por respeto y dignidad, era comunicárselo a todos los familiares de las víctimas. Al día siguiente, el 2 de marzo, publicaríamos la información junto a la versión del general Vicente Navarro. Empecé a mandar SMS a mi compañera Pilar Estopiñá para decirle que nuestra sospecha, desde el mismo 26 de mayo de 2003, se confirmaba, por desgracia, punto por punto. Lo triste era que el brigada Pazos, el marido de nuestra compañera de administración, estaba entre los no identificados, aunque llevaba su anillo de boda. Tampoco habían reconocido a Francisco Cardona y lo intercambiaron por otro fallecido...

Las cartas de Defensa

La reacción del ministerio de Defensa fue el envío de cinco cartas firmadas por el secretario general de Política de Defensa, Javier Jiménez Ugarte, a las familias. En ellas se nos acusaba de hacer “una campaña sensacionalista” y lo negaban todo. “El Gobierno lamenta profundamente que un asunto tan doloroso y delicado sea objeto de un tratamiento tan escasamente riguroso y tan poco respetuoso con la memoria e intimidad de los afectados”, dijo el Gobierno en una nota de prensa. Acusaron a la abogada turca por haber obtenido el acta, que “formaba parte de un sumario calificado de secreto por la Fiscalía de Macka”. Cuaquier cosa menos asumir los 30 palmarios errores en las identificaciones de los cadáveres, que acabarían siendo confirmadas por los forenses de Turquía gracias a la pruebas de ADN que guardaron de los fallecidos y a las que hicieron a sus familiares en mayo de 2004.

Para entonces, el Gobierno de Aznar --ahora Rajoy-- y Trillo había perdido las elecciones ante el PSOE. España había vivido el peor atentado de su historia, el del 11-M, donde se aplicó la misma política de la mentira oficial; en este caso, sobre la autoría del mismo. Sin embargo, en la identificación de los 192 fallecidos ese día, los forenses civiles advirtieron de que no iban a repetirse los errores cometidos en el accidente del Yak.

El 31 de mayo de 2005, T5 emitió el documental Yak-42, producido por Iberrota Films, en el que colaboré, tras presentar el libro en Madrid. El documental dirigido por Tania Estévez consiguió una audiencia del 30%. Desde entonces nunca más se ha vuelto a ver. Está metido en un cajón. La ministra Dolores Cospedal recibirá el martes 10 de enero a las familias del Yak, después de que un dictamen del Consejo de Estado haya establecido que el ministerio de Defensa no fue diligente en la protección de sus militares, y que el accidente hubiera sido evitable. Es una gran oportunidad para que el Gobierno del PP reconozca, trece años después: “Yak-42, honor y verdad”.

Ramón J. Campo (@RamJCampo) es autor del documental Juego de Espías y de los libros Canfranc. El oro y los nazis (Mira Editores, 2012), La estación espía (Península, 2006), Yak-42, honor y verdad (Península, 2004) y El oro de Canfranc (Biblioteca aragonesa de cultura, 2002).

Música para camaleones (97) Sturgill Simpson - In bloom



"In Bloom" (originally by Nirvana) 

Sell the kids for food Weather changes moods Spring is here again Reproductive glands [Chorus:] He’s the one who likes all our pretty songs And he likes to sing along And he likes to shoot his gun But he don't know what it means Don't know what it means to love someone We can have some more Nature is a whore Bruises on the fruit Tender age in bloom [Chorus x3] Love someone, no

Adiós 2016, ¡y hasta nunca!

Adiós 2016, ¡y hasta nunca!

Sami Naïr El País - 30 diciembre 2016

2016 ha sido, sin duda alguna, el año horribilis por antonomasia. Año excepcional por haber puesto en evidencia la cruda realidad imperante en las relaciones internacionales. Año en el que Europa, rompiendo con sus valores de solidaridad, abandonó a los refugiados en general y a los sirios en particular, librando a millones de civiles martirizados a la coalición de los enemigos de ayer: el Estado turco y el ejército de Bachar el Asad. Como actor geopolítico, la UE demostró, una vez más, su impotencia política. Como proyecto económico, ha generado, con la política de austeridad, al auge de movimientos de extrema derecha virulentos, xenófobos, cabalgando cínicamente sobre la crisis social, el paro, las inquietudes identitarias.

Primera fisura telúrica de este malestar: el Brexit. Sus consecuencias se materializaran en 2017. La reunión prevista en el próximo mes de marzo para relanzar el proyecto europeo frente a la ruptura británica arriesga acabarse, dadas las inquietudes de todos los socios, en otra declaración solo “declamatoria”.

Y, para colmo, los conflictos de Oriente Medio que desembocan ahora en terrorismos salvajes en el mismo seno europeo, pese a la voluntad de construir una policía común europea, van a seguir minando la unidad europea durante mucho tiempo.

En los EE UU, la victoria de Trump constituye también una ruptura fundamental en el sistema geopolítico mundial. Desde todos los puntos de vista, el polo estratégico que quiere construir Trump es comparable al de V. Poutine: una política mundial basada en la fuerza como ultima ratio en un mundo definido como espacio de enfrentamientos de relaciones de fuerzas. Los perdedores serán los débiles, los vasallos sin soberanos protectores.

Detrás de la retórica agresiva del presidente americano, los gestionaros del sistema serán los businessman de Wall Street, que acabaran con la política anticíclica puesta en marcha por Obama en 2008 para salvar el capitalismo americano. Primera señal: la decisión de la FED de alzar los tipos de interésencarecerá los préstamos y abrirá un nuevo ciclo especulativo mundial. Con Trump, volvemos al capitalismo casino.


Si, por otra parte, se confirma el mano a mano con Rusia, la marginación de Europa estará contada. ¿Acabaran los europeos por entender, por fin, que la única manera de sobrevivir en esta selva es la construcción de la Europa política autónoma? Nada menos seguro.

Por fin, en 2016, la descomposición del mundo árabe alcanzó su firmamento: impotencias iraquí, siria, egipcia (ahora dependiente, en la guerra del Sinaí, del apoyo de Israel), libia; amenazas sobre el Magreb; neutralización de Arabia Saudita por el eje Irán-Turquía-Rusia. Ahí tenemos el formato ideal para una sublevación generalizada. ¡El terrorismo del ISIS esta lejos de perder pie en la región! Cereza final: ¡Israel quiere, en violación de la ley internacional, nuevas colonias en Jerusalén! Obama se opone, pero Trump promete, a partir del próximo 20 de enero, ¡volver a apoyar la colonización!

¿Quién se atreve a apostar que 2017 cambiará el rumbo de esta regresión global?

¡¡Feliz Navidad con El Gran Wyoming!!

El Juez Roy Bean, el impagable Gran Wyoming y sus chicos felicitan la Navidad y ya puestos el nuevo año con un villancico en el que han participado colectivos como la Marea Roja, la Marea Verde, la Marea Blanca, la Marea Granate o la PAH, todos nosotros resignados a cuatro años más de gobierno del PP. Y con Trump asomando su ridículo flequillo. Que nos sea leve.

Vocabulario Fundamental. Asesinato (16) El asesinato del embajador ruso


Podría haber sido un día cualquiera. Un simple lunes 19 de diciembre en la ciudad de Ankara, Turquía. Incluso podría haber sido una de las tantas exposiciones fotográficas en un céntrico barrio de la capital turca. En escena dos hombres. Uno de ellos pronuncia un discurso. Detrás un segundo personaje. Otro hombre enfundado en traje y corbata. En cuestión de segundos este segundo cobra un mayor protagonismo, saca un arma y efectúa al menos 8 disparos que impactan en el orador. Éste queda tendido en el suelo. Momentos después el asesino es abatido por las fuerzas de seguridad. Podría ser una actuación teatral, pero no lo es. De esta impactante forma el lunes 19 de diciembre Mevlüt Mert Altintas asesinaba a Andrei Karlov, embajador ruso en Turquía, durante la inauguración de una exposición en una conocida galería del barrio de Cankaya, donde se concentran la mayor parte de las embajadas extranjeras.

Nada hizo suponer lo que iba a ocurrir. Allí estaba el agresor, camuflado como un escolta más, solo, oyendo el discurso del embajador ruso. Disparó y como señal inequívoca, alzó el índice de su mano izquierda, mientras aún sostenía la pistola con la derecha, subrayando su profesión de fe islámica.

“¡Allahu Akbar! ¡Allahu Akbar! ¡Nosotros morimos en Aleppo, vosotros morís aquí! ¡Matáis a gente inocente en Aleppo y en Siria!”, gritó el agresor, de 22 años, procedente de Aydin (noroeste de Turquía), que servía desde 2014 en la Policía de Ankara y en la actualidad se hallaba fuera de servicio de la unidad antidisturbios. Un joven que estudió en la escuela superior Anatolia, una de las mejores del país, y posteriormente en la Universidad de Izmir y que ante la sorpresa de los presentes se convertía en el protagonista de otro capítulo negro en la historia del terrorismo, recordando poderosamente al histórico asesinato de Franz Ferdinand por parte de Gavrilo Princip que desencadenaría la I Guerra Mundial.

La impactante escena quedó filmada por una cámara que estaba grabando el discurso en la exposición, pero al oír los disparos el operador solo aumentó el plano antes de abandonar la videocámara. Aunque hubo un fotógrafo presente que no abandonó su puesto de trabajo a pesar de la peligrosidad. Se trata de Burhan Ozbilici, reportero gráfico de la agencia Associated Press (AP) que registró, con enorme sangre fría, cómo sucedió todo. De él son las imágenes que acompañan este artículo.

Pero aquella tarde en el centro de Ankara ocurrió mucho más que un acto terrorista, aquella tarde la reciente recomposición de relaciones entre Rusia y Turquía fueron puestas a prueba.




Siria de trasfondo

Las relaciones de ambos países han pasado por serios baches en los últimos años, sobre todo tras el derribo de un bombardero ruso Su-24 por parte de Turquía en noviembre del año pasado. El presidente Putin cargó contra Turquía, un miembro de la OTAN, calificando lo ocurrido de 'puñalada por la espalda' y castigando a la economía turca restringiendo el turismo y el comercio. Pero tras las disculpas públicas de Erdogan estas relaciones comenzaron a normalizarse. 

Ankara y Moscú han jugado papeles opuestos durante el conflicto sirio. El Kremlin lanzó en septiembre del año pasado una campaña aérea en Siria para "luchar contra el terrorismo" y evitar la caída de su aliado en la zona, el presidente sirio, Bashar al-Assad, mientras que Turquía ha apoyado desde el principio de la guerra a distintas facciones de las milicias anti-gubernamentales y ha servido de paso franco y retaguardia para aprovisionar a estos grupos insurgentes. 
Karlov, de 62 años, ejercía el cargo de embajador ruso desde julio de 2013 y antes había encabezado la delegación en Corea del Norte (2001-2006). Según algunos medios rusos, había jugado un papel importante a la hora de recomponer puentes entre Moscú y Ankara. Turcos y rusos habían vuelto a colaborar en la evacuación de Aleppo, una campaña muy criticada a nivel internacional y según distintas declaraciones no parece que las relaciones bilaterales entre ambos países vayan a verse afectadas por este crimen, con lo que este acto cruel y efectista no parece que vaya a entrar en los libros de Historia como aquel mítico asesinato de Sarajevo.

Vidas Conspicuas (12) Amy, la chica detrás del mito


Estupendo documental sobre la famosa cantante británica Amy Winehouse, dirigido en 2015 por el realizador británico Asif Kapadia, que cuenta con imágenes inéditas de archivo y entrevistas con la malograda estrella, que moriría en julio del 2011 a los 27 años de edad por parada cardíaca, consecuencia de sus excesos con las drogas y el alcohol -sobre todo el alcohol- adicciones agravadas por una bulimia que arrastraba desde la adolescencia. 

Amy Winehouse, ganadora de 6 Premios Grammys, se vio desde muy joven afectada por el divorcio de sus padres. Dotada de un talento natural para el jazz y el soul y una voz prodigiosa, pronto se hizo célebre a pesar de lanzar sólo dos discos, pero la fama, la prensa sensacionalista, los intereses de la industria -y de su entorno- y su turbulento romance con el que fue su marido, Blake Fielder-Civil, la condujeron al colapso de su carrera profesional con un lamentable último concierto en Belgrado y poco después encontrando en su piso de Camden (Londres), tras tres días bebiendo vodka, la última y triste cita de su trágico destino

Globalización, capitalismo y otros resortes de poder (59) La pesadilla de Darwin continúa


Hace tiempo, inquiriendo sobre la procedencia del pescado que vende el pescadero de mi barrio y preguntándole por los lustrosos filetes de perca en su mostrador, cuando éste me confirmó que venía del Lago Victoria me di cuenta de que en nuestra web documental no habíamos publicado aún el célebre y multipremiado documental 'La pesadilla de Darwin' ni hablado de los experimentos contra-evolucionarios llevados a cabo en este gran lago del Rift africano.

Esta producción franco-belga-austríaca, dirigida en 2004 por el realizador austríaco Hubert Sauper, narra cómo la introducción en los años 50 de la perca del Nilo (Lates niloticus) en el Lago Victoria impactó en el ecosistema natural y humano dentro y fuera de este gran lago del Rift africano. Éste es uno de los ejemplos más comúnmente citados para explicar los efectos nocivos que las especies invasoras pueden tener en los ecosistemas. Otro bastante cercano lo tenemos en España con la black bass, el siluro y otras especies -muy valoradas por la pesca deportiva- en muchos ríos españoles que también diezman nuestra fauna autóctona. Pero esa es otra historia.

Primera Parte - Introducción de la perca del Nilo en el lago victoria

Este documental se centraba en los efectos devastadores que ha generado la intrusión de esta nueva especie en el Lago Victoria, hasta entonces un ejemplo viviente de la evolución natural. Antes de la intrusión de la perca este lago presentaba la particularidad de albergar una cantidad considerable de especies autóctonas fruto de la explosiva diversificación evolutiva que se produjo hace unos 12.000 años. De la web Acuariovida adjuntamos la historia del lago Victoria y la perca del Nilo antes de entrar en el documental que muestra los perversos efectos que causó sobre la población humana de las orillas del Victoria el comercio de la perca:

El Victoria es el lagtropical más grande del mund(68,000 Km2 y sus aguas son compartidas por tres países (Tanzania, 51%; Uganda, 43%; Kenia, 6%). Desde el puntde vista de riqueza piscícola, los científicos han clasificadmás de 300 especies endémicas de pescados de la familia de los cíclidos, entre otras, una situación que representa –representaba- una diversidad excepcional a escala planetaria.  A llargde miles de años, los diferentes géneros de cíclidos se especializaron en diferentes nichos ecológicos del lago, incluyendnumerosas especies detritívoras (que se alimentan de restos orgánicos), de forma que esta diversidad resulta vital para mantener el equilibrinatural y la salud de las aguas de lag(Okeyo-Owuor, IUCN). 

Esta era la situación durante la primera mitad del siglXX, cuandla pesca con métodos tradicionales nsuponía una agresión sobre el medinatural, se encontraba integrada y regulada por el sistema social tradicional de clanes, y se comercializaba a nivel local compescadfresco, ahumadsecadal sol. Este pescadrepresentaba la base proteica en la alimentación de las poblaciones locales y regionales. 

Sin embargo en los años 50 se produce un acontecimiento clave en el procesde transformación de los ecosistemas del lago al introducirse la perca del Nilo con fines comerciales. Este pez de gran tamaño, enorme voracidad y originaride Etiopía terminó impactando en gran parte de las especies endémicas del Victoria. No tiene enemigos o competidores naturales en el lago lo que propició su espectacular crecimiento por depredación sobre los cíclidos y una destrucción de los fondos lacustres, causada por la pesca de arrastre y todavía en práctica pese a su prohibición.

Su masificación tuvo como consecuencia la multiplicación de algas altamente absorbentes de oxígeno como el jacinto de agua, debido a la desaparición de gran parte de los cíclidos herbívoros que las consumían, así el vertido de residuos ricos en fósforo y nitrógeno, en un proceso llamado eutrofización. Debido a esto, desaparecen las especies de pescados más sensibles a estos cambios, se generan más detritos con efectos nefastos en diferentes ámbitos (pesca, transporte, disminución de entradas de agua, de la calidad del agua de consumo, etc.). 


Algunos de los peces autóctonos del Lago Victoria, el último característico por sus pulmones primitivos y su capacidad de respirar fuera del agua.

De hecho, su visibilidad hasta mediados del siglo pasado era de 8 metros y actualmente debido a la polución industrial, los abonos agrícolas y los efectos de la propia perca la visibilidad se ha reducido en medio siglo a la mitad y en momentos puntuales es menor a un metro. Esta es la razón por la que la perca del Nilo al ser un depredador 'de acecho' ha aprovechado esta falta de claridad para medrar en estas aguas. Paradójicamente, en la actualidad parece que debido a la sobreexplotación pesquera de esta especie, algunas especies propias del lago que, refugiándose en orillas y zonas pantanosas quedaron fuera del alcance de la perca -al ser un animal de aguas profundas-, están comenzando a volver a ganar terreno.

Segunda parte - La comercialización de la perca

Los tres gobiernos de la región promovieron acuerdos con grandes compañías pesqueras y la FAO para el aprovechamiento económico del lago creando grandes instalaciones en sus orillas para comercializar la carne de la perca. Así, grandes embarcaciones con modernos equipos de pesca convirtieron la forma tradicional de los habitantes del lago, utilizada desde miles de años, en un verdadero saqueo del que los propios habitantes no han sacado provecho. Las fábricas se hicieron con un 90% de las capturas y por cada puesto trabajo creado por éstas, entre 6 y 8 puestos de trabajo tradicionales se perdieron.


Según el artículo 'El negocio de la perca del Nilo' de la web Mar O Xeito fue a partir de los años 80 cuando la pesca se convirtió realmente en un recurso económico generador de grandes sumas de dinero. Pero una vez más, los pobladores ribereños del lago no se beneficiaron de esta riqueza generada.

Entre mediados de los 70´s y 80´s al ser la perca una especie tan abundante se comercializaba en los mercados locales a precios irrisorios y durante aquel periodo aumentó considerablemente la cantidad de pescadores. Pero todo esto cambió cuando a principios de los 80´se asentaron fábricas de congelado y fileteado que exportaban el producto al exterior. Fue tal el incremento en el número de fábricas transformadoras y la demanda por el producto, que provocó un alza en los precios, haciendo de la Perca del Nilo un recurso prohibitivo para los bolsillos locales. 

Tercera Parte - La pesadilla de Darwin

En el documental que hoy publicamos el director Hubert Sauper ponía su cámara para mostrar las vidas de las gentes que allí habitan, personas que no se ven para nada beneficiadas de las miles y miles de toneladas de perca que cada día salen del lago con destino Europa y Asia. Niños que se alimentan de pescado putrefacto, mujeres que no tienen más opción que prostituirse con los pilotos que traen aviones cargados de armas y se los llevan cargados de pescado, hombres trabajando en pésimas condiciones, toda esta miseria humana que amenaza con agravarse aun más en el futuro. Estas personas dependen prácticamente en su totalidad de la perca del Nilo y a pesar de su alta comercialización su situación de pobreza es insostenible.

A partir de entrevistas con pilotos, dueños de las factorías, guardias, prostitutas, pescadores y habitantes de los pueblos de la zona el film abre un debate sobre los perniciosos efectos de la introducción de esta especie en el lago, que ha acabado con una forma tradicional de vida y ha causado importantes daños sociales y medioambientales en los países de la zona. Así se perpetúa la extracción de sus menguantes recursos naturales africanos cambiados por las armas que nutren los conflictos bélicos que se dan en África Central. 


Después de comprar a los pescadores de la costa del lago a precios irrisorios, las auténticas se generan cadenas de valor con el procesamiento y distribución en los países del norte. Los precios pagados a los pescadores son marginales, convirtiéndolos prácticamente en esclavos de las empresas con sede en África pero pertenecientes a corporaciones de Europa y Asia, especialmente de Holanda, Alemania y Japón, principales destinos de los filetes de perca. Mientras en los mercados europeos y asiáticos el pescado es altamente cotizado, en las zonas pesqueras circundantes del lago la población se ve afectada por problemas sociales que derivan exclusivamente de la mala utilización del lago y sus recursos, a favor de los intereses de corporaciones extranjeras que han degenerado una reserva de la biosfera para convertirla en una piscina de alimentos para Eurasia y de desechos para Tanzania y el Cuerno de África.

Este largometraje (que obtuvo numerosos premios, entre ellos el del Festival de Venecia), nos muestra la cruda realidad de muchas pobladores del lago y la catástrofe ecológica y moral que ha acarreado la intrusión desmedida de una especie invasora en un ecosistema que ha perdido todo el equilibrio. Junto con la perca se introdujo desde Europa y Asia un nuevo colonialismo en las zonas de Tanzania dedicadas a la pesca. Un colonialismo basado en el empobrecimiento de la población, en la subordinación de los habitantes, la destrucción de su sociedad, el aniquilamiento de sus formas de vida, en la reducción de sus capacidades generadoras de desarrollo y el despojo de sus recursos. 


Conclusión 

Después de todo esto ¿cuál debería ser nuestra postura como consumidores respecto a comprar y consumir este pescado? ¿Comprarlo como pescado de precio moderado perpetuando este sistema de abuso sobre seres humanos éticamente injusto, con alta huella de carbono y ecológicamente contra-natura? ¿No hacerlo como protesta y comprometer con ello los puestos de trabajo de quienes trabajan en las fábricas? ¿Dejar de comer pescado capturado en otros continentes? ¿Dejar de comer pescado? Nuestro deber es conocer la realidad, confrontarnos con ella y ser honestos con nosotros mismos. El documental aquí lo tienen.

Globalización, capitalismo y otros resortes de poder (58) 'Diez mil millones', la superpoblación mundial según Stephen Emmott

"Si alguien nos dijera que el 3 de junio de 2080 un meteorito va a chocar contra La Tierra y que se prevé que su impacto acabe con el 70% de la vida del planeta o que su choque implicará el fin de esta civilización tal y como la conocemos, estoy convencido que darías por hecho una movilización planetaria sin precedentes que aunara los recursos de universidades, gobiernos, industria, etc. con el fin de acabar con esa amenaza. Estaríamos preocupados, pero solo más o menos, ya que todo el mundo se pondría manos a la obra para afrontar y eliminar la amenaza. Pues bien, la situación no es cierta (al menos que se sepa) pero las consecuencias de las que hablo sí, y bastante. Sin asteroide, tranquilos. En este caso, la amenaza somos nosotros mismos, el ser humano, su crecimiento y la sobrepoblación del planeta en su actual contexto. Lo más preocupante es que, a pesar de conocerse la amenaza, nadie hasta ahora se ha planteado solución alguna… y peor aún, que tampoco se prevé que nadie tome cartas en el asunto a corto o medio plazo. Y para el largo plazo, suponiendo que alguien se tomara en serio este silencioso ultimátum, la cosa pinta irremediable." Stephen Emmott (catedrático y científico- Reino Unido)


Hace 10 años, el profesor Stephen Emmott formó un equipo interdisciplinar de científicos de todo el mundo con la misión de predecir el futuro de la vida en la Tierra y estudiar qué retos tendría que afrontar la humanidad en las próximas décadas para sobrevivir. Sus investigaciones se basaban en las proyecciones demográficas que apuntan a que en 2050 la población mundial alcanzará los 8500-9000 millones de personas y a finales del siglo XXI nuestro planeta tendrá aproximadamente diez mil millones de habitantes humanos (otros científicos estiman que pueden llegar hasta 28.000 millones), una pesadilla para un mundo con recursos limitados.

Los hechos son simples: la población mundial crece y lo seguirá haciendo a pesar de que en algunos países del mundo desarrollado como España el crecimiento demográfico sea ligeramente negativo. Sin embargo, en otras zonas como África, India, China y sudeste asiático se producirá un boom demográfico a medida que en las próximas décadas centenares de millones de personas se incorporen desde las clases bajas a las clases medias (como se prevé ocurra y de hecho ya está sucediendo)

Los recursos naturales y la capacidad que la Naturaleza tiene para regenerarlos año tras año, estación tras estación, tienen un límite y las consecuencias de explotarlos desmedidamente están cambiando de forma irreversible las condiciones de vida de nuestro planeta. Así, tras arduas investigaciones, el catedrático inglés escribió un documentado y demoledor ensayo que anticipaba el futuro de nuestro planeta a medio y largo plazo y alertaba sobre los peligros de la superpoblación y el desigual reparto de los recursos. Basado en este ensayo, publicado en más de veinte países, nació el documental 'Diez mil millones' (dirigido por Peter Webber en 2015) en el que se ofrece la charla en la que el propio Emmott expuso sus tesis y conclusiones en el Royal Court Theatre de Londres. 

El equipo de Webber estudió la situación actual y las proyecciones futuras -hasta el fin del siglo XXI- en temas capitales del estado del planeta como el clima global, la comida, el agua y la energía que van a demandar las civilizaciones humanas, la decreciente biodiversidad natural que vamos a seguir depredando y sobre ellos, el inquietante crecimiento de la demografía humana.



La mayoría de los recursos energéticos, alimenticios, tecnólogicos etc que hacen posible el mantenimiento y crecimiento de las sociedades humanas son finitos y sin embargo hacemos uso y abuso de ellos sin pensar en que su utilización repercute de forma decisiva en el clima, en la cantidad de terreno cultivable o dedicado a la ganadería que robamos cada año a los ecosistemas naturales lo que, en definitiva, afectará cada vez más el marcapasos del planeta, que a este ritmo será incapaz de mantener los ciclos originales que posibilitaron el boom consumista. A este hecho, ya preocupante de por sí, hay que añadirle que además consumimos de forma diferente, a más y peor. A medida que las distintas sociedades pretenden -de forma legítima- un mayor bienestar exigen un mayor consumo de recursos alimenticios, principalmente proteína animal (carne, pescado y derivados), así como ingentes cantidades de agua y energía para su producción.


Para entender el problema deberíamos remontarnos a las revoluciones agrícola, ganadera e industrial que permitieron abaratar la comida a precios insospechados frente a otras etapas del desarrollo humano. Esto ha determinado que las personas inviertan su dinero en otros bienes (moda, tecnología, transportes, artículos de lujo…) que al mismo tiempo requieren de la explotación de mayores recursos naturales difícilmente retornables. Cuestión que amplía la necesidad de un mejor y mayor estado de bienestar (o más bien comodidad) que a medida que se consigue favorece el crecimiento poblacional, un bucle perverso que se retroalimenta y, mucho nos tememos, seguirá creciendo hasta el colapso final. Parece que el desarrollo y crecimiento humano, según el modelo capitalista-consumista en el que estamos, sólo puede hacerse a costa de unos ecosistemas que están llegando a su límite.

Si nos detenemos a analizar la situación, una de las cosas que más debería de alarmarnos es la falta de soluciones en el horizonte. Tengamos en cuenta que estas propuestas han de partir de la clase política, pero como bien apunta Emmott, todas las posibles soluciones pasarían por adoptar impopulares medidas de restricciones al consumo, por lo que resulta bastante evidente que los políticos no querrán abordar este problema a conciencia ni hablarán de las medidas que son necesarias. Parece que mientras la situación no se haga insostenible ante nuestros propios ojos, cuando se vean comprometidos los recursos que afectan nuestro nivel de vida etc, seguirá siendo buena la táctica del avestruz, si no se ve el problema parece que no existe. 

Sin ir más lejos, la falta de compromiso se puede ver en el fracaso de iniciativas globales con resultados reales y diferenciales en la aplicación de los acuerdos en la lucha contra el cambio climático, la desertificación, la pérdida de biodiversidad, etc, preocupaciones que siendo evidentes para una buena parte de la población y la comunidad científica, no están siendo contrarrestadas debidamente. ¿Qué podemos esperar de un asunto, el de la sobrepoblación, que ni siquiera es considerado dentro de los problemas que pueden afectar a nuestro planeta?

Este documental nos ofrece una cruda mirada al futuro próximo al que se encamina nuestra existencia en el planeta. Aún con algunos puntos discutibles o ampliables, es uno de los mejores y más completos que se han hecho sobre uno de los dilemas más urgentes e importantes que la humanidad ha afrontado en toda su historia. Estamos en rumbo de colapso, o como dice el propio Stephen Emmott al final de su clase magistral: Estamos jodidos. Duro, pero alguien tenía que decirlo. Un documental imprescindible para entender que el problema somos nosotros.

Campanadas de la Historia (61) Cuba tras Fidel


Algunas fotos de la página BigPicture y un certero análisis de Ramón Lobo nos invitan a reflexionar tras la muerte de Fidel Castro y las posibles consecuencias que su muerte puede suponer para el pueblo cubano.



La hora de Cuba, pero ¿qué Cuba?

Ramón Lobo - 01/12/2016


Me dejan mal cuerpo las celebraciones de la muerte ajena. Entiendo que cada uno tiene una biografía que maneja como puede, que hay personas que se sienten agraviadas por años de dictadura y no pueden ocultar sus sentimientos. Esto, por lo general, se manifiesta en el ámbito privado. Lo que no entiendo es la celebración colectiva, la exhibición de la alegría. Lo ocurrido en algunos barrios de Miami tras la muerte de Fidel Castro dice poco de la calidad humana de los que festejaron y menos aún de sus propuestas políticas de futuro para Cuba. Su único programa es la revancha personal.

En América Latina hay poco que festejar, entre dictadores, guerras civiles, golpes de Estado, desaparecidos. En América Latina, y más al norte, en EEUU, hay poco de lo que presumir. Con la excusa de la Guerra Fría se laminó cualquier protesta.

Contrasta con ese bullicio, el silencio de los cubanos de la isla tras presentar sus respetos al líder muerto. Es difícil entrar en cada uno de ellos, conocer sus motivos. Los habrá por convicción, los habrá por miedo a significarse. Antes de seguir habría que dejar claro que hay muchos más fidelistas que amantes de lo que queda de la revolución. Una prueba es este texto de la web El Estornudo: A pesar de la realidad, lloré a Fidel.

Cuba necesita puentes, y saldrán de dentro. No existe un exilio cubano como tal, son muchos los exilios que se superponen en capas. Los más viejos, los que salieron con la revolución en 1959 y en los años posteriores ya no conocen Cuba. Existe una en su mente, en sus recuerdos y sentimientos, que nada tiene que ver con la actual. Esta afirmación sirve para los demás exiliados, más allá de los marielitos de 1980. Solo el exilio más reciente, el de antes de ayer, de hace diez años, por decir una fecha, sabe de qué Cuba habla. Pasó lo mismo en España: la solución vino de dentro, del propio régimen que mutó en una doble opción: Alianza Popular y UCD, frente a un PSOE liderado por Felipe González. Es posible que en Cuba pase algo parecido.

Con Donald Trump de presidente de EEUU a partir del 20 de enero y con el ultrareligioso Mike Pence de vicepresidente, Cuba regresa al túnel del tiempo, a los peores años de la Guerra Fría. La victoria de Trump en Florida le deja en deuda con el exilio cubano, que es el que salió a celebrar la muerte de Fidel Castro. No van a ser años de puentes. Van a ser años de confrontación. Con Venezuela sumida en su propia crisis, sin Barack Obama, Cuba solo tiene dos opciones: Rusia y China.

No creo que Vladimir Putin lleve la provocación hasta el patio trasero de EEUU. Lo que busca con el nuevo presidente es que le dejen tranquilo en el suyo, sobre todo Ucrania y Siria. La única opción sería el Gobierno (¿comunista?) de Pekín, convertido en el enemigo (comercial) número uno.

Es posible que al futuro presidente de EEUU se le acumulen tantos frentes en los primeros meses en la Casa Blanca, que una vez pasados los duelos y los fastos, Cuba caiga en cierto olvido, que deje de copar titulares y bravatas. Su objetivo es la revolución interna en EEUU con el populista Bannon de director de orquesta, acabar con el ISIS y expulsar a los inmigrantes sin papeles.

Raúl Castro tiene 85 años. Siempre ha sido el director de la orquesta de cada día. Fidel era el que trabajaba en la épica, en los sueños. Nada va a cambiar a corto plazo.

El éxito de Fidel Castro ha sido estar investido de épica revolucionaria hasta el día de su muerte cuando la épica y la Revolución desaparecieron a finales de los años sesenta, cuando pasó a ser una dictadura. Esa épica queda en decenas de canciones y en la memoria colectiva de la izquierda española que en muchos casos se niega a ver la realidad: Cuba no funciona, siempre ha estado subvencionada. El embargo de EEUU ha sido criminal y a la vez una excusa para todo, hasta para los más nimio, algo con lo que tapar sus propios errores.

Están los éxitos de la medicina y la educación, con altas tasas de alfabetización, pero hace tiempo que no hay medicinas ni luz ni motivación para cambiar nada, ni profesores, que algunas clases se dan por televisión. Pese a estas carestías, Cuba envía médicos y maestros a Venezuela y otras partes del mundo. Esos gestos de solidaridad pertenecen a la propaganda.


Pese a todas las escaseces, Cuba es el país en mejor situación socio-económica de la región, el 67 en el índice de calidad de vida de la ONU. Es un país de claroscuros, de grises. La alegría de Miami y las frases de Trump, más propias de la Guerra Fría, no suponen una solución. La única vía para abrir la dictadura es la de Obama: normalizar, abrir, levantar el embargo, que los propios cubanos puedan cambiar su destino.

Y nos queda la música.