Australia, Brasil, California, Groenlandia, Suecia e, incluso, el Círculo Polar Ártico: los incendios forestales son cada vez más frecuentes y de una magnitud sin precedentes.
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Estupor y Temblores (67) Macroincendios, el grito de la Naturaleza
Australia, Brasil, California, Groenlandia, Suecia e, incluso, el Círculo Polar Ártico: los incendios forestales son cada vez más frecuentes y de una magnitud sin precedentes.
Música para camaleones (121) James Blake - I'll come too

I'm gonna say what I need If it's the last thing I do I do I do I do I'm in that kind of mood I've thrown my hat in the ring I've got nothing to lose With you With you With you I'm in that kind of mood I'll go under your wing I'll slot right in between the Cracks between you and him I don't wanna go home Shall we drive from zone to zone? I wouldn't do this on my own But I'm not on my own tonight Oh, you're going to New York? I'm going there Why don't I come with you? Oh, you've changed to L.A.? I'm going there, I can go there too I'm gonna say what I need If it's the last thing I do I do I do I do I'm in that kind of mood I've thrown my hat in the ring I've got nothing to lose With you With you With you I'm in that kind of mood I'll go under your wing I'll slot right in between the Cracks between you and him I don't wanna go home Shall we drive from zone to zone? I wouldn't do this on my own But I'm not on my own tonight Oh, you're going to the brink? I'm going there Why don't I come with you? You don't care what they think I'm getting there I could get there too I'm gonna say what I need If it's the last thing I do I do I do I do I'm in that kind of mood I've thrown my hat in the ring I've got nothing to lose With you With you With you I'm in that kind of mood I'll go under your wing I'll slot right in between the Cracks between you and him I don't wanna go home Shall we drive from zone to zone? I wouldn't do this on my own But I'm not on my own tonightVocabulario Fundamental. Extinción (51) La desaparición de los insectos, una catástrofe silenciosa
Todo el que haya viajado por carretera en coche hace treinta años sabe de qué estamos hablando, de cómo quedaban nuestros parabrisas con los impactos de decenas de insectos y cómo quedan ahora, siniestramente limpios. Pero también puede verse claramente andando por el campo, donde la cantidad y diversidad de insectos ha descendido dramáticamente aunque parezca que a casi nadie le importe.
Y eso que, así por decir cuatro cosas, polinizan las plantas, dispersan sus semillas, desintegran los residuos orgánicos incorporándolos otra vez al ciclo de los nutrientes y forman los cimientos de la cadena alimentaria que sustenta la vida del planeta en el que todos vivimos. Y una vez más la causa de este acentuado declive, ocho veces más alta que la de los mamíferos, aves y reptiles, absolutamente aberrante en términos evolutivos, la tiene el ser humano. El cambio climático, la pérdida de habitat, la adopción a gran escala en las últimas décadas de la agricultura intensiva que elimina la vegetación original para crear campos de suelo desnudo, los putos monocultivos, la contaminación y el uso masivo de pesticidas sintéticos son algunas de las causas de su extinción.

En la actualidad el 40% de especies de insectos está en claro declive y un tercio está en peligro de extinción. Huelga decir que la desaparición de esta maravillosa biodiversidad artrópoda, aunque no fuera total, generaría un catastrófico colapso de los ecosistemas naturales. Y nosotros iríamos detrás, claro.
En este reportaje de ARTE del año 2018 el realizador alemán Torsten Mehltretter indaga en las causas y las consecuencias de su desaparición de estos pequeños seres tan fascinantes como vitales para el planeta.
Vocabulario Fundamental. Lobos (22) Defendiendo al gran proscrito
18 de marzo, 3ª Manifestación concentración en Sol convocada por Lobo Marley, EQUO, Ecologistas en Acción y WWF por la protección total de la gran joya de la fauna ibérica. Para qué sepamos por lo que luchamos un fragmento de 'Un cuento de lobos', de Félix Rodríguez de la Fuente, un audio de Carlos de Hita recordando a Félix Rodríguez de la Fuente mientras invocaba al eterno proscrito, nuestro cánido salvaje primordial, nuestro lobo ibérico. Que no nos falte nunca.
Polifonías en la manada. Reconstrucción sonora de un fragmento del Cuento de Lobos de Félix Rodríguez de la Fuente, emitido por RNE. Félix grabó su relato en 1975. Yo grabé a estos lobos en distintos lugares a finales de los 90. Unos y otro siguen aullando juntos.
Polifonías en la manada. Reconstrucción sonora de un fragmento del Cuento de Lobos de Félix Rodríguez de la Fuente, emitido por RNE. Félix grabó su relato en 1975. Yo grabé a estos lobos en distintos lugares a finales de los 90. Unos y otro siguen aullando juntos.
Un mundo mejor es posible (48) 'How to change the world': Greenpeace, el nacimiento del ecologismo moderno
Dirigido en 2014 por el director británico de documentales Jerry Rothwell 'How to change the world' (¿Cómo cambiar el mundo?) este documental se adentra en los inicios de la historia de la entidad ecologista más conocida del planeta: Greenpeace, una red activista ambiental ampliamente distribuida por todo el planeta y que fue fundada en Vancouver a principios de los años setenta.
Cómo cambiar el mundo se centra en las tres primeras campañas que dieron forma y propagaron el particular método de denuncia de Greenpeace por todo el planeta. Un buen ejemplo de cómo una revolución no tiene porque ser organizada ni metódica y divertida. El documental utiliza el extenso material audiovisual de archivo junto a entrevistas con personas vinculadas a la organización.
Jerry Rothwell se ha basado en los escritos de Robert Hunter, miembro fundador de Greenpeace y un periodista de primer nivel. Sus memorias han sido la columna vertebral de su película. Las palabras de Hunter se emplean como recurso narrativo para alertar de la relevancia de los acontecimientos que tuvieron lugar hace décadas.
Los personajes que crearon el movimiento hoy nos pueden parecer incluso anacrónicos con barbas, sandalias y usarios de drogas psicodélicas, pero sin duda dan una visión muy terrenal sobre lo que es estar comprometidos con la sociedad que les acogió. Uno de los personajes revela que se cambió su nombre de David Garrick a Walrus Oakenbough porque estaba muy interesado en los hongos alucinógenos. "Fue con fines logísticos," cacarea desde debajo de su barba.

Cómo cambiar el mundo nos muestras imágenes históricas emotivas donde sus protagonistas, por ejemplo, se la jugaron surfeando con lanchas por los mares soviéticos en un intento de impedir pruebas nucleares del presidente Nixon en la isla Amchitka. En medio de estas impactantes imágenes escuchamos una frase de los escritos de Hunter: "La gravedad arrastra nuestros estómagos hacia el frío, una gris colisión para nuestros pulmones." Tras aquellas acciones en 1971 se suspendieron las pruebas nucleares en Amchitka.
El espíritu entusiasta de estos primeros ecologistas también es singularmente inspirador. En 1975, por ejemplo, un grupo de ellos se lanzó a impedir la matanza soviética de ballenas en la costa de California. Estaban armados únicamente con cámaras y un par de botes. Con un sentido épico de la esperanza, su ejemplo nos muestra que los individuos pueden realmente marcar la diferencia y su heroicidad arrastrar a la participación.
El espíritu entusiasta de estos primeros ecologistas también es singularmente inspirador. En 1975, por ejemplo, un grupo de ellos se lanzó a impedir la matanza soviética de ballenas en la costa de California. Estaban armados únicamente con cámaras y un par de botes. Con un sentido épico de la esperanza, su ejemplo nos muestra que los individuos pueden realmente marcar la diferencia y su heroicidad arrastrar a la participación.

A finales de los años setenta, sin embargo, Greenpeace se tambaleó bajo el peso de una mayor atención de los medios, de grupos disidentes y de los fuertes egos que crecían por todo globo. Los conflictos personales entre los miembros fundadores eclipsaron algunos de los proyectos iniciales que estaban llevando a cabo. La cámara de Rothwell se mantiene neutral, y deja que sean los protagonistas que cuenten su historia. Al entrevistar a varios miembros del Greenpeace actual se trasluce el apagón que sufrieron aquellos sueños de revolucionaria juventud.

La huella del estilo de Greenpeace permanece, pero también es cierto que hoy algunos ecologistas de renombre advierten que los tiempos de la acción directa de denuncia deben evolucionar hacia el activismo personal y comprometido. Otros afirman ahora que Greenpeace es de hecho perjudicial para la especie humana. En sus memorias Hunter reconoció que "Es repugnante que una revolución no pueda ir más rápido o más lejos que las personas involucradas”.
El documental sirve para reflexionar sobre como acciones que podían parecer freaks dieron lugar a un movimiento global fundamental en la reciente historia de la defensa ecologista planetaria. Más allá de los prolegómenos de la historia que ilustra el documental, todavía la organización Greenpeace sigue siendo un referente planetario. Puede que tenga que evolucionar como lo está haciendo la realidad social histórica. Este documental histórico en este sentido está lleno de buenas intenciones. (Terra.org)
El documental sirve para reflexionar sobre como acciones que podían parecer freaks dieron lugar a un movimiento global fundamental en la reciente historia de la defensa ecologista planetaria. Más allá de los prolegómenos de la historia que ilustra el documental, todavía la organización Greenpeace sigue siendo un referente planetario. Puede que tenga que evolucionar como lo está haciendo la realidad social histórica. Este documental histórico en este sentido está lleno de buenas intenciones. (Terra.org)
Vocabulario Fundamental. Extinción (44) Adiós a los insectos de nuestra infancia
Adiós a los insectos de tu infancia
Cada vez hay menos saltamontes, grillos, abejas y mariposas porque muchas de estas especies, que polinizan el 84% de las plantas que sirven de alimento, están amenazadas
Casi un tercio de las especies de ortópteros (como saltamontes, grillos o chicharras) están amenazadas, algunas en peligro de extinción. GETTY IMAGES
¿Hace cuánto que no ves un saltamontes en tu paseo dominical por el campo, escuchas a los grillos desde el porche o ves una luciérnaga en una caminata nocturna por un camino rural? La sensación de estar perdiendo esta fauna que tantas generaciones asocian con su infancia, es más que eso, es una realidad. Y lo que es peor, junto a estos animales van desapareciendo, además, elementos básicos para el sustento de numerosos ecosistemas de los que dependemos todos los seres vivos.
“No solo es una sensación popular, es algo que percibimos todos los entomólogos que salimos a hacer trabajos de campo y a investigar; el descenso del número de individuos de prácticamente todos los insectos es brutal”. Lo confirma Juan José Presa, catedrático de Zoología de la Universidad de Murcia y coautor de uno de los muchos informes y estudios recientes que ponen cifras a la disminución de artrópodos.Dicho estudio, de principios de año y surgido de la colaboración entre la Unión Europea y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), destaca que casi un tercio de las especies de ortópteros evaluadas (saltamontes, grillos y chicharras, entre otros) están amenazadas, algunas en peligro de extinción.
Wolfgang Wägele, director del Instituto Leibniz de Biodiversidad Animal (Alemania) habla, junto a otros colegas, en Science del “fenómeno parabrisas”, por el cual los conductores pasan menos tiempo limpiando sus coches de la miríada de insectos que antes morían estrellados contra cualquier punto de la carrocería. Los investigadores citados en el artículo son conscientes del descenso generalizado, a pesar de reconocer, como el resto de la comunidad científica, que es muy difícil establecer datos más precisos del declive de las poblaciones por la variedad de especies, distribución y número de individuos.
En Science se cita el caso de la Sociedad Entomológica de Krefeld, en Alemania, cuyas visitas al campo han constatado que la biomasa de insectos que queda atrapada en sus diferentes métodos de captura ha disminuido un 80% desde 1989. Presa lo lleva al terreno de sus observaciones de campo en la provincia de Pontevedra: “Antes conseguíamos atraer a infinidad de mariposas nocturnas con las trampas de luz, ahora entran muy pocas”.
“Aproximadamente tres cuartas partes de las especies de mariposas en Cataluña, y esto puede ser extrapolable al resto de España, están en declive y esto es incontestable”. Constantin Stefanescu, del Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals y el Museu de Ciències Naturals de Granollers (Barcelona), llega a esta conclusión tras más de dos décadas de trabajos de campo y estudiar junto a otros investigadores a 66 de las 200 especies presentes en Cataluña. “La reducción es alarmante y aumenta cada año. Asustan, además, los datos de 2015 y 2016, los más bajos desde 1994”, apostilla Stefanescu.El catálogo nacional de especies amenazadas solo incluye 90 de invertebrados, de los cuales 35 son insectos y únicamente 17 tienen un categoría de amenaza que permite activar planes de recuperación.
Ignacio Ribera, del Instituto de Biología Evolutiva, centro mixto del CSIC y la Universitat Pompeu Fabra, especialista en entomofauna de hábitats subterráneos y acuáticos, menciona otras dos especies que han estado presentes en la infancia de muchas generaciones: las libélulas y los zapateros, estos últimos son hemípteros de largas patas que se deslizan sobre la superficie del agua y que en algunos lugares se les llama aclaradores. “Cuando canalizan un río, desecan una charca o tapan una rambla –afirma el investigador– este tipo de insectos, entre otros, desaparecen”. Hace diez años, la UICN ya avisaba de que “las libélulas amenazadas de la cuenca mediterránea necesitan una acción urgente para mejorar su estado”.La transformación y destrucción del hábitat es sistemáticamente señalada en todos los estudios como la principal causa de esta hecatombe que nos afecta muy directamente a las personas. Se pudo ver con el efecto que ocasionan determinados insecticidas (neonicotinoides) sobre las poblaciones de abejas, responsables de la polinización de numerosas plantas, incluidas el 30% de las que nos sirven de alimento. En general, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, “alrededor del 84% de los cultivos para el consumo humano necesitan a las abejas o a otros insectos para polinizarlos y aumentar su rendimiento y calidad”.
Las consecuencias sobre las redes tróficas que sustentan todo tipo de ecosistemas, también los agrarios, ganaderos y forestales, pueden ser fatales. Hay que pensar que la fauna invertebrada también actúa como controladora de plagas y alimento esencial del resto de animales. Stefanescu recuerda que “muchas aves se alimentan de las orugas de las mariposas que precisamente están en declive y numerosas avispas y moscas dependen también de las fases de larva y crisálida de los lepidópteros”.
Las consecuencias sobre las redes tróficas que sustentan todo tipo de ecosistemas, también los agrarios, ganaderos y forestales, pueden ser fatales. Hay que pensar que la fauna invertebrada también actúa como controladora de plagas y alimento esencial del resto de animales. Stefanescu recuerda que “muchas aves se alimentan de las orugas de las mariposas que precisamente están en declive y numerosas avispas y moscas dependen también de las fases de larva y crisálida de los lepidópteros”.
Pero la destrucción del hábitat (urbanismo, agricultura intensiva, turismo…) no actúa sola como elemento distorsionador, también el abandono del campo y el cambio climático contribuyen a abonar este inquietante camino. Los científicos citan, por ejemplo, la alteración de los períodos de sincronía entre la floración de las plantas y la llegada o eclosión de los insectos. La Sociedad Entomológica de Krefeld, en Alemania, ha constatado que la biomasa de insectos que queda atrapada en sus diferentes métodos de captura ha disminuido un 80% desde 1989
El problema es que el ritmo de protección es mucho más lento que el de declive, por el desconocimiento preciso que se tiene de las poblaciones y por la menor relevancia, aparente, que tienen los insectos. El catálogo nacional de especies amenazadas solo incluye 90 especies de invertebrados, de los cuales 35 son insectos y únicamente 17 (ocho vulnerables y nueve en peligro de extinción) tienen una categoría de amenaza que permite activar planes de recuperación. La Comunidad Virtual de Entomología estima en 38.311 el número de especies de insectos en la península ibérica.
El Atlas y libro rojo de los invertebrados amenazados de España propone para la península ibérica como vulnerables 69 especies de insectos, 30 en peligro de extinción y tres en peligro crítico. Mientras tanto, Juan José Presa advierte: “Es muy posible que, ahora mismo, tras un incendio o una fumigación intensiva de cultivos, estemos perdiendo a especies que ya estaban muy tocadas”.
¿Y LOS GORRIONES, LAGARTIJAS, RANAS Y SALAMANDRAS?
El efecto es generalizado. Cualquier conversación con gente del campo sobre la biodiversidad que les rodea suele contener la frase “por aquí antes se veían más pájaros”. Y también se encontraban, y capturaban con todo tipo de artilugios, lagartijas, se oía más a menudo el croar de las ranas y se disfrutaba con el deambular de las vistosas salamandras entre pozos, charcas y acequias. Hasta al otrora muy abundante y ubicuo gorrión común se le echa en falta. La Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) ha constatado en sus censos las disminuciones de aves comunes como gorriones, golondrinas, perdices y tórtolas, todas ellas protagonistas de veranos más biodiversos.
Los incendios, la sequía y el fenómeno que multiplica estos dos efectos, el cambio climático, están detrás de las disminuciones de reptiles como las lagartijas y de anfibios como la rana común y la salamandra. Un análisis de 539 estudios científicos en el que participaron investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN/CSIC) permitió concluir que el 65% de las 313 especies de estos dos grupos evaluadas sufre los efectos negativos del cambio climático. En 2013, un estudio de la misma institución científica confirmaba que el calentamiento global disminuye la eficacia de las señales sexuales en la lagartija carpetana, especie considerada en peligro de extinción.
Vocabulario Fundamental. Animales (52) Bioluminiscencia, luz en la Tierra
Es en los documentales de David Attenborough cuando el Juez Roy Bean más se aberra del doblaje en la televisión pública española, más aún en el género documental. Al menos tenemos su bonhomía y su eterna mirada emocionada ante las maravillas naturales de nuestro planeta.En esta ocasión sir David viaja por el mundo en otro impactante documental de la BBC sobre la bioluminiscencia, el increíble fenómeno natural que producen los seres lumínicos que pueblan distintos ecosistemas naturales. Maravillosa luz en la Tierra que debido a la presión humana cada vez luce menos. Disfrutemos de su existencia quizás no con su voz, pero sí a través de los ojos y el corazón de nuestro indispensable David. Life that glows.

En el mar y en tierra firme, seres vivos de muchas clases han desarrollado la capacidad de emitir luz de formas extraordinarias. Con las cámaras y tecnologías más avanzadas, estamos empezando a conocer la vida de los seres luminosos. Los seres luminosos, criaturas con su propia luz interior, nos encantan y nos asombran.
Cualquiera que haya visto una luciérnaga o un gusano resplandeciente no puede dejar de caer bajo su hechizo. El mar en la noche brilla, como millones de plancton luminosos revelan las formas de los delfines, peces y ballenas en un espectáculo de luz verdaderamente espectacular y mágico. Pero, ¿Por qué los animales producen luz propia?Durante siglos, sólo hemos podido maravillarnos con el misterio de la bioluminiscencia, ahora en cambio podemos comenzar a revelar la increíble verdad acerca de las criaturas vivientes con luces. Sir David Attenborough es nuestro guía mientras nos aventuramos en un mundo que describe como "completamente diferente a la nuestro".
Vocabulario Fundamental. Animales (51) Animales esclavos 8 Zoocosis
El primer día que te vi dabas vueltas de un lado a otro de tu jaula, sin parar,
estabas herido y tenías la mirada perdida, posé mi mano sobre el cristal para
que sintieras que no estás sólo, que me importa tu dolor
Nunca he vuelto a verte caminar, supongo que estás sedado, para que nadie
se de cuenta cuenta de que tienes Zoocosis.
Vives dentro de una maqueta, el ser humano la ha creado para ti, juega a ser el
señor de la tierra, el dueño de los animales, el dueño del mundo.
Tu vida es como una obra de teatro, una escenificación, cada día sales a un
escenario de cemento, cristal y vallas electrificadas, donde las personas se
paran a mkirarte con sus hijos, de la mano, y te sonríen como si eso te hiciera feliz, porque a los niños se les miente para no hacerles daño.
Pero recuerda que a mí lo que me importa es tu dolor.
Hace poco nos encontramos con el trabajo de la talentosa fotógrafa Estela de Castro (que ahora ha montado la exposición Fotógrafos) quien creó en 2016 la obra 'Zoocosis', su mirada desolada a la insoportable realidad en los zoos de unos seres creados para la libertad que son secuestrados para intentar atrapar su alma salvaje y condenados por el ser humano a prisión perpetua, a soledad y aburrimiento eternos.El Zoo es esa prisión en las que viven encarcelados cientos de animales con el único objetivo de exhibirlos y ganar dinero con ello, intentan justificar su existencia con la conservación y estudio de las especies. Cárceles donde toda clase de animales son "expuestos" para que los niños puedan contemplarlos, haciéndoles creer que son felices.
Visitar una sola vez el zoo es suficiente para darnos cuenta de que en ellos, la libertad es la gran ausente, eso provoca en los animales conductas estereotipadas y repetitivas generadas por el estrés, la soledad y la apatía, dando lugar a un síndrome llamado Zoocosis.
Vocabulario Fundamental. Extinción (43) Elefantes, el ocaso del gigante / The Ivory Game

"No tengo palabras. Hoy el mundo es peor, más feo, más triste. Me muero de pena." Fernando González Sitges, tras la muerte de Satao IICamina lento, pausado, seguro y dueño de cada uno de sus pasos. Lo hace con elegancia, enfundado en su traje gris ante un entorno único. Todo parece idílico en la vida de Satao II, quien recibió su nombre del primer Satao, pero no lo es. A Satao II le espera la crueldad desmedida de los cazadores furtivos que irían detrás de sus joyas: su marfil.
No importa el precio que deban pagar, los cazadores están dispuestos a todo y el Servicio de Fauna de Kenia vuelve a toparse con el peor de los escenarios. La falta de escrúpulos de los cazadores ha dejado como saldo otro elefante muerto. Es Satao II, uno de los animales más emblemáticos de Kenia de la especie denominado 'tusker', que reciben este nombre cuando el tamaño de sus colmillos supera los 45,45 kilos por pieza. En el caso de este elefante, su peso era de 51 y 50,5 kilos y habitaba en el Área de Conservación de Tsavo, situada entre Nairobi y Mombasa, las dos ciudades más importantes de Kenia.
Ha muerto, asesinado a sangre fría. Los guardas le encontraron tendido en el suelo agonizando. Una flecha envenenada acababa de herirle de muerte. Le arrebataron la vida por sus colmillos, un botín de marfil que, ironías del destino, no tuvieron tiempo de llevarse.Una historia tristemente repetida
Como si de una mala jugada del destino se tratase, a los dos Satao no solo los unió su nombre, sino también el triste final de su historia. Hace tres años, Satao, otro elefante de la misma especie corría la misma suerte y se convertía en el primer 'tusker' célebre asesinado en Kenia. Se calcula que tenía entre 45 y 46 años a su muerte, y había conseguido sobrevivir a las masacres de elefantes que se acentuaron durante la década de los ochenta, cuando manadas enteras eran aniquiladas ametrallándolas e incluso conduciéndolas a campos de minas. El Horror.

Las estimaciones alegan que a principios de 1970 el número de elefantes en Tsavo alcanzaba los 45.000, mientras que en 1989 descendió hasta los 6.000. El último censo aéreo llevado a cabo en 2014 mostró cómo la población de elefantes poco a poco se iba incrementando hasta llegar a los 11.000 elefantes actuales.
Según los trabajadores del Área de Conservación de Tsavo, únicamente quedan 6 ejemplares de estas características en el parque, lo que complica cada vez más las posibilidades de repoblación, teniendo en consideración que el embarazo de un elefante es de cerca de 22 meses.
"Se trata de un golpe devastador para la conservación de elefantes y para los genes de los supercolmillos", han dicho desde Africa Geographic, por lo que pide financiación para aumentar los recursos de los rangers de cara a propiciar la rápida reacción de sus equipos y la mejor preparación para luchar contra los incidentes furtivos.
Se calcula que en todo el continente sólo quedan entre 25 y 30 'super-tusker' y otros 15 que podrían transformarse en lo que en su día fueron Satao y Satao II, otro triste pellejo pergaminoso, reseco bajo el sol africano.

Las estimaciones alegan que a principios de 1970 el número de elefantes en Tsavo alcanzaba los 45.000, mientras que en 1989 descendió hasta los 6.000. El último censo aéreo llevado a cabo en 2014 mostró cómo la población de elefantes poco a poco se iba incrementando hasta llegar a los 11.000 elefantes actuales.
Según los trabajadores del Área de Conservación de Tsavo, únicamente quedan 6 ejemplares de estas características en el parque, lo que complica cada vez más las posibilidades de repoblación, teniendo en consideración que el embarazo de un elefante es de cerca de 22 meses.
"Se trata de un golpe devastador para la conservación de elefantes y para los genes de los supercolmillos", han dicho desde Africa Geographic, por lo que pide financiación para aumentar los recursos de los rangers de cara a propiciar la rápida reacción de sus equipos y la mejor preparación para luchar contra los incidentes furtivos. Se calcula que en todo el continente sólo quedan entre 25 y 30 'super-tusker' y otros 15 que podrían transformarse en lo que en su día fueron Satao y Satao II, otro triste pellejo pergaminoso, reseco bajo el sol africano.
Furtivismo despiadado
La caza furtiva, lejos de desaparecer, está muy presente en cada uno de los parques naturales que se encuentran en el continente africano. Elefantes, rinocerontes, felinos y otras especies menos majestuosas que no están incluidas dentro de los big five -grupo que engloba a leones, elefantes, búfalos, leopardos y rinocerontes-, son piezas codiciadas por las mafias, generalmente asiáticas, que buscan su lucro a través del comercio clandestino de los cuernos de los animales, sus colmillos o de sus pieles.

Las mafias se aprovechan de la miseria de las poblaciones cercanas a los parques para que sean ellos quien se la jueguen contra los rangers aunque para trofeos mayores como los paquidermos o los rinocerontes se suelen servir de equipos profesionales, comandos bien armados y equipados que causan muchas bajas entre los defensores de los parques, aparte de hacer lamentablemente bien su trabajo.
La cifra de elefantes africanos cazados por su marfil es extremadamente alta. Según un estudio publicado a finales de 2016 en la actualidad ya sólo quedan 350.000 elefantes africanos; por lo que, si seguimos a este ritmo, esta especie puede haber desaparecido de la faz de la Tierra en tan sólo 15 años.
Kenia ha demostrado en más de una ocasión su rechazo a los cazadores furtivos realizando quemas de toneladas de marfil incautadas así como armas de fuego. El 30 de abril del año pasado se incineraron 105 toneladas de marfil como mensaje hacia las mafias. Nunca antes se había quemado tal cantidad de 'oro blanco', como se conoce al marfil, que cada año mueve a lo largo del continente cientos de millones de euros. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), más de 20.000 elefantes africanos son sacrificados cada año por su marfil.
Las cifras hablan por sí solas: la caza furtiva es la causa de la desaparición del 80% de la población del elefante de selva de África central; solo en 2013 se abatieron 20.000 ejemplares, y eso que ya se habían puesto en marcha medidas proteccionistas, porque hasta entonces eran muchos más los que caían. En Tsavo, entre 1970 y 1990, 6.000 ejemplares como Satao y Satao II perdieron la vida. Un balance demoledor.

Estos animales (a cuya espantosa 'domesticación' dedicamos una entrada hace tiempo) aparecieron en la Tierra hace 50 millones de años, mucho antes de que los seres humanos surgieran como especie y se distribuyeron por todas las latitudes hasta el límite mismo de los hielos perpetuos. Un éxito evolutivo que se debe, más que ningún otro factor, a sus extraordinarios lazos familiares. Debido su gran inteligencia emocional (que hace que se ayuden los unos a los otros cuando están en peligro, entiendan la muerte y velen los cuerpos de los que han perdido) matar a uno de ellos significa un gran dolor para toda la manada, con el añadido de que normalmente son asesinados los elefantes más adultos, los que poseen el conocimiento ancestral de las rutas hacia los mejores pastos o fuentes de agua.

Las mafias se aprovechan de la miseria de las poblaciones cercanas a los parques para que sean ellos quien se la jueguen contra los rangers aunque para trofeos mayores como los paquidermos o los rinocerontes se suelen servir de equipos profesionales, comandos bien armados y equipados que causan muchas bajas entre los defensores de los parques, aparte de hacer lamentablemente bien su trabajo.
La cifra de elefantes africanos cazados por su marfil es extremadamente alta. Según un estudio publicado a finales de 2016 en la actualidad ya sólo quedan 350.000 elefantes africanos; por lo que, si seguimos a este ritmo, esta especie puede haber desaparecido de la faz de la Tierra en tan sólo 15 años.
Kenia ha demostrado en más de una ocasión su rechazo a los cazadores furtivos realizando quemas de toneladas de marfil incautadas así como armas de fuego. El 30 de abril del año pasado se incineraron 105 toneladas de marfil como mensaje hacia las mafias. Nunca antes se había quemado tal cantidad de 'oro blanco', como se conoce al marfil, que cada año mueve a lo largo del continente cientos de millones de euros. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), más de 20.000 elefantes africanos son sacrificados cada año por su marfil.Las cifras hablan por sí solas: la caza furtiva es la causa de la desaparición del 80% de la población del elefante de selva de África central; solo en 2013 se abatieron 20.000 ejemplares, y eso que ya se habían puesto en marcha medidas proteccionistas, porque hasta entonces eran muchos más los que caían. En Tsavo, entre 1970 y 1990, 6.000 ejemplares como Satao y Satao II perdieron la vida. Un balance demoledor.

Estos animales (a cuya espantosa 'domesticación' dedicamos una entrada hace tiempo) aparecieron en la Tierra hace 50 millones de años, mucho antes de que los seres humanos surgieran como especie y se distribuyeron por todas las latitudes hasta el límite mismo de los hielos perpetuos. Un éxito evolutivo que se debe, más que ningún otro factor, a sus extraordinarios lazos familiares. Debido su gran inteligencia emocional (que hace que se ayuden los unos a los otros cuando están en peligro, entiendan la muerte y velen los cuerpos de los que han perdido) matar a uno de ellos significa un gran dolor para toda la manada, con el añadido de que normalmente son asesinados los elefantes más adultos, los que poseen el conocimiento ancestral de las rutas hacia los mejores pastos o fuentes de agua.
Detrás de este baño interminable de sangre hay una razón muy clara: los miles de dólares que puede llegar a alcanzar el kilo del marfil en el mercado negro. Hay que tener en cuenta que la pareja de colmillos de un ejemplar adulto de elefante africano puede superar los cien kilos. La multiplicación es sencilla.
Pero esta caza furtiva no se lleva a cabo por principiantes ni al azar, saben muy bien lo que hacen. Alrededor del comercio de marfil se han desarrollado redes criminales altamente especializadas, que cuentan con los últimos avances en tecnología, como equipos de visión nocturna o medios aéreos como drones. El camino que sigue el marfil después de ser arrebatado hasta llegar al sudeste asiático es casi siempre el mismo. Las piezas se transportan a través de países africanos con escasa vigilancia aduanera, hasta que alcanzan algún puerto del Índico, como Mozambique. Allí se camuflan en contenedores de carga para viajar a Vietnam, Laos y Myanmar, donde pueden cruzar sin dificultad la frontera terrestre hacia China continental.
Pero también pueden llegar directamente al puerto de Hong Kong, el epicentro mundial del mercado de esta materia prima. En la antigua colonia británica, el marfil ilegal se confunde fácilmente con el legal, que es el que se obtuvo en bruto antes de 1990, año en el que se prohibió oficialmente.En los escaparates de sus lujosas tiendas de artesanía, los incisivos aparecen reducidos a minuciosas filigranas por las que se pagarán precios astronómicos. La delicadeza de estas tallas contrasta con la terrible brutalidad que esconden y que ha dejado tras de sí un reguero de cientos de miles de cadáveres.
El documentalista madrileño Fernando González Sitges publicaba en 2010 el premiado documental 'Elefantes, el ocaso de los gigantes' en el que plasmaba el declive poblacional extremo de este inteligentes y sensibles animales.
Prohibición de la comercialización
Los países y las organizaciones ecologistas han acordado poner fin al comercio interno de marfil, a pesar de que la resolución casi se frustró por las objeciones de naciones como Japón y Sudáfrica. En septiembre de 2016 y tras tres días de movimientos políticos, desacuerdos y ruptura de negociaciones, los delegados en el congreso de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en Hawái acordaron un texto que pedía a los países que acabaran con el comercio interno de marfil "con urgencia".
La moción no tiene capacidad legal, pero los ecologistas esperan que anime a los países a vetar la venta de marfil dentro de sus fronteras para ayudar a frenar la descontrolada caza furtiva de elefantes. El comercio internacional del marfil lleva prohibido desde 1989 pero en muchos países, como Estados Unidos, Reino Unido y China, el comercio interno sigue estando permitido para las antigüedades.
Nuestro segundo documental sobre este tema es tan duro como necesario. Cada año, y como ya hemos ido explicando, miles de elefantes son asesinados a causa del tráfico de marfil y este film está dedicado a entender el panorama actual del tráfico de marfil, sus causas y consecuencias.
Dirigido por Kief Davidson y Richard Ladkani en 2016, 'The Ivory Game' denuncia la situación de esta especie con la tensión típica de un thriller de suspense, siguiendo la línea de 'Virunga' (otra producción de DiCaprio que exponía la matanza de gorilas en el Congo y que ya publicamos en nuestro blog). En el film se expone cómo los cazadores furtivos -y los legales- de elefantes en África están acabando con la especie y cómo desde China el comercio de marfil está impulsando gran parte de su demanda. Es la pescadilla que se muerde la cola: cuantos menos elefantes hay, más sube el precio del marfil y más beneficioso es para los cazadores matar uno.
En este documental (producido por el siempre comprometido Leonardo diCaprio) la investigación se extiende por varios países, desde los que reciben el marfil ilegal, hasta los que los compran para hacer joyas, adornos o incluso para ingerirlo en remedios caseros. Los autores de este reportaje estuvieron 16 meses investigando para documentar el tráfico de marfil, visitando áreas de conservación donde habitan y son cazados los elefantes y realizando entrevistas encubiertas mientras se infiltran en el comercio ilegal de marfil para después denunciar esta triste realidad.El valiente elenco de personajes que han hecho posible este film además de mostrar al espectador la realidad que está viviendo esta especie se plantean un interrogante "¿Vamos a permitir que el mamífero más grande de la Tierra se extinga?". La respuesta es clara, NO.
Sin embargo puede estar llegando cambios positivos para el futuro de esta especies y de otras como los rinocerontes. A finales del año pasado China, el mayor mercado mundial de marfil, anunció la prohibición del comercio interno y el procesamiento del llamado 'oro blanco'. De acuerdo con la nueva normativa, una primera hornada de fábricas y tiendas dedicadas al marfil tenían que cerrar y hacer entrega de sus licencias antes del 31 de marzo de 2017, una medida que debe extenderse a todo el sector a finales de año. Con esta decisión se espera poner coto a la caza furtiva de estos amenazados paquidermos en África y Asia.
Grupos conservacionistas y activistas medioambientales de todo el mundo calificaron la decisión de "histórica", ya que supone todo un cambio para el futuro de estos animales. No en vano, el marfil africano es considerado como un símbolo de estatus en el país asiático. La medida adoptada supondrá el cierre de 34 empresas dedicadas a trabajar este producto y de otras 143 especializadas en su comercialización.
La decisión se produce después de años de creciente presión internacional y doméstica para poner fin a este comercio y da esperanzas a los defensores de los animales de que se pueda evitar la extinción de varias de las poblaciones de elefantes amenazadas en África. A principios de 2016 China ya había prohibido la importación de todo el marfil o productos elaborados con marfil adquirido antes de 1975.
La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, en inglés), que entró en vigor en 1975, prohibió el comercio de marfil en 1989. Al igual que otros países, hasta ahora China permitía la reventa de marfil adquirido antes de esa prohibición, y también posee unas reservas adquiridas en 2008 con la aprobación de CITES, que pudieron salir a la venta con esa certificación.
Tras esta necesaria regulación parecen empezar a llegar las buenas noticias: según un informe publicado por Save the Elephants , el precio del marfil se ha reducido de forma exponencial en los últimos tres años. En 2014 la media del precio de los colmillos era de 2100 dólares, en 2015 alcanzó los 1100 dólares y en este año han caído a poco más de 700 dólares. Esta disminución se atribuye a una combinación de factores incluyendo una recesión económica, una más efectiva lucha contra la corrupción, los compromisos del gobierno para poner fin al comercio del marfil y una mayor conciencia entre los consumidores sobre el impacto que éste está teniendo en los elefantes.
Grupos conservacionistas y activistas medioambientales de todo el mundo calificaron la decisión de "histórica", ya que supone todo un cambio para el futuro de estos animales. No en vano, el marfil africano es considerado como un símbolo de estatus en el país asiático. La medida adoptada supondrá el cierre de 34 empresas dedicadas a trabajar este producto y de otras 143 especializadas en su comercialización.
La decisión se produce después de años de creciente presión internacional y doméstica para poner fin a este comercio y da esperanzas a los defensores de los animales de que se pueda evitar la extinción de varias de las poblaciones de elefantes amenazadas en África. A principios de 2016 China ya había prohibido la importación de todo el marfil o productos elaborados con marfil adquirido antes de 1975.La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, en inglés), que entró en vigor en 1975, prohibió el comercio de marfil en 1989. Al igual que otros países, hasta ahora China permitía la reventa de marfil adquirido antes de esa prohibición, y también posee unas reservas adquiridas en 2008 con la aprobación de CITES, que pudieron salir a la venta con esa certificación.
Tras esta necesaria regulación parecen empezar a llegar las buenas noticias: según un informe publicado por Save the Elephants , el precio del marfil se ha reducido de forma exponencial en los últimos tres años. En 2014 la media del precio de los colmillos era de 2100 dólares, en 2015 alcanzó los 1100 dólares y en este año han caído a poco más de 700 dólares. Esta disminución se atribuye a una combinación de factores incluyendo una recesión económica, una más efectiva lucha contra la corrupción, los compromisos del gobierno para poner fin al comercio del marfil y una mayor conciencia entre los consumidores sobre el impacto que éste está teniendo en los elefantes.Todavía hay un largo camino por recorrer para poner fin a la matanza de elefantes por el marfil de sus colmillos, pero ahora al menos nace una mayor esperanza para la especie, para la supervivencia de estos animales maravillosos que ocupan su propio espacio, tan grande como ellos, en el corazón del Juez Roy Bean.

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