Vocabulario Fundamental. Infancia (31) Infancia en guerra 7 Aylan, el niño de la playa


El niño de la playa

Texto: El Mundo - Pedro Simón Madrid 02/09/2015 

Lo normal a los tres años es verlos en la orilla con el bañador y no vestidos. Lo normal es verlos dando saltos y no tumbados de este modo: boca abajo y de lado, como escuchando el latido de la tierra. Si es que ésta tiene todavía corazón. Lo normal a los tres años es que te hagas el muerto y no que lo seas,que sea divertido mojarte, que prefieras las olas grandes a las pequeñas, que le pidas al hermano mayor que te entierre vivo para que saques la cabeza y después, con el cuerpo embadurnado en arena, corras muy deprisa hacia el mar. Lo normal a los tres años es que poses para una foto en un lugar como éste que ven y que nadie tenga que pixelarte la cara. La fotografía de Nilufer Demir ya forma parte del álbum migratorio de la infamia: un niño varado en la playa como si fuera un ballenato en pantalones cortos. Si querían una imagen que de verdad nos salpicara como el ácido, si querían una imagen evocadora del horror, aquí tienen una: para algunos críos el estío no es una tumbona; es una tumba. 

Cinco niños. Refugiados sirios. Ahogados en aguas turcas. Tratando de alcanzar la isla griega de Kos. Y este colofón que por fin nos lo explica todo: la imagen salvaje de este caído de pala y cubo.¿Cuántos niños sin nombre se ha tragado ya el océano? ¿Llevaban una camiseta azul o una verde cuando se ahogaron? ¿Hicieron alguna vez un castillo de arena?

Me acuerdo de la subsahariana Josephine, que estuvo una semana dándole sus propios orines a su hija Chioma en una patera, de camino a Canarias, hasta que al séptimo día no resucito. Me acuerdo de los que viven sin boya. Y también me acuerdo de aquella otra imagen cotidiana... Creo que tengo una foto tuya con una composición parecida, sólo que posando a gatas mirando al mar de Conil. Sonriendo. Lo normal a los tres años.

No vas a entender la fotografía. Pero quiero que la mires y no olvides una cosa: ya te he dicho mil veces, hijo, que en las playas de verano puede hacer un frío hondo y oscuro.

Estupor y Temblores (45) 'Cartel Land', de Matthew Heineman



En este blog ya hemos tratado con anterioridad algunos de los grandes problemas de la política y la sociedad mexicana en otras escabrosas entradas de nuestra etiqueta 'México lindo y querido'. Hoy publicamos 'Cartel Land', una premiada producción mexicano-estadounidense dirigida por Matthew Heineman en 2015 y producida por Kathryn Bigelow (la creadora de 'The Hurt Locker' aquí llamada 'En tierra hostil'), que nos muestra una inquietante visión de dos grupos de vigilantes en la frontera México-USA y su enemigo común, los criminales cárteles de la droga mexicanos. 

En el estado mexicano de Michoacán, el doctor José Mireles, un médico de una pequeña ciudad conocido como El Doctor, dirige a las Autodefensas, una revuelta ciudadana contra el violento cártel de la droga de los Caballeros Templarios. Mientras tanto, en el valle Altar de Arizona, Tim 'Nailer' Foley, un veterano de EE.UU., encabeza un grupo paramilitar, Arizona Border Recon, cuyo objetivo es evitar que la guerra de la droga de México -y de paso los inmigrantes ilegales- se filtren por la porosa frontera entre ambos países. 

El cineasta estadounidense se infiltra en el corazón de la oscuridad de la noche michoacana mientras Nailer, El Doctor y el cártel compiten por imponer su propia justicia donde las instituciones de ambos estados no lo han conseguido. 

Esta película provoca preguntas profundas sobre cómo la corrupción, la anarquía, la ruptura del orden y la dejación de funciones por parte de los estados parece no dejar a una sociedad civil desesperada más remedio que tomar las armas por sí misma para combatir la violencia que sufren con más violencia, para al menos no ser humillados, intimidados o asesinados sin ofrecer resistencia, como hasta ahora había estado ocurriendo. 

Cartel Land - Tierra de cárteles, los dos crímenes

Por Erick Estrada - Cinegarag

“No queremos convertirnos en los criminales que estamos persiguiendo”, dice el doctor Manuel Mireles, líder indiscutible de las Autodefensas en el estado de Michoacán, México, al comienzo de Tierra de cárteles, el durísimo documental que presenta Matthew Heineman, cine fotógrafo, documentalista, editor y guionista no de este sino de otros cuatro proyectos en los que ha participado.

Con una carrera tan aparentemente corta, sorprende un poco la calidad de las imágenes con que presenta primero a los miembros de un cártel (que suponemos son Caballeros Templarios) cocinando meta anfetaminas en pleno bosque michoacano, después a los primeros miembros de las Autodefensas y más tarde a los Arizona Border Recon, un grupo de vigilantes en el desierto de Arizona que de cazar inmigrantes ilegales pasaron a enfrentar a los miembros de los cárteles que circulan por la zona en la que habitan. Un desconcertante (por real) juego de espejos.

Ahí la sorpresa se desvanece. Ver la presentación de estos tres capítulos y la cercanía con que se habla con todos estos personajes denota un trabajo previo de investigación gigantesco, profundo, largo y a conciencia. Ello explica el enfoque triangular de este problema que hoy se ha vuelto internacional y, de paso, la calidad de esas imágenes que circulan por toda la película que a pesar de ello no glorifican un gramo de cualquier cosa que se atraviesa en la lente de Heineman. Nadie se salva, ni siquiera nosotros.

Dato extra: en el cuerpo de productores ejecutivos encontramos el nombre de Kathryn Bigelow y de nuevo los estándares suben. Resulta casi obvio que con su toque la tecnología al servicio del documental es de punta (recordemos las texturas hiper realistas en The Hurt Locker y comparemos con la inserción total de las cámaras en las acciones de esta película) y que ella misma fue un apoyo seguro y concreto para el enfoque casi objetivo del documental que quiere (o quiere hacernos creer que quiere) mostrar todos los lados posibles de los involucrados en el problema (Mireles es captado en todo momento lo que hace imposible perderse sus pecados), desde los miembros de los cárteles hasta los habitantes de un pueblo que en algún momento rechazarán la participación de las Autodefensas argumentando usurpación de las funciones del ejército y el Estado mexicano que, a pesar de ello (y la película lo subraya con una elegancia abrumadora) brillan por su ausencia y muestran una debilidad escandalosa.

Y sin embargo, la película no se ensaña en ello.

La problemática de la justicia por mano propia que cientos de veces ha empujado ejecuciones sin juicio y mucho menos defensa. La tambaleante tabla en la que surfean los derechos humanos cuando el Estado (monopolizador legítimo de la violencia) se vuelve flaco y deja los huecos para que otros otorguen la seguridad que él es incapaz de concretar. La reacción esquizofrénica de un ejército que obedece las órdenes de un Poder Ejecutivo que ni propone ni dibuja un plan. Todas las preguntas desfilan en esta autodescripción (porque la cámara de Heineman pareciera ser solamente un testigo) de lo que ocurrió (y ocurre) en Michoacán mientras, con una puntualidad escalofriante ciertos toques de genialidad intensifican el amargor de esta brutal narración: vemos por ejemplo el primer aniversario de las Autodefensas anotado aquí como el comienzo de su propio declive, celebración que se llevó a cabo el mismo día que Enrique Peña Nieto apareció (por encargo) en la portada de la revista Time con el encabezado “Saving Mexico” coincidencia que, aunque no se menciona en Tierra de cárteles hay que tener presente para captar ese amargor, esa brutalidad.

¿Brutal? Sí, gráficamente hay imágenes brutales, desgarradoras. En Tierra de cárteles hay momentos de tensión casi inhumana en el que las de por sí fantasmales fronteras descritas arriba se mudan de planeta, en las que la razón deja espacio a tormentas de sangre que apenas vislumbramos pero que se sabe existen y existieron -esos gritos detrás de las paredes en los interrogatorios que las Autodefensas llevan a cabo en sus cuarteles centrales-.

Pero más brutal aún son las interrogantes que con toda la intención (y maña) del mundo el documental acomoda hacia su desenlace (que no conclusión): detectados en su narración el cruce de un machismo turbio y serpenteante en las acciones y reacciones de maleantes y vigilantes (que les autojustifica mucha de su violencia y dispara su prepotencia y brutalidad); la corrupción en la que nada el país (en mucho producto de una pésima distribución de la riqueza desde hace cientos de años); y en medio la infiltración del narco mexicano en política, economía y seguridad; mucho más brutal resulta ver la división de las Autodefensas michoacanas en busca de un beneficio más personal y el tácito abandono en el que cayó su líder Manuel Mireles quien, ahora encarcelado debe también preguntarse de qué lado están esos criminales a los que perseguía y en los que no quería que su gente se convirtiera: en el lado de los cárteles o en el lado del Estado mexicano que de la peor de las maneras encarceló a un líder que probablemente hacía demasiado ruido, un ruido que opacaba los discursos oficiales que niegan tanto la existencia de la pobreza como el tamaño del narcotráfico en México, dos cosas que las Autodefensas (ahora incorporadas a ese Estado) colocaron de nuevo en la mesa.

Vocabulario Fundamental. Periodismo y Periodistas (34) Antonio Pampliega, la dignidad y el coraje del periodista de guerra

"Llevo casi tres años recorriendo las zonas más peligrosas del planeta. He invertido todos mis ahorros, he pedido un crédito… ¿Qué más tengo que hacer para poder trabajar? Cada vez que me lo planteo se esboza una sonrisa en mi rostro y niego con la cabeza. Si sigo es porque amo esta profesión con todas mis fuerzas; porque me encanta que mis crónicas acerquen la realidad de un mundo que también existe a otras personas. Pero… nada más. No tengo recompensa más que la mía propia. ¿Hasta cuándo? Es una pregunta que desconozco, pero no creo que pueda aguantar mucho más. Tengo 28 años, vivo con mis padres, no tengo absolutamente nada… ¿Hasta cuándo? No lo sé pero no creo que aguante mucho más. Porque me he dado cuenta que los méritos propios no sirven de nada, que los currículos no los lee nadie. Es una triste realidad que empaña una de las profesiones más bonitas del mundo."

"Periodista español que desde hace enero de 2008 se dedica a recorrer un mundo en guerra... Desde esta tribuna quiero enseñaros ese 'otro' mundo que también existe y donde la línea que separa la vida y la muerte se rige a golpe de kalashnikov... Dónde millones de personas no tienen voz. Este blog quiere convertirse en su voz y en vuestros ojos para desvelar verdades que permanecen aletargadas... Acompáñeme a ese Mundo en Guerra que apenas tiene cabida en los medios de Comunicación; porque sino lo contamos no existe... y sino no existe ganan los Señores de las Sombras. Desde aquí queremos dar cabida a todos esos conflictos olvidados y rescatar del olvido a todos los que sufren en él dándoles voz para que sean ellos, y sólo ellos, los cuenten su historia."



Así se autodefine en su blog 'Un mundo en guerra' Antonio Pampliega (Madrid, 1982), el protagonista del corto documental 'Pagando para ir a la guerra' que hoy publicamos y, lamentablemente, uno de los tres periodistas españoles (junto a Ángel Sastre y José Manuel López) desaparecidos en la ciudad siria de Alepo a principios de julio de este año. El documental, dirigido por Daniel Suberviola, muestra imágenes de la guerra en Alepo en octubre de 2012. Siria es, sin lugar a dudas, el país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo; como así lo recoge Reporteros Sin Fronteras en sus diferentes informes. Un total de 40 periodistas han sido asesinados desde que comenzara la revolución en marzo del 2011 y otros 80 han sido secuestrados -de los cuales 20 aún permanecen desaparecidos-. El objetivo, desde los primeros compases del levantamiento popular, ha sido silenciar a la prensa para que no informase de lo que sucede en el país árabe. Como él mismo dice:

"He trabajado cubriendo la guerra de Siria los últimos tres años. He entrado en diez ocasiones y he permanecido en diferentes partes del país más de año y medio. ¿Qué ha cambiado en todo este tiempo? La respuesta es sencilla:poco o nada. La caza del periodista se ha convertido en un deporte entre los grupos afines a Al Qaeda, el Estado Islámico o los leales al régimen. Siria ha puesto de manifiesto, una vez más, que los informadores ya no somos necesarios. Con la llegada de Internet y de las redes sociales y con la creación de nuevos canales, la voz de los periodistas occidentales ha quedado desautorizada y ya no es necesaria, por lo tanto nos convertimos en prescindibles y en elementos molestos y a eliminar." 

Porque en 'Pagando para ir a la guerra' (Daniel Suberviola, 2012), Pampliega también denuncia la crisis del periodismo de guerra y la impresentable actitud de algunos grandes medios de comunicación de nuestro país, especialmente hacia los profesionales free-lance, que son quienes realmente se la juegan, sin cobertura de ningún media, en las zonas de guerra. Tras llevar trabajando cuatro años en zonas de conflicto como Afganistán, el Haití post-terremoto, Irak, Líbano (y, más recientemente, en Siria...) expresa sin embargo su frustración porque a pesar de su trabajo en los medios nacionales "nadie se ha dignado a darme una oportunidad para demostrar si valgo o no valgo". La financiación de todos estos viajes la tuvo que hacer por su cuenta y en ninguno de los casos pudo siquiera recuperar la inversión vendiendo su trabajo a los media españoles. Esto fue lo que le hizo empezar a vender su trabajo, como tantos otros españoles, a medios internacionales. Y en esas estaba cuando su destino y el de sus dos compañeros se torció en Alepo. 

El Juez Roy Bean ruega porque las cosas se estén haciendo bien a nivel diplomático y los tres puedan regresar sanos y prontamente a España. Si quieren comprar su libro colectivo "Siria, más allá de Bab-Al-Salam" cuesta sólo 6 euros y puede ser una ayuda para que este comprometido y valiente reportero pueda reemprender su trabajo de denuncia de la guerra y sus terribles consecuencias una vez eso ocurra. Porque como él mismo reconoce "mientras me quede aire volveré a narrar el horror de la guerra"

Tras este documental les ofrecemos una entrevista de 2012 en la que Pampliega es entrevistado por el mítico periodista Enrique Meneses (a quien tras su muerte homenajeamos en este post) y charlan sobre los sinsabores de su profesión. Fuerza Pampliega y compañeros.




Entrevista Meneses - Pampliega



Música para camaleones (78) The Avener - To let myself go (feat. Ane Brun)


"To Let Myself Go" (feat. Ane Brun): To let myself go To let myself flow Is the only way of being There's no use telling me There's no use taking a step back A step back for me A step back for me A step back for me To let myself go To let myself flow Is the only way of being There's no use telling me There's no use taking a step back A step back for me To let myself go To let myself flow Is the only way of being There's no use telling me There's no use taking a step back A step back for me Back for me To let myself go To let myself flow Is the only way of being There's no use telling me There's no use taking a step back A step back for me To let myself go To let myself flow Is the only way of being There's no use telling me There's no use taking a step back A step back for me

Música para camaleones (77) The Avener - Fade out lines (feat. Phoebe Kildeer)


Deeper down It's everywhere I look From Las Vegas to right here Under your dresser Right by your ear It's creeping in sweetly It's definitely here There's nothing more deadly Than slow growing fear Life was full and fruitful And you could take a real bite The juice poring well over Your skins delight But the shadow it grows And takes the depth away Leaving broken down pieces To this priceless ballet [Hook:] The shallower it grows The shallower it grows The fainter we go Into the fade out line The shallower it grows The shallower it grows The fainter we go Into the fade out line Did we build all those bridges To watch them thin down to dust Or blow them voluntarily Out of constant trust The clock is ticking its last couple of tocks And there won't be a party with weathering frocks [Hook] Heading deeper down We're sliding without noticing Our own decline Heading deeper down We're hanging onto Sweet nothings left behind Deeper down Deeper down Deeper down Deeper down Down deeper down yeah [Bridge:] Did we build all those bridges To watch them thin down to dust Or blow them voluntarily Out of constant trust The clock is ticking its last couple of tocks And there won't be a party with weathering frocks [2x] [Hook] We are all plunging straight towards our own decline Without noticing We slide Down Deeper down The shadow grows without ever slowing down We are heading straight Into the fade out line Deeper down

Vocabulario Fundamental. Bosques (11) La gente del bosque 5 'Érase una vez un bosque'


'Il était una foret' (Érase una vez un bosque) es un documental dirigido en el año 2014 por el realizador francés Luc Jacquet (ganador del Óscar al mejor documental por 'La Marcha de los Pingüinos') quien decidió internarse con su equipo fílmico en el peruano Parque Nacional del Manu para filmar esta película. Inspirado en una idea del botánico y biólogo francés Francis Hallé, ferviente defensor de los bosques primarios quien también asesoró en el rodaje, este documental es una declaración de amor de un hombre por la Naturaleza y tiene como objetivo crear conciencia sobre la importancia de los bosques tropicales frente a la depredación causada por el género humano.

Música para camaleones (76) Musée Mecanique - A Wish We Spoke






From shores of sleep And drifting on This ship has gone too far. The open sea Full of whales and weeds The waves rise up and seethe. Faith is up to us, we two. What lies beneath In the arms of dreams? What shadows long to breathe? A stone-flecked beach A mast full of sail A wish we spoke can’t be. 

Vocabulario Fundamental. Dolor (7) El dolor de la tortuga

Impactante video que muestra el dolor extremo que siente una tortuga olivácea recogida por los biólogos Nathan Robinson y Christine Figgener localizada en aguas de Costa Rica, en el proceso la que se le ha incrustado un objeto plástico en uno de sus orificios nasales, complicando gravemente su respiración y su vida. Los dos científicos, con ayuda de miembros locales de su equipo de preservación marina, tratan de extraer el objeto con unos alicates, y sólo entonces se dan cuenta de lo largo que es y lo profundamente que está incrustado en el interior de su cabeza. El dolor que sufre el desdichado animal es bien visible y más allá de la sangre que obviamente acaba por brotar, podemos imaginar su terrible sufrimiento desde el funesto día que se encontró con este dañino fragmento de civilización humana. 

Un objeto absurdo entre los miles de millones de toneladas de basuras y residuos de todo tipo que son vertidos diariamente en ríos y mares directamente desde nuestros pueblos y ciudades que son arrastrados por mareas y corrientes, que van agrupándose en crecientes islas de objetos artificiales semejantes a las formaciones de algas de los que se alimentan o encuentran cobijo muchas especies marinas, y pasan a formar parte de los colosales vórtices de basura y residuos que existen en los grandes océanos de la Tierra, minicontinentes con toda clase de contaminantes que se van fragmentando cada vez más y disolviéndose lentamente el agua, emitiendo sustancias químicas venenosas, afectando cada vez a más especies que los consumen por error según se van disgregando y convirtiendo en trillones de tóxicos fragmentitos artificiales de tamaño microscópico, del tamaño del plancton que sustenta la vida en los océanos, que comprometen a toda la cadena trófica de los distintos ecosistemas marinos de los océanos de todo el planeta.

Observar los ocho minutos que dura la extracción del objeto puede resultar angustioso también para nosotros al empatizar con ese ser desdichado, pero también nos hará ser conscientes del letal impacto que provocan nuestros irresponsables actos de consumo. Como dice el propio Nathan Robinson: "Hay una solución y está en nuestras propias decisiones. Por favor, decid no a todos los productos de plástico de un solo uso. Cada pajita de plástico, cada bolsa de plástico, o cada botella de plástico que termina en los océanos podría significar la diferencia entre la vida o la muerte para un alto número de animales marinos". Amén a ello. Desde este blog agradecemos sinceramente el loable gesto de los rescatadores y deseamos pronta recuperación, suerte y larga vida a este valiente quelónido cuyo sufrimiento silente nos ha resonado tan dentro. 

Vocabulario Fundamental. Mujeres (14) La mujer en el arte occidental

Una buena amiga del Juez Roy Bean nos manda este vídeo. Nada menos que 500 años de retratos de mujer en el arte occidental, acompañados por música de Bach. Nominado en los YouTube Awards del 2007 como vídeo más creativo. Vean.

Campanadas de la Historia (56) 'Red Army', la Guerra Fría sobre el hielo


“Quería utilizar la historia del equipo deportivo más importante de la Unión Soviética como una metáfora para hablar del auge y caída del régimen comunista. 'Red Army' es la historia de un hombre que soñaba con ser un héroe nacional del deporte y al final se vio condenado a luchar contra el propio sistema que le había creado. Un sistema muy duro y opresivo. Y para ello tuvo incluso que irse a Estados Unidos para poder seguir jugando y volver a triunfar. Y al final acabó regresando a una Rusia muy diferente”. Gabe Polsky

Este era el propósito de hacer 'Red Army', un documental producido por el alemán Werner Herzog y dirigido en 2014 por el estadounidense de origen ruso Gabe Polsky. En él se cuenta la historia del antológico equipo nacional de hockey sobre hielo de la Unión Soviética, que ejerció un dominio cuasi-absoluto a finales de los setenta y los años ochenta sobre otras selecciones (especialmente la estadounidense) y sus paralelismos con el auge y caída del régimen soviético. 

La creación de este equipo invencible promovía la idea del dominio geopolítico soviético y supuso un arma propagandística formidable que los norteamericanos no sabían cómo contrarrestar. El auténtico ideólogo y creador del estilo del equipo fue su entrenador Anatoli Tarasov, un visionario que pasaba largos periodos de concentración (hasta once meses conviviendo juntos) para fortalecer el compañerismo y la solidaridad, utilizando los principios del ballet, el ajedrez e incluso la literatura para llevar a sus jugadores a un nivel creativo realmente asombroso, entretejiendo el juego con continuos apoyos y pases combinativos, logrando un eficaz, demoledor -y artístico- juego en equipo que sus contrarios no sabían anular. Pero fue cuando Tarasov fue destituido y sustituido por por un entrenador de rígidas ideas, afín al régimen y a la KGB, con el que nunca congeniaron cuando empezó la decadencia del equipo. 

Aquellos fabulosos cinco jugadores fueron protagonistas de la historia social, cultural y política de su país y al igual que la URSS, tras pasar por una época de grandeza, llegaron al declive, para finalmente tenerse que adaptar a los grandes cambios que trajo la Rusia de la época. Hay una profunda amargura en los testimonios de aquellos artistas del patín y del stick al recordar las maniobras que ejerció con ellos el KGB, aunque varios acabarían desertando para poder acceder a las promesas de mejor vida y mucho dinero de los equipos profesionales norteamericanos. 

Es el ex-capitán del equipo, Slava Fetisov, tan cínico como sincero, el eje principal sobre el que descansa esta historia (facilitando también el acceso a sus excompañeros y logrando abrir sus corazones al límite para que contasen su historia con toda la sinceridad posible), evocando una trayectoria personal fuera de lo común: primero adulado como un héroe nacional, luego condenado como enemigo político al emigrar a Estados Unidos buscando la gloria y el dinero del profesionalismo norteamericano y finalmente siendo asimilado de nuevo por la actual Rusia de Putin, que busca recuperar el esplendor de aquellos días de gloria en los que sus equipos nacionales y el propio país ruso atemorizaban a sus rivales. 

Una apasionante historia que Gabe Polsky nos cuenta con una gran cantidad de imágenes de archivo, y en la que predomina el suspense y la diversión. Según sus propias palabras: “Era muy difícil juntar todas esas imágenes de archivo de manera divertida, amena, pero también profunda, para poder enseñar el alma del pueblo ruso. El reto de esta película era cómo entretejer ese fondo tan complicado de ideas tan grandes como el patriotismo, la política, el deporte, la amistad, la traición… de manera interesante, para involucrar al público del principio hasta el final, como en el juego”

Los chicos de Días de Cine introducen este documental 'deportivo' que es casi un thriller y cuyo transfondo es la propaganda con la que el poder absoluto intenta disfrazar sus carencias, vender sus mentiras, acorralar al rebelde, manipular la opinión pública, chantajear a los jugadores que idolatran las masas, negarles su acceso a la tierra de promisión o fomentar la traición entre ellos. Pero ante todo representa un apasionante y entretenido fresco del mejor y más influyente hockey sobre hielo de la historia de ese deporte y de varias décadas de historia de Rusia, contado todo de una forma amena, sorprendente y muy divertida. Apasionante 'Red Army'. 

Días de Cine - Red Army


Red Army (Gabe Polsky, 2014)


Vocabulario Fundamental. Leopardo (10) Despierta, leopardo


Música para camaleones (75) Explosions In The Sky - Postcards from 1952

Vocabulario Fundamental. Literatura y Escritores (23) La memoria iluminada de Alejandra Pizarnik


"Simplemente no soy de este mundo. Yo habito con frenesí la Luna. No tengo miedo de morir; tengo miedo de esta tierra ajena, agresiva… No puedo pensar en cosas concretas; no me interesan. Yo no sé hablar como todos. Mis palabras son extrañas y vienen de lejos, de donde no es, de los encuentros con nadie… ¿Qué haré cuando me sumerja en mis fantásticos sueños y no pueda ascender? Porque alguna vez va a tener que suceder. Me iré y no sabré volver. Es más, no sabré siquiera que hay un “saber volver”. No lo querré acaso." Alejandra Pizarnik

Documental dirigido y producido por Ernesto Ardito y Virna Molina en 2013 que narra la trayectoria vital y emocional de la gran poeta argentina Alejandra Pizarnik, desde su infancia a su suicidio en 1972. Imprescindible Pizarnik. 

Con un lenguaje intimista y sensorial, el film narra la vida de la poeta argentina Alejandra Pizarnik, desde los principales conflictos que fueron dejando una profunda marca en su obra y bajo el contexto de ruptura vanguardista de los años 60’ y 70’. La puesta sumerge al espectador en el universo interno de Alejandra, para comprenderla desde su núcleo creativo y humano. Así, sus diarios personales, sus cartas, sus poemas, el relato de sus amigos y familiares; son la herramienta que arrojan pistas sobre el misterioso camino que la llevó a su autodestrucción. Hoy, luego de su muerte y tras ser censurada por la dictadura, fue redescubierta por las nuevas generaciones, quienes la convirtieron en un mito, siendo la poeta argentina más leída.

Globalización, capitalismo y otros resortes de poder (51) 'The True Cost', el auténtico coste de lo que vestimos





Esta película dirigida por Andrew Morgan 2015 es sobre la ropa que vestimos, las personas que la hacen y el impacto que está teniendo en nuestro mundo. El precio de la ropa ha ido decreciendo por décadas, mientras que los costos humanos y ambientales han crecido dramáticamente. The True Cost es un documental innovador que quita el velo de un aspecto desconocido de nuestro mundo, invitándonos a tener en cuenta quién paga el precio por nuestra ropa.





La moda sí incomoda. Y mucho. Eso descubrió el documentalista Andrew Morgan una mañana en la que hojeaba The New York Times. La foto de la portada llamó su atención: dos niños de Bangladés que caminaban frente a un muro gigante cubierto de mensajes de reclamo por personas desaparecidas. El 24 de abril del 2013, el edificio de ocho pisos Rana Plaza, en las afueras de Daca, la capital, se derrumbó sobre los empleados de la fábrica textil que alojaba y que producía prendas para una treintena de marcas occidentales. Murieron alrededor de 1.100 personas y más de 2.000 resultaron heridas. Desde ese momento, Morgan empezó a preguntarse de dónde venía su ropa y a interesarse por los perjuicios sociales, económicos, ambientales y psicológicos que provoca la moda, una industria que cada año genera más de 2,5 billones de dólares en utilidades. Su preocupación por el fenómeno conocido como 'fast fashion' quedó plasmada en el documental The True Cost (el verdadero costo), presentado a finales del mes pasado en el Festival de Cannes.

“Hoy estamos maquilando más ropa, consumiendo más, usando más recursos y pagando menos que en cualquier otra época. Al mismo tiempo, hay unos estragos ambientales insostenibles y un récord de accidentes laborales en factorías”, resume el director. De hecho, aunque la de Rana Plaza ha sido la más grave, no es una tragedia aislada. Los peores tres desastres de la industria de la moda sucedieron en el mismo año, y sus víctimas mortales superaron las 1.500. Paradójicamente, el año siguiente (2014) fue el más beneficioso de la historia para este sector. 

En los 60, Estados Unidos producía el 95 por ciento de la ropa que consumía. Hoy, según las cifras reveladas en The True Cost, el 97 por ciento se encarga a países en desarrollo, como Bangladesh, Camboya, Vietnam y Brasil. Ninguna industria depende más de la mano de obra que la moda. Uno de cada seis trabajadores está relacionado de alguna manera con este sector, y se calcula que en el mundo hay unos 40 millones de obreros del textil, de los cuales el 85 por ciento son mujeres. Buena parte de estas personas son menores de edad, cobran 2 dólares al día, trabajan en condiciones peligrosas, son oprimidos, golpeados o hasta lisiados. “La conversación sobre este tema ha sido largamente aplazada, pero por los testimonios que recogí me he dado cuenta de que cada vez hay más gente incómoda con un sistema que hace más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. Lo que se necesita hoy es un debate real sobre las alternativas, porque el sistema es contra natura y el planeta está pagando el precio”, opina el documentalista. 


Una de esas personas que han tomado conciencia de la precariedad laboral y la inequidad ligadas a la moda de rápido consumo es la productora Livia Firth, esposa del actor británico Colin Firth –ganador del Óscar por El discurso del rey–, a quien conoció en Cartagena. “Cuando fui a Bangladesh visité una fábrica textil y quedé en shock, porque las mujeres que confeccionaban mi ropa hacían 100 prendas por hora en un espacio con barrotes en las ventanas, de modo que no podían abandonar el edificio. La gente es explotada para producir ropa barata para nosotros. Es la esclavitud de la era moderna”, sintetiza la italiana (su apellido de soltera es Giuggioli), quien, como Lucy Siegle, columnista semanal de The Observer y experta en consumo responsable, ha respaldado el documental 'The True Cost implicándose en su producción ejecutiva.


Livia, radicada en Londres, lanzó Eco-Age, una empresa que fomenta la moda sostenible. Hace dos años acuñó el sello Green Carpet Collection Brand Mark, que garantiza que las firmas que lo ostentan trabajan de manera responsable. Victoria Beckham, Stella McCartney, Erdem Moralioglu, Christopher Bailey, Chopard y Narciso Rodríguez, entre otros, ya cuentan con la certificación.

El segundo más contaminante

La supervisión que ejerce Eco-Age no se limita al aspecto social y se extiende al ambiental. No en vano la primera empresa en merecer su aval fue Gucci, con una colección de carteras de cuero producido en fincas del Amazonas en las que no se deforesta. Según las pesquisas de 'The True Cost', la moda es la segunda industria más contaminante del mundo, por detrás de la del petróleo. A su aporte al efecto invernadero, el empleo de millones de litros de agua para teñir las prendas y las cantidades ingentes de basura derivada de su desecho se suma el uso de químicos y semillas transgénicas en el cultivo de algodón. 




“Pasamos de una filosofía de pocos insumos, que implica una cantidad limitada de control de malezas y, por tanto, el empleo de más mano de obra en el campo, a un uso superior al 90 por ciento de semillas modificadas genéticamente y a la aplicación creciente de herbicidas, incluida la fumigación aérea de millones de acres”, lamenta Larhea Pepper, una texana que en su lucha por el algodón orgánico se ha enfrentado a la multinacional Monsanto y que da su testimonio en el documental. Cuando a su marido le diagnosticaron un tumor cerebral, que Pepper asocia a su infancia en una granja con uso intensivo de químicos, ambos se fijaron como un imperativo la transición a la agricultura orgánica. En el 2002, la activista fundó la ONG internacional Textile Exchange, que promueve las prácticas sostenibles. Desde entonces, el mercado de algodón orgánico creció de 240 millones a 6.800 millones de dólares anuales. “La producción de algodón convencional tiene una gran cantidad de costos ocultos, como la contaminación del agua, los impactos negativos sobre la biodiversidad, los daños a otros cultivos no modificados genéticamente y la pérdida de empleos, así como las repercusiones sobre la sanidad y el bienestar de las personas que viven en las comunidades agrícolas”, resume Pepper.



Las prácticas 'low cost' del textil también van ligadas a un mal psicológico que marca a la sociedad contemporánea: el consumismo. En las últimas dos décadas, la compra de ropa en Estados Unidos se multiplicó por seis. Hasta hace unos años, la moda se limitaba a dos temporadas, primavera-verano y otoño-invierno, pero ahora hay más, como la ‘crucero’, que busca llenar los supuestos entretiempos. “Esta dinámica conduce a mucha gente a sentirse continuamente descontenta y esa frustración es buena para el negocio. Pero al final del día tenemos que preguntarnos si vale la pena llenar un vacío psicológico yendo de compras”, subraya Morgan. “En América hemos evolucionado hacia un sistema político, social y económico en el que se privilegian los valores materialistas. La forma de capitalismo que perseguimos es altamente competitiva y se centra en maximizar el crecimiento económico y el nivel de ganancias de las corporaciones. Para que este sistema funcione, se necesitan ciudadanos, empresarios y funcionarios abocados al consumo y las largas jornadas de trabajo”, sostiene Tim Kasser, profesor de psicología en el Knox College, de Illinois. 



El especialista, que analiza en el documental los objetivos y valores de las sociedades materialistas, lleva dos décadas estudiando este tema. Su primera conclusión es que las personas que más se preocupan por consumir tienen un menor bienestar: “Aquellos que se rigen por el dinero, la imagen y el estatus, objetivos que espolea el capitalismo, experimentan una menor felicidad y satisfacción vital, más depresión y ansiedad y un surtido de otros males personales”. Así mismo, son menos sociables. “Los propósitos materialistas se asocian con conductas menos empáticas y cooperativas, y más manipuladoras y competitivas”, comenta Kasser. Y la tercera conclusión a la que llegó es que los valores materiales están ligados a la despreocupación por la sostenibilidad ecológica, “de modo que este estilo de vida tiende a tener un efecto dañino sobre el planeta”.



¿Cómo cambiar esta realidad? “Hemos de imbuir nuestra vida y nuestras elecciones financieras de valores intrínsecos, que reemplacen a los materialistas –plantea el psicólogo–. Y, como sociedad, debemos desarrollar nuevos modelos de negocio (como cooperativas o corporaciones de beneficencia) y políticas gubernamentales; por ejemplo, implementar indicadores de progreso nacional alternativos al PIB”. El director de 'The True Cost' lo secunda: “En las últimas dos décadas cedimos el control global a corporaciones multinacionales, y ahora vivimos las consecuencias. Las cosas no van a cambiar porque sus accionistas se despierten un día con la idea de hacer algo diferente, sino por la presión diaria de la gente. No podemos mirar hacia otro lado. Este documental ha sido un proyecto revelador y desgarrador, una experiencia que me ha mostrado que cada uno de nosotros, con sus decisiones, demuestra el tipo de mundo que quiere”.

Cronología del Universo





Así se creó el universo 

¿Qué pasó en el origen del universo? ¿Qué ocurrió exactamente durante el Big Bang? ¿Cómo se creó la materia? ¿Y cuál fue el papel del bosón de Higgs, que dio masa a otras partículas? Esta es la historia de la creación de nuestro universo, una narración que dura 13.700 millones de años, pero que resumimos en los tres minutos y medio de esta espectacular vídeo-infografía.

Ciclo de cine de animación (31) 'Toy Story', de Pixar


Ahora que se estrena 'Inside Out', la última creación de Pixar, queremos homenajear en nuestro ciclo de cine de animación a la primera de esta factoría, 'Toy Story', estrenada en 1995, que inauguraba también su propia saga. 'Toy Story' fue el primer largometraje de animación hecho completamente por ordenador y supuso una revolución no sólo técnica sino creativa. Pero tal y como señaló entonces su creador, John Lasseter, la película no sería recordada por aquel avance tecnológico sino que dos décadas después sigue funcionando por sus entrañables personajes, su estilo narrativo ágil e inteligente y su sencilla, que no simple, trama llena de fuerza destinada a niños de todas las edades. Ya saben de qué va. Los juguetes de Andy, un niño de 6 años, temen que haya llegado su hora y que un nuevo regalo de cumpleaños les sustituya en el corazón de su dueño. Como la vida misma. Aquí la tienen, en versión original subtitulada, con las voces de Tom Hanks (Woody) y Tim Allen (Buzz Lightyear). Toy Story, puro disfrute.